domingo, 27 de julio de 2014

"La aflicción: ¿la padece usted con frecuencia?"

“La aflicción: ¿la padece usted con frecuencia?”
Por: Rafael Carrasco 
En este mundo en el que vivimos, hay muchas cosas que nos causan aflicción. Todos los días escuchamos más malas que buenas noticias, y es hasta molesto andar lidiando con un sentimiento negativo como lo es la aflicción.
A la aflicción la podríamos definir como: tristeza, sentimiento que causa falta de ánimo para todo, pero no en grado tan alto como la depresión.
A la depresión, la podemos definir así:
La depresión es un estado de abatimiento interior que nos imposibilita para realizar cualquier acción, y es caracterizada por una tristeza profunda e inmotivada. Es sinónimo de desánimo y de desaliento.
Como podemos ver, la tristeza común y la depresión se diferencian en laintensidad y en la motivación con que ambas se manifiestan en el ser humano.
La tristeza común es muy raro que llevara al suicidio; pero la depresión, cuando “ha tocado fondo”, es decir, en casos extremos, lleva irremediablemente al deseo diabólico de suicidarse.
La tristeza es motivada por algo o por alguien desagradable; en cambio, ladepresión es inmotivada.
Juan 16:33 “Estas cosas os he hablado para que en mí (Jesús) tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción (tristeza); pero confiad, yo (Jesús) he vencido al mundo.”
Santiago 4:7 “Someteos, pues, a Dios; resistid (háganle frente) al diablo, y huirá de vosotros.”
Santiago 4:8a  “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. …”
Santiago 4:10 “Humillaos delante del Señor, y él os exaltará (los pondrá en alto a ustedes).”
Le voy a decir el secreto para poder hacerle frente al diablo:
Lo primero que hay que hacer, es aceptar a Cristo como su Salvador personal. Esto es para que el Espíritu Santo de Dios actúe en su alma, y así, con la unción (ayuda) de Él, puede usted hacerle frente al diablo (reprenderlo) en el nombre de Jesús.
En segundo lugar: ore diariamente a Dios el Padre, primeramente dándole gracias por todo; luego, suplique a Él le perdone sus faltas diarias cometidas, y después le hace las peticiones que usted sienta en su alma. Cuando usted termine su oración, diga siempre: en el Nombre de Jesús, amén.
¿Y por qué en el nombre de Jesús? porque…
Hechos 4:12 “Y en ningún otro hay salvación (sólo en Jesús); porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.”
Por eso es que usted debe terminar así sus oraciones: en el Nombre de Jesús, amén.
Amén es una palabra hebrea que significa: “así sea”. De manera que cuando usted dice: “en el Nombre de Jesús, amén”, está diciendo: “así sea en el Nombre de Jesús.”
Como Jesús es nuestro Abogado ante el Padre Celestial, es necesario y obligatorioque toda oración que elevemos a Dios el Padre, la firmemos, por así decirlo, con el Nombre de Su Hijo Jesús. Entonces Dios el Padre se complacerá en recibir nuestras oraciones, porque Él nos mira a través de Su Hijo Jesús. Dios es santo, y nosotros, como somos aún carne y sangre, somos prototipo del pecado, y por eso es que Dios el Padre nos mira a través de Su Hijo Jesús. La santidad de Dios no tiene comunión (relación) con el pecado; por eso el Padre celestial nos mira a través de Su Hijo Jesús.
1 de Juan 2:1 “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.”
es requisito necesario vivir en santidad (decentemente), porque sin hacer eso, nadie podremos ver al Señor.
Hebreos 12:14 “Seguid la paz con todos, y la santidad (vivir decentemente), sin la cual (sin la santidad) nadie verá al Señor.”
Por lo tanto, toda oración que usted eleve a Dios, a Dios el Padre la elevará, y la terminará diciendo: “en el Nombre de Jesús, amén”.
En tercer lugar: adopte también la buena costumbre de ayunar, de acuerdo a su condición física.
En cuarto lugar: lea la Biblia diariamente.
En quinto lugar; reúnase en una Iglesia evangélica local, donde a usted le conste que a la Biblia se le tiene por autoridad para el diario vivir y amiste también con otras personas que sinceramente obedecen a Dios.
Para aceptar a Jesús como su Salvador personal, ore así:
“Señor Dios: gracias por haberme esperado a que yo me humillara ante Ti buscando Tu perdón y Tu refugio. En esta hora deseo invitar a Tu Hijo Jesucristo a entrar en mi vida, y así disfrutar de una relación espiritual eterna con Él. Gracias, Señor, en el Nombre de Jesús, amén.”
Jesús no es una religión; más bien, es una relación (comunión) espiritual con Dios.
Como ya lo he dicho en otros mensajes:
Religión es creer en algo o en alguien, ignorando si el creer en ese algo o alguien es bueno o malo para quien cree.
Relación espiritual con Dios es tener comunión con Dios. Esta relación espiritual o comunión espiritual con Dios, durará lo que usted quiera, porque Dios no cambia.
Depende de usted que esa comunión con Dios sea duradera, o no.
Hebreos 13:8 “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.”
Dios les bendiga.  

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