domingo, 27 de julio de 2014

"La violencia contra las mujeres."

“La violencia contra las mujeres.”
Por: Rafael Carrasco 
Veamos lo que Dios el Padre y Cristo opinan acerca de la violencia contra las mujeres. Analicemos el tema y nos daremos cuenta de que es algo totalmente reprobable por Dios.

Examinando la actitud y la manera en que Dios el Padre y Cristo trataron a las mujeres, nos indica que Ellos tienen un gran respeto hacia ellas, y de que ninguna manera Ellos aprobaría la tiranía hacia ellas, que ahora se ve en muchos países.

Veamos el pasaje en el que Ana, madre del profeta Samuel, fue amonestada por el sacerdote Elí, pues él pensaba que Ana estaba ebria, y además ella estaba en el templo de Jehová, orando.
1 de Samuel 1:9-20
Y se levantó Ana después que hubo comido y bebido en Silo; y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová,
Ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente. 
E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.
Mientras ella oraba largamente delante de Jehová, Elí estaba observando la boca de ella. 
Pero Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y Elí la tuvo por ebria.
Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás ebria? Digiere tu vino. 
Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová. 
No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora. 
Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho. 
Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste. 
Y levantándose de mañana, adoraron delante de Jehová, y volvieron y fueron a su casa en Ramá. Y Elcana se llegó a Ana su mujer, y Jehová se acordó de ella. 
Aconteció que al cumplirse el tiempo, después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, diciendo: Por cuanto lo pedí a Jehová. 

Aquí vemos que Jehová salió defensor de Ana, por cuanto había sido humillada por su rival Penina, por haber sido estéril. También Penina fue mujer de Elcana, su marido.

Veamos en este ejemplo cómo Elí había juzgado mal a una mujer inocente. Sólo miró sus labios de lejos y por ese hecho la tuvo por ebria. Pero luego de enterarse de la razón por la cual Ana había estado orando así, moviendo sus labios, Elí la bendijo diciéndole que fuera en paz, y que Dios le concediera la petición que ella Le hizo.

El mal juicio y la calumnia que Elí llevó a cabo en contra de Ana, es un ejemplo de violencia contra esa mujer.

Veamos ahora aquel episodio en el cual una mujer derramó perfume caro sobre la cabeza de Jesús, en casa de Simón el leproso.
Mateo 26:6-13
Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, 
Vino a él una mujer, con un vaso de alabastro de perfume de gran precio, y lo derramó sobre la cabeza de él, estando sentado a la mesa.
Al ver esto, los discípulos se enojaron, diciendo: ¿Para qué este desperdicio? 
Porque esto podía haberse vendido a gran precio, y haberse dado a los pobres. 
Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué molestáis a esta mujer? pues ha hecho conmigo una buena obra. 
Porque siempre tendréis pobres con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis. 
Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura. 
De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella.

Démonos cuenta de que también esta otra mujer fue víctima de violencia por parte de los discípulos de Jesús. Al enojarse contra ella, aunque a ella directamente no la quitaron del lado de Jesús, con el hecho de reclamarle a ella por qué había desperdiciado ese perfume tan caro, a criterio de ellos, es suficiente ejemplo de violencia contra esa mujer. Luego Jesús salió en defensa de ella.

Ahora, analicemos el pasaje bíblico en donde a una mujer sorprendida en adulterio, se le trajo a Jesús, y se le iba a apedrear, según la ley de Moisés. Jesús estaba en el templo enseñando a muchos.  
Juan 8:3-11
Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, 
Le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. 
Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? 
Más esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. 
Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.
E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. 
Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. 
Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? 
Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.

Este es un caso terrible de violencia contra una mujer, pues se le había sentenciado a muerte, pero querían los acusadores saber qué hacía Jesús al respecto.
Si usamos un poco la imaginación, probablemente fue sacada con violencia de la casa en que ella estaba en pleno acto, para ser insultada y exhibida públicamente. Probablemente se le ordenó a ella que se vistiera rápido y que los acompañara donde Jesús estaba.
Nuevamente Jesús salió en defensa de una mujer víctima de violencia, pero en este caso le advirtió a ella Jesús que no pecara más.

Desde que la humanidad cayó en pecado, muchas personas han sido víctimas de violencia.
En el caso de las mujeres, en muchos países ellas han sido privadas de su dignidad: han soportado abuso físico y psicológico. Pero no es así como Dios quiere que los varones traten a las mujeres.
La Biblia estipula que, por encima de los conceptos de cualquier cultura, las mujeres merecen honra y respeto. Honrar a una mujer implica valorarla y respetarla.
Un hombre que honra a su esposa, está demostrando, de palabra y obra, en público y en privado, que la cuida y la quiere.

En el caso de Dios el Padre y de Jesús, Ellos valoraron a las mujeres de los ejemplos vistos, a tal grado que las pusieron a ellas en alta estima. Este es un derecho que Dios les ha concedido a las mujeres.

Dios le bendiga.

Rafael Carrasco F.
lang=ES�sy��� 05� family:Arial;color:#333300'>Juan 1:12 “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad (autoridad o derecho) de ser hechos hijos de Dios;”

Juan 6:37 “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.”
Mateo 11:28 “Venid a mí todos los que estáis trabajados (sufridos) y cargados (cargados de pecados), y yo os haré descansar.”

No importa la cantidad de sus pecados: Cristo le ama, y porque le ama perdonará todos sus pecados, y no se acordará más de ellos.
Isaías 43:25 “Yo, yo soy el que borro tus rebeliones (pecados) por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.”

Haga una reflexión de lo que en este mensaje se dijo, y vea si es bueno o es malo para su vida.

Dios le bendiga.

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