“La verdadera felicidad está en Dios, a través de Cristo.”
Por: Rafael Carrasco
La felicidad es difícil sentirla en esta vida terrenal, conforme van pasando los días, en la mayor parte de la gente, dadas las circunstancias por las que estamos atravesando.
Es más duradero el tiempo en que muchas personas se sienten afligidas, enojadas, angustiadas, etc., que felices.
En esta vida terrenal, los momentos felices son como chispazos: rápidos y breves.
Pero podemos hacer un alto en nuestro sentir diario, y reflexionar un momento en lo que Jesús nos dice en Su palabra: la Biblia.
Mateo 11:28
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.”
Hay que recordar que quienes ya somos hijos de Dios, ya tenemos conocimiento de causa acerca de que en este mundo tendríamos aflicción, dado que Adán y Eva, influenciados por Satanás, pecaron contra Dios en el huerto de Edén y con ello echaron por tierra el plan perfecto de Dios para la humanidad.
“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.”
1 de Pedro 1:3-7
“Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,
para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,
que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.
En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas,
para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo,”
Ahora bien, si no hubiera sido porque Jesús murió por nosotros, todos los seres humanos seríamos condenados a la perdición eterna; en otras palabras, nadie sería salvo.
Solamente alguien con una doble naturaleza, es decir, divina y humana, podría llevar a cabo un acto de salvación para toda la humanidad. Ese alguien es Cristo.
Él posee naturaleza divina por ser Hijo de Dios, y naturaleza humana porque nació de María la virgen.
A la felicidad la define el diccionario como: placer, satisfacción, gusto grande.
Y pienso que todos los seres humanos tenemos derecho a ser verdaderamente felices, pero la única manera de lograrlo es aceptando a Jesús como Salvador personal, porque Jesús es el único camino a Dios el Padre. No hay otra forma de lograrlo.
Juan 14:5-6
“Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”
Démonos cuenta de que no hay otra puerta: Jesús mismo es la Puerta al Padre celestial, Él es la puerta estrecha por la que pocos entran, y el camino angosto que lleva a la vida, porque a muchos se les hace difícil entrar por ella y caminar por ese camino, debido a que no quieren divorciarse del pecado.
Mateo 7:13-14
“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella;
porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.”
¡Qué más quisiera cada persona que desear ser verdaderamente feliz todos los días de su vida! Pero la buena noticia que tenemos es que podemos confiar en un Dios que está vivo, que no es una estatua, o una imagen. Un Dios que es 100% confiable, y que le podemos confesar nuestras cosas. Un Dios a Quien nos podemos acoger.
Salmos 91:1
“El que habita al abrigo del Altísimo
Morará bajo la sombra del Omnipotente.”
Morará bajo la sombra del Omnipotente.”
Jesús profetizó cosas malas para este mundo, que lógicamente nos causan aflicción. Y esto, a raíz del pecado del que muchos no quieren divorciarse. Veamos algunos ejemplos:
Mateo 24:4
“Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe.”
¿Por qué Jesús nos hizo esta advertencia a todos los seres humanos? Por la razón de que ha habido, hay y habrá muchos engañadores que querrán convencernos con sus “falsos evangelios”, llenos de mentiras y confusión. Esos falsos maestros tienen el entendimiento entenebrecido, influenciados por Satanás, y por tanto hacen su malvada voluntad.
Gálatas 1:8
“Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.”
Es decir, Dios maldice a quien enseñe un falso evangelio.
Mateo 24:5
“Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán.”
¡Miren nomás qué blasfemia eso de que vendrán en el nombre de Jesús a engañar a muchos!
Mateo 24:11
“Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos;”
Efesios 4:18
“teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;”
Juan 8:44
“Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.”
También Jesús habló de guerra y rumores de guerras.
Mateo 24:6ª
“Y oiréis de guerras y rumores de guerras;”
Otra cosa que dijo Jesús, es que habría traición y aborrecimiento de unos para con los otros.
Mateo 24:10
“Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán.”
Otra de las cosas que Jesús predijo, es que el amor ágape de muchos se enfriará a causa de tanta maldad sobre esta Tierra.
Mateo 24:12
“y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.”
Las personas a quienes se les agote el amor ágape; es decir, el amor desinteresado que Dios nos manda practicar, se volverán agresivas, rencorosas, dispuestas a olvidar la palabra: “perdón” y seguir viviendo sin misericordia hacia el prójimo. Tendrán un comportamiento similar al de las personas que aun no han aceptado a Cristo como su Salvador personal, albergando amargura y odio en su alma.
Pero el mismo Jesús, en medio de todo esto que estamos viviendo y estamos por vivir, nos consuela al decirnos en Juan 16:33
“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.”
Cristo mismo se está presentando como nuestro Refugio perfecto contra toda maldad.
Salmos 91:8-10
“Ciertamente con tus ojos mirarás
Y verás la recompensa de los impíos.
Y verás la recompensa de los impíos.
Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,
Al Altísimo por tu habitación,
Al Altísimo por tu habitación,
No te sobrevendrá mal,
Ni plaga tocará tu morada.”
Ni plaga tocará tu morada.”
Y aparte del consuelo que Cristo nos brinda, también nos profetizó cosas buenas, por ejemplo:
Mateo 5:3-12
“Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.
Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.”
Para entender el anterior pasaje bíblico en donde dice que los mansos heredarán la tierra, déjeme decirle que no es tierra física la que heredaremos quienes nos acogemos a Cristo.
Según se ve en este pasaje, el pueblo judío se encontraba bajo la esclavitud del Imperio Romano.
En el Antiguo Testamento, cuando Dios le prometió al pueblo de Israel les daría una tierra que fluye leche y miel, los judíos de ese tiempo creían una tierra física, próspera.
Éxodo 3:7-8
“Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias,
y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo.”
Y hay que recordar que esta Tierra y estos cielos van a ser destruidos un día. Por lo tanto, no serán esta Tierra ni estos cielos nuestra herencia.
2 de Pedro 3:7
“pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.”
2 de Pedro 3:10-13
“Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.
Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir,
esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!
Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.”
Pero la promesa divina del Antiguo Testamento es sólo simbólica. El verdadero contenido de la herencia mencionada es que nuestra tierra prometida es Jesús; es estar al lado de Jesús, siendo Dios nuestro Rey, en donde también moran la plenitud y la prosperidad.
Salmos 16:11
“Me mostrarás la senda de la vida;
En tu presencia hay plenitud de gozo;
Delicias a tu diestra para siempre.”
En tu presencia hay plenitud de gozo;
Delicias a tu diestra para siempre.”
¿Qué más podríamos pedir? Jesús mismo nos da las herramientas para que tengamos un modo de vida digno de Él y, llevando esto a la práctica, además de mantener nuestra fe puesta en Él, de seguro veremos Su rostro, de lo cual estoy seguro. Es el sueño de muchos de los que somos creyentes en Cristo y entonces experimentar a plenitud la verdadera felicidad a Su lado.
Hebreos 12:2
“puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.”
Por lo tanto, desde el momento en que una persona acepta a Jesús como su Salvador personal, empieza a experimentar “unas hermosas probaditas” de lo que es la verdadera felicidad aunque, como dije al principio de este sermón, sean más los momentos amargos que los felices.
Si nos es difícil ser felices en nuestra vida secular, es posible ser felices en nuestra vida espiritual, aunque a diario sea probada nuestra fe en Jesús. Dios nos da la victoria si Le obedecemos y nos hace sentir felices al mismo tiempo.
Para terminar: el hecho de que Cristo nos haga descansar nuestra alma de nuestros sufrimientos y de nuestros pecados, es el principio de nuestra verdadera felicidad; es la puerta a la felicidad eterna.
Por eso, como titulé este sermón, la verdadera felicidad está en Dios, a través de Cristo, si usted acepta a Jesús como su Salvador personal, con una muy sencilla oración:
“Padre eterno: vengo delante de Tu presencia arrepentido de todos mis pecados. Sé que he sufrido por mucho tiempo, y sé también que Tú eres justo, amoroso y perdonador de las personas que se acercan sinceramente a Ti. Te ruego que permitas que Tu Hijo Jesucristo entre a mi alma, y sea mi Salvador personal. Quiero servirte, Padre, el resto de mi vida, y te agradezco oigas mi oración, amén.”
Dios les bendiga.
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