viernes, 25 de julio de 2014

"El rapto o arrebatamiento de la Iglesia: ¿está ya muy cerca?"

“El rapto o arrebatamiento de la Iglesia: ¿Está ya muy cerca?”
Por: Rafael Carrasco 

Sin  duda alguna, el evento llamado rapto o arrebatamiento de la Iglesia está ya muy cercano. ¿Y por qué está ya muy cercano? Porque ya se han estado cumpliendo una gran cantidad de profecías que Jesús dijo cuando Él estuvo aquí en la Tierra ministrando la palabra de Dios.
Mateo 24:27
“Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre.”

Se nos asegura que la Iglesia será arrebatada rápidamente, como un parpadeo. Así de rápido estará la Iglesia de Cristo ante Él, partiendo de aquí de la Tierra hacia Su presencia en el aire.
1 de Tesalonicenses 4:16-17
“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 
Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.”

¿Por qué con trompeta de Dios? Para entender esto, hay que remontarnos a los tiempos del Antiguo Testamento, en donde era costumbre hacer sonar trompeta.

En las ceremonias de boda judías, el enamorado iba a casa de la joven que sería su esposa, con 3 cosas:

a)    Su mejor oferta financiera.
b)    Un contrato de compromiso nupcial.
c)    Un odre lleno de vino.
En este último punto, si el padre de la novia quedaba impresionado y aceptaba la oferta del enamorado, llamaba a su hija para que ella decidiera. Si todos los presentes del enamorado le parecían bien a la joven, ella bebía del vino y en seguida se tocaba una trompeta (primera trompeta) para anunciar el compromiso de la pareja.

Durante el año siguiente al compromiso, la pareja no podía verse  a solas, por lo que un chaperón acompañaba a la pareja dondequiera que ella fuera. Durante ese año, el enamorado iba a casa de su padre a preparar un lugar para la joven. A esto se llamaba un “chupan”, que es simplemente la recámara nupcial para la luna de miel.

No se enviaban invitaciones impresas como lo hacemos hoy. Si los familiares y amigos querían saber la fecha de la boda, se decepcionaban, porque cuando al enamorado se le preguntaba cuándo sería la boda, él solamente respondía: “nadie sabe, excepto mi padre.”

El enamorado no podía ir a buscar a su novia, hasta que el padre de él aprobara el que su hijo ya estaba preparado para tal ceremonia. Por lo tanto, la novia tenía que mantenerse en un constante estado de preparación y espera, a no ser que cuando el enamorado se presentara por ella, la atrapara por sorpresa y no lista.
Con frecuencia, la novia o las jóvenes miembros de su séquito mantenían una luz encendida en la ventana y una jarra adicional con aceite a la mano, a no ser que el enamorado se presentara de noche a recoger a la novia.
Mateo 25:1-13
“Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo.
Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. 
Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; 
mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. 
Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. 
Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!
Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. 
Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan.
Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. 
Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. 
Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! 
Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.

Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.”

Nota aclaratoria: las vírgenes descritas en este pasaje  se refieren a las siervas de la novia o parte de su séquito, quienes debían estar preparadas para cuando el enamorado se presentara a buscar a la novia, ellas asistirlo.

Cuando el padre del novio decidía que su hijo tenía todo listo, le daba el derecho a su hijo para ir a recoger a la novia, y en ese momento otra trompeta sonaba (segunda trompeta).

A esta segunda trompeta, la cual tenía el propósito de anunciar la llegada de la novia, se le llamaba “la última trompeta”.

Una vez anunciado por la última trompeta, el enamorado llevaba consigo el contrato nupcial y se lo presentaba al padre de la novia.
El enamorado reclamaba a la joven como su futura esposa y se le llevaba a la casa del padre de él.
El padre del enamorado espera con ansias a la pareja, y entonces el padre del enamorado tomaba la mano de la novia y la colocaba junto a la mano de su hijo. En ese momento, la joven se convertía en esposa del enamorado.
A ese acto, se le llamaba “la presentación”.

Después de la presentación, el enamorado llevaba a su esposa al lugar que él le había preparado; la presentaba a sus amigos y a toda la sociedad, quienes a su vez habían escuchado sonar “la última trompeta”, e inmediatamente se habían reunido a celebrar la esperada boda, y llevaban a cabo una fiesta de matrimonio.
2 de Corintios 11:2
“Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo.”

Cristo no hará esta labor directamente, sino que enviará a Sus ángeles a hacerlo.
Mateo 24:31
“Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.”

Por lo tanto, nadie pierda el tiempo en cosas que no traen provecho. Aún es tiempo de aceptar a Jesús como Salvador personal y ser así miembro de la Iglesia, que es la novia elegida por Cristo para que se case con Él, con la aprobación del Padre celestial.

La primera trompeta sonó cuando cada uno de nosotros los hijos de Dios, decidimos aceptar a Cristo como nuestro Salvador personal.

La segunda y última trompeta sonará cuando ya Cristo venga por Su Iglesia (su novia) a llevarla consigo al cielo y casarse con ella.

¿Está usted ya preparado para este gran evento?

Dios les bendiga.


No hay comentarios:

Publicar un comentario