martes, 26 de agosto de 2014

"El robo sigue siendo un pecado grave hasta el día de hoy."

“El robo sigue siendo un pecado grave, hasta el día de hoy.”

Por: Rafael Carrasco.

Día a día nos damos cuenta de que, mientras más crece el desempleo en nuestro entorno, más se agudiza el problema de los robos cometidos en contra de casa, comercios, industrias, escuelas y hasta en casa de oración.

El ladrón es una persona que no le importa perjudicar a quien sea, sino sólo en su propio beneficio.
Aunque estudia muy bien cómo ha de llevar a cabo su delito, le importa poco o nada lo que sufran las personas afectadas por él.

Por lo regular, el ladrón es una persona que no trabaja, pero tampoco le interesa ir en busca de un trabajo honesto; comúnmente, gustan de obtener lo que quieren de la forma más fácil y rápida posible. También se les llama “amantes de lo ajeno”, porque precisamente de eso ellos gustan de apoderarse, naturalmente, de forma ilícita.

El ladrón no conoce la palabra “pedir”; para el ladrón es más fácil ir a robar.
No se arriesgan “a lo loco” para robar. Después da haber planeado bien cómo habrá de hacer su robo, toma acción y pretende siempre obtener éxito en todos y cada uno de sus robos.

Busca siempre de evadir a la policía, y disimula muy bien lo que él realmente es. Puede incluso comportarse muy cortés con algunas de sus víctimas, para “sacar las uñas” en el momento preciso para él.

En la Biblia, el robo está clasificado como pecado muy grave.
Exodo 20:15
“No hurtarás.”

Ezequiel 18:18
“Su padre, por cuanto hizo agravio, despojó violentamente al hermano, e hizo en medio de su pueblo lo que no es bueno, he aquí que él morirá por su maldad.”

Y lo peor del caso es esto: que el ladrón, aun sabiendo que el robo es pecado ante Dios, no le importa tal decisión divina. El ladrón sólo piensa en auto beneficiarse.

La Biblia expresa claramente cómo Dios ve el robo:


Isaías 61:8
“Porque yo Jehová soy amante del derecho, aborrecedor del latrocinio para holocausto; por tanto, afirmaré en verdad su obra, y haré con ellos pacto perpetuo.”

Sin embargo, en el libro de Ezequiel dice que Dios perdonará misericordiosamente “al que se arrepienta y devuelva lo que robó.”
Ezequiel 33:14-16
“Y cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; si él se convirtiere de su pecado, e hiciere según el derecho y la justicia,
si el impío restituyere la prenda, devolviere lo que hubiere robado, y caminare en los estatutos de la vida, no haciendo iniquidad, vivirá ciertamente y no morirá.
No se le recordará ninguno de sus pecados que había cometido; hizo según el derecho y la justicia; vivirá ciertamente.”

A pesar de que el cristiano vive en un mundo lleno de criminalidad, se regocijan en la esperanza de vivir bajo la protección de Dios.
Salmos 91:1
“El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente.”

Y cuando Dios haya acabado con el robo, el cristiano podrá hacer lo siguiente:

Miqueas 4:4
“Y se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien los amedrente; porque la boca de Jehová de los ejércitos lo ha hablado.”

¡Qué bueno es poder vivir en un mundo libre de robos y, en general, de toda criminalidad!
Pero sólo Cristo puede solucionar de raíz tal problema social.

Al ladrón no le gusta trabajar, como dije anteriormente, pero hace de lo robado su fuente de ingresos, ya que vende lo que robó en casas de empeño, en lotes de carros viejos, en auto partes, a otros particulares, etc.

El apóstol Pablo dejó muy en claro lo referente a no querer trabajar:

2 de Tesalonicenses 3:10
“Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.”

Hay un refrán popular, que dice: “el hambre es canija, más para el que se la aguanta”. Pero el ladrón, aunque tenga hambre, debe esforzarse más bien por buscar un trabajo honesto, que estar planeando nuevos robos. Debe usar la buena capacidad mental y física que posee para un trabajo honesto.

Trabajo, hay. Pero es necesario salir a buscarlo, Él no va a llegar a nosotros, caído del cielo.

Hay que orar al Señor Todopoderoso con toda nuestra fe puesta en que Él habrá de responder nuestra oración, y salir en el Nombre de Jesús a buscar trabajo.
Filipenses 4:8
“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.”

Hebreos 12:1-2
“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,
puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.”

Por lo tanto, olvidémonos de robarnos unos a otros y seamos honestos unos para con los otros.
Isaías 55:6-7
“Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.
Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.”

Aun es tiempo de arrepentirse de tan grave pecado; quien robe, deje de hacerlo, arrepiéntase de sus pecados y entregue su vida a Cristo.

Solamente obedeciendo a Dios se puede estar seguro de que no tendrá problemas con Él, ni con las autoridades terrenales tampoco.


Dios les bendiga.

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