sábado, 26 de julio de 2014

"Ser madre es un don de Dios."

“Ser madre es un don de Dios.”
Por: Rafael Carrasco 

Si en este mundo hubiera alguna madre que nos dijera con toda seguridad de que ser madre es lo más fácil en este mundo, yo estoy seguro de que un 99.9% de las personas que la escucharan, probablemente le dijeran a ella: “Demuéstranos que es fácil ser madre, y te daremos un premio”.

No hay que darle muchas vueltas al asunto, porque ser madre es una tarea bastante difícil. Es como cuando alguien tiene el deseo de escalar una montaña, y sube paso a paso hasta ver su cumbre.
Ser madre, como lo mencioné en el título de este mensaje, es un don de Dios. Es un don de Dios porque ser madre incluye no sólo la crianza, sino también la paciencia y la templanza. Es ser una mujer que sea capaz de amar, desde concebir un hijo y pasar por el parto, hasta la crianza de ese hijo.

En el hogar se aprende la educación; es decir, la enseñanza de buenos modales. En este caso de la mujer que está embarazada, es muy importante que vaya educando al hijo que trae dentro de su vientre. ¿Cómo es eso? Pues bien, educar al hijo estando aun dentro del vientre materno, es no permitirle que con sus movimientos lastime o incomode a la madre. Es tener la determinación de decirle “no” al bebé, en el aspecto de no permitirle lastimarla al patearla o    al manotear. Así es como se educa a un bebé, estando aun dentro del vientre materno: lograr que el bebé respete la voluntad de su madre, de estar los dos en paz.

Cuando el hijo ya nació y está ahora en período de lactancia, es muy importante para la madre continuar educando al bebé, porque un bebé no nace enseñado, y hay que educarlo. En este caso, la madre no debe permitir que el bebé le muerda los pechos. Ella sólo debe permitirle que el bebé mame, pero que no muerda. Así es como se educa al hijo en el período de lactancia.

Cuando el hijo está un poco más grandecito, por naturaleza tiende a ser juguetón, pero muchas veces agrede a la madre si ella no le da lo que él quiere, dándole cachetadas, o tirando al suelo cosas como la cuchara o el plato de comida, en señal de protesta.
En este caso, la madre no debe permitir que ni la cachetee el hijo, ni tampoco permita que el hijo le tire los platos al suelo.
Es así como debe ella imponer respeto hacia su persona, y hacia su hogar.

Adolescencia: etapa peligrosa en la vida de todo niño. Ya desde la niñez, y que entra en contacto con otros niños, no solamente en la escuela, sino también en la calle, el hijo peligra de aprender mala educación de otros niños y, para sentirse aceptado por esos otros niños malcriados, procura imitarlos.
Esto seguramente le traerá a ese hijo problemas serios con sus padres.
Es aconsejable para los padres, que ambos se bañen en compañía de sus hijos adolescentes, de tal manera que ellos sepan la naturaleza de la persona adulta, y crezcan sin morbo alguno. Que cuando tengan contacto con muchachos malcriados, no los arrastren junto con ellos a aprender malas costumbres. Que vean la desnudez como algo normal.
En ocasiones, las malas costumbres adoptadas por los niños incluyen el ser respondones a sus padres, e incluso el querer golpear a sus padres.
Es en la adolescencia cuando al muchacho le dan ganas de tener relaciones sexuales, porque sus hormonas están en un período de cambio. Es el cambio de vida de la niñez a la juventud; es cuando el muchacho ya deja de pensar como niño, pero piensa sólo cosas que le motivan el “quitarse las ganas”.
Es cuando se ponen de acuerdo con los compañeros de escuela para compartir revistas pornográficas, o cuando se ponen de acuerdo para ver películas pornográficas, porque para el muchacho el morbo es algo normal.
Es cuando el muchacho quiere espiar por una ventana, o por un agujero en una puerta o por la pared a la mamá o a una hermana desnudas en el baño.

Juventud: período también tremendo en el que al muchacho le da por querer experimentar “¿qué se siente?” al fumar o beber bebidas embriagantes. Es cuando muchas veces el muchacho embaraza a la novia o a la amiga, y se mete en serios problemas con sus padres y con los padres de la muchacha que salió embarazada. Es también el período en que el muchacho quiere saber lo que es manejar un carro, pero sin querer pensar en que el sentarse delante del volante de un carro es una responsabilidad, y no un juego. Ambos padres deben enseñar a sus hijos a respetarlos a ellos y a sus hermanos. No deben permitir que el muchacho sea un espía.

Madurez: período en el cual el hombre ya se hace responsable de sus actos. Sabe que cualquier cosa indebida que cometa, puede desde ir preso, a ser golpeado o incluso hasta muerto.

Vamos a analizar la vida de algunas madres ejemplares en la Biblia: empecemos por Sara, la mujer de Abraham.
Yendo a Génesis 17:19
Respondió Dios: Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac; y confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes después de él. 
Sara ciertamente era una mujer de 90 años de edad cuando Dios prometió a Abraham que Sara le daría a luz un hijo. Abraham era de 100 años cuando eso ocurrió.
Aunque Abraham y Sara rieron al saberse ellos padres de familia, sin embargo Dios no se enojó con ellos.
Génesis 17:17
Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y se rió, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, ha de concebir? 
Génesis 18:12
Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo? 

Pero sí le causó extrañeza a Dios que Sara también se riera de concebir un hijo siendo ya vieja. Para Dios nada es imposible.
Génesis 18:14
 ¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo. 

Podemos darnos cuenta de que Sara fue una mujer con fe pues, aunque se rió en un principio, terminó por creerle a Dios, y se convirtió en madre.
Hebreos 11:11
Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido. 

En este pasaje bíblico vemos 2 cosas: por Su Espíritu, Dios fortalece a Sara y con ellos hace que su fe en Dios crezca. La otra cosa fue que Dios creó una nueva vida en el seno de Sara.

En resumen, la vida de Sara gira alrededor de la nobleza; nobleza en cuanto a manera de ser, por estos puntos a describir:
El misterio de su fe se realiza en su corazón; por medio de esta fe, la posición de Sara fue ennoblecida, de modo que Sara puede ser presentada como un modelo para las mujeres cristianas. Esta fe, sin embargo, se expresa a través del curso natural de los sucesos.
Esa fe perfecta primero le induce a conducirse en la capacidad de madre conforme a las ordenanzas de Dios.
Como esposa de Abraham, Sara cumple con todos los requisitos de los preceptos divinos.
En todo, Sara se adapta a las circunstancias.
Recibe a sus invitados en casa, sin saber que esos invitados eran ángeles de Dios.
Decide dar la preferencia a su criada Agar, antes que ver a Abraham sin hijos. En otras palabras: Abraham se llegó a Agar, a petición de Sara.
Génesis 16:3
Y Sarai mujer de Abram tomó a Agar su sierva egipcia, al cabo de diez años que había habitado Abram en la tierra de Canaán, y la dio por mujer a Abram su marido.

Algo muy curioso es que Abraham y Sara eran medio hermanos, y aun así ellos pudieron casarse. Génesis 20:12
Y a la verdad también es mi hermana, hija de mi padre, mas no hija de mi madre, y la tomé por mujer.

Ahora, vayamos a saber un poco de la historia de Raquel, mujer de Jacob.
Raquel fue una mujer de la región de Aram, que fue la segunda esposa de Jacob (más tarde llamado Israel) y su favorita. Ella dio a luz a José y Benjamín, los hijos menores de Jacob.
En Génesis 29:6-30, Jacob fue enviado por sus padres, Isaac y Rebeca, a buscar esposa entre los parientes de su madre en Padan-aram. (Génesis 28:1-2)
Entonces Isaac llamó a Jacob, y lo bendijo, y le mandó diciendo: No tomes mujer de las hijas de Canaán. 
Levántate, ve a Padan-aram, a casa de Betuel, padre de tu madre, y toma allí mujer de las hijas de Labán, hermano de tu madre.
En sí, Raquel y Jacob eran primos hermanos. Génesis 29:21-30
Entonces dijo Jacob a Labán: Dame mi mujer, porque mi tiempo se ha cumplido, para unirme a ella. 
Entonces Labán juntó a todos los varones de aquel lugar, e hizo banquete. 
Y sucedió que a la noche tomó a Lea su hija, y se la trajo; y él se llegó a ella. 
Y dio Labán su sierva Zilpa a su hija Lea por criada. 
Venida la mañana, he aquí que era Lea; y Jacob dijo a Labán: ¿Qué es esto que me has hecho? ¿No te he servido por Raquel? ¿Por qué, pues, me has engañado? 
Y Labán respondió: No se hace así en nuestro lugar, que se dé la menor antes de la mayor. 
Cumple la semana de ésta, y se te dará también la otra, por el servicio que hagas conmigo otros siete años.
E hizo Jacob así, y cumplió la semana de aquélla; y él le dio a Raquel su hija por mujer. 
Y dio Labán a Raquel su hija su sierva Bilha por criada. 
Y se llegó también a Raquel, y la amó también más que a Lea; y sirvió a Labán aún otros siete años. 

Pero hubo un tiempo en que después ya no estaba permitido casarse entre parientes. Ese tiempo fue cuando se instituyó la Ley Mosaica. Evidencia de ello está en Levítico 18:6-8
Ningún varón se llegue a parienta próxima alguna, para descubrir su desnudez. Yo Jehová. 

Durante los primeros años de matrimonio, Raquel era estéril; pero llevada por la envidia hacia su hermana Lea, decidió entregar por mujer a su sierva Bilha, a fin de que Jacob tuviera hijos para Raquel.
Los hijos que Jacob tuvo con Bilha, fueron Dan y Neftalí.

Cuando Raquel hubo dado a luz a Benjamín, el hijo menor de todos, ella murió.

Vamos ahora a ver un poco de María, la madre de Jesús.

Ella fue elegida por Dios en un sentido único. Su privilegio fue mayor que el que se ha concedido a mortal alguno. Ello es más destacado por su humildad de espíritu; es decir, humilde en su manera de ser. El favor único que se le concedió a María fue el de ser madre de Jesús, nuestro Señor. El Hijo de Dios tomaría forma humana de la carne y de la sangre de María.
Lucas 1:46-55
Entonces María dijo:
Engrandece mi alma al Señor;
Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.
Porque ha mirado la bajeza de su sierva;
Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones. 
Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; 
Santo es su nombre, 
Y su misericordia es de generación en generación 
A los que le temen.
Hizo proezas con su brazo; 
Esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones.
Quitó de los tronos a los poderosos, 
Y exaltó a los humildes.
A los hambrientos colmó de bienes, 
Y a los ricos envió vacíos.
Socorrió a Israel su siervo, 
Acordándose de la misericordia 
De la cual habló a nuestros padres, 
Para con Abraham y su descendencia para siempre.

Entonces vamos a ver por último un poco acerca de Eunice, la madre de Timoteo.

Como sabemos, entre Eunice y Loida, abuela de Timoteo, le dieron a ese joven educación cristiana. Eso fue de mucho peso para que a Pablo se le facilitara discipular a este joven. Ni Loida ni Eunice imaginaron que Timoteo sería llamado a ocupar un lugar tan prominente  en la Iglesia de Cristo.
Para ello, Dios había usado grandemente a Loida y a Eunice para inspirar la fe ferviente y real en Timoteo.
Para Timoteo, el conocimiento de las Escrituras y el contenido de la fe fueron apasionadamente reales.

Para concluir: no es suficiente con educar a los hijos en casa, enseñándoles tan sólo buenos modales, sino también, y muy importante, conducirlos en los caminos del Señor.

Dios les bendiga.

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