“EL MALO.”
Por: Rafael Carrasco
Sal. 5:8 “Guíame, Jehová, en tu justicia, a causa de mis enemigos; Endereza delante de mí tu camino.”
Es sumamente alarmante cómo la gente malvada se ha ido multiplicando en este mundo.
Cada una de esas personas tiene en común el hacer solamente el mal, gozándose en ver sufrir a la gente justa: a la gente que bendice, sirve y alaba a Dios sinceramente.
La gente mala parece haberse puesto de acuerdo para toda mala acción que lleva a cabo diariamente. Los malos son como leones hambrientos en busca de presas que fácilmente pueden devorar.
A la gente mala la vemos a diario por las calles; en muchas ocasiones (y actualmente por la televisión), participa en los más grandes y escandalosos crímenes jamás vistos en estos tiempos modernos. Se oye casi a diario de asesinatos cometidos por causa de tráfico de drogas ilegales; también se oye de secuestros, de violaciones, de pistoleros que entran a lugares públicos como escuelas y cines para matar a cuanta persona se les antoje; en ocasiones, acuden a reuniones de políticos para asesinar a algún candidato o candidata que no es de su agrado, o que no les conviene que gane las elecciones.
También hemos escuchado de terroristas que hacen detonar carros-bombas.
Nos hemos dado cuenta de manifestaciones de protesta en las cuales los participantes rompen vidrios, hieren a policías, vuelcan e incendian carros y así ocasionan una serie de destrozos en donde aun resultan personas muertas, no solamente heridas.
No en vano el rey Salomón dijo esto:
Proverbios 4:14 “No entres por la vereda de los impíos,
Ni vayas por el camino de los malos.”
Yo pienso que es bueno expresarse en protesta por cosas injustas, pero no llegar a ocasionar actos vandálicos, sino con todo orden y, a la vez, respeto hacia los demás.
Por ejemplo: si yo me manifiesto en contra del alza de algún servicio público, me manifestaría afuera de las oficinas de esa empresa, pero ordenadamente, sin llegar a ocasionar daños a sus instalaciones ni a sus empleados. Tal vez pidiera apoyo policíaco para que el tráfico me permitiera llevar a cabo mi manifestación de protesta.
Mt. 7:12 “Así que, todas las cosas que queráis que los hombre hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.”
Esto de la ley y los profetas, suenan al Antiguo Testamento; pero como ahora estamos en el tiempo de la gracia de Dios, ya no nos regimos por la ley de Moisés ni por lo que decían los profetas de aquel tiempo. En el Nuevo Testamento, que es el testamento de la gracia de Dios, Jesús reformó muchas cosas, pero claro, no quitó los diez mandamientos, y estableció la regla de oro.
Pero en sí, es mejor dejar que Dios intervenga en todo este asunto. Lo correcto es orar a Dios por todas aquellas personas que nos hacen injusticias, porque Dios sí puede influir en esas almas malvadas y transformarlas en un abrir y cerrar de ojos; tan rápido así, y de esa manera lograr que esas personas injustas, se vuelvan justas.
Sal. 37:5 “Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará.”
Ahora bien, ¿Qué es lo que generalmente piensa la gente malvada?
Sal. 10:6 “Dice en su corazón: no seré movido jamás; nunca me alcanzará el infortunio.”
¿Y qué es lo que a diario encontramos en esa gente?
Sal. 10:7 “Llena está su boca de maldición, y de engaños y fraude; debajo de su lengua hay vejación y maldad.
Evidentemente, nos damos cuenta de que las gentes malvadas están pensando solamente hacer el mal; sacar provecho de las gentes justas, para beneficiarse ellas nomás.
Y ahora:
Sal. 10:13a “¿Por qué desprecia el malo a Dios?...”
La respuesta es:
Sal. 10:4 “El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios; no hay Dios en ninguno de sus pensamientos.”
Sal. 14:1 “Dice el necio en su corazón: no hay Dios.”
Entonces, ¿Qué podemos esperar nosotros los justos de esa clase de gente?
Seguramente nada de provecho. Es gente que realmente busca estorbar nuestra relación con Dios; son gentes gobernadas por el diablo (que el Señor lo reprenda en el nombre de Jesús), y lógicamente que van a seguir haciendo una y mil fechorías, a menos que de corazón se arrepientan de todo ese mal, y entreguen sus vidas a Cristo, como nosotros lo hicimos un día, ¡Gloria a Dios!
Sabemos que para los malos, lo que poseen es su ciudad amurallada, y ese “falso mundo” dentro del cual viven, no los podrá salvar de la condenación eterna el día que ellos mueran físicamente. Nada de lo que ellos hagan en esta vida les servirá para librarse de la ira de Dios, a menos que, como dije anteriormente, se arrepientan y se entreguen a Cristo de todo corazón.
Sof. 1:18 “Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la ira de Jehová, pues toda la tierra será consumida por el fuego de su celo; porque ciertamente destrucción apresurada hará de todos los habitantes de la tierra.”
Esta cita se refiere, naturalmente, a la gente malvada que no quiere entregarse a Cristo.
Mt. 6:19-21 “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;
sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
Porque donde este vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.”
Es lamentable que mucha gente mala no quiera entender esto, pero el problema que ellos tienen es que su alma está entenebrecida por influencia de Satanás.
Ro. 1:21 “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.”
Las gentes malvadas tienen su maldad con raíces profundas, tristemente. Piensan que serán eternas aquí en la tierra; muchas veces, ni en la muerte piensan, sino en satisfacerse ellos mismos, sin importarles por arriba de quién tengan que pasar para lograrlo.
Is. 5:21 “¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos!”
Jer. 4:22 “Porque mi pueblo es necio, no me conocieron; son hijos ignorantes y no son entendidos; sabios para hacer el mal, pero el bien no supieron.”
Así es: las gentes malvadas tienen sabiduría para hacer el mal, pero no saben o no quieren hacer el bien.
Pero la buena noticia que les doy es: para el Señor, nada es imposible. Él puede cambiar hasta el corazón más podrido en pecados, y lo cambia en un corazón de carne, en un corazón fresco en la salvación del Hijo de Dios.
Lc. 1:37 “Porque nada es imposible para Dios.”
Ez. 11:19-20 “Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne,
Para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios.”
Otra buena noticia, es que la alegría de los malos es muy breve, y se llegará el momento en que ellos se humillarán delante de los buenos. ¡Gloria a Dios por ello!
Isaías 48:22 “No hay paz para los malos, dijo Jehová.”
Job 20:4-5 “¿No sabes esto, que así fue siempre,
Desde el tiempo que fue puesto el hombre sobre la tierra,
Que la alegría de los malos es breve,
Y el gozo del impío por un momento?”
Proverbios 14:19 “Los malos se inclinarán delante de los buenos,
Y los impíos a las puertas del justo.”
Por eso, estimado lector: no se preocupe ni se desanime cuando en la práctica usted trata con respeto a los demás, con el fin de recibir también respeto, porque en muchas de las veces no lo respetarán a cambio. Solamente piense que usted está agradando a Dios con un trato respetuoso y justo a los demás, aunque a cambio usted reciba lo contrario: falta de respeto e injusticia. Preocúpese más bien por lo que Dios piense de usted, y no por lo que los demás piensen de usted.
Nadie somos perfectos, y todos tenemos algún defecto, visible o no visible. De manera que cuando usted recibe mal por bien, es algo ilógico; algo que va en contra de la Palabra de Dios. Por lo tanto, los que pecan son los que lo ofenden a usted, y ellos tienen que ponerse bien con Dios.
Salmos 37:1-2 “No te impacientes a causa de los malignos,
Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.
Porque como hierba serán pronto cortados,
Y como la hierba verde se secarán.”
Salmos 34:10b “”…Pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien.”
Salmos 34:14 “Apártate del mal, y haz el bien;
Busca la paz, y síguela.”
Hay mucho por hacer todavía. Debemos seguir ganando almas para Cristo, porque en cualquier momento Cristo vuelve aquí a la Tierra, y sería excelente que tuviéramos muy buenas noticias qué Rendirle.
Pr. 11:30b “…Y el que gana almas es sabio.”
Dios les bendiga.
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