“El robo sigue siendo un pecado
grave, hasta el día de hoy.”
Por: Rafael Carrasco.
Día a día nos
damos cuenta de que, mientras más crece el desempleo en nuestro entorno, más se
agudiza el problema de los robos cometidos en contra de casa, comercios, industrias,
escuelas y hasta en casa de oración.
El ladrón es
una persona que no le importa perjudicar a quien sea, sino sólo en su
propio beneficio.
Aunque estudia
muy bien cómo ha de llevar a cabo su delito, le importa poco o nada lo que
sufran las personas afectadas por él.
Por lo
regular, el ladrón es una persona que no trabaja, pero tampoco le interesa ir en busca de un
trabajo honesto; comúnmente, gustan de obtener lo que quieren de la forma
más fácil y rápida posible. También se les llama “amantes de lo ajeno”,
porque precisamente de eso ellos gustan de apoderarse, naturalmente, de forma
ilícita.
El ladrón no
conoce la palabra “pedir”; para el ladrón es más fácil ir a robar.
No se arriesgan
“a lo loco” para robar. Después da haber planeado bien cómo habrá de hacer su
robo, toma acción y pretende siempre obtener éxito en todos y cada uno de sus
robos.
Busca siempre
de evadir a la policía, y disimula muy bien lo que él realmente es. Puede
incluso comportarse muy cortés con algunas de sus víctimas, para “sacar las
uñas” en el momento preciso para él.
En la Biblia , el robo está
clasificado como pecado muy grave.
Exodo 20:15
“No hurtarás.”
Ezequiel 18:18
“Su padre, por
cuanto hizo agravio, despojó violentamente al hermano, e hizo en medio de su
pueblo lo que no es bueno, he aquí que él morirá por su maldad.”
Y lo peor del
caso es esto: que el ladrón, aun sabiendo que el robo es pecado ante Dios, no
le importa tal decisión divina. El ladrón sólo piensa en auto
beneficiarse.
Isaías 61:8
“Porque yo
Jehová soy amante del derecho, aborrecedor del latrocinio para
holocausto; por tanto, afirmaré en verdad su obra, y haré con ellos pacto
perpetuo.”
Sin embargo, en
el libro de Ezequiel dice que Dios perdonará misericordiosamente “al que
se arrepienta y devuelva lo que robó.”
Ezequiel
33:14-16
“Y cuando yo
dijere al impío: De cierto morirás; si él se convirtiere de su pecado, e
hiciere según el derecho y la justicia,
si el impío
restituyere la prenda, devolviere lo que hubiere robado, y caminare en los
estatutos de la vida, no haciendo iniquidad, vivirá ciertamente y no morirá.
No se le
recordará ninguno de sus pecados que había cometido; hizo según el derecho y la
justicia; vivirá ciertamente.”
A pesar de que
el cristiano vive en un mundo lleno de criminalidad, se regocijan en la
esperanza de vivir bajo la protección de Dios.
Salmos 91:1
“El que habita
al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente.”
Y cuando Dios
haya acabado con el robo, el cristiano podrá hacer lo siguiente:
Miqueas 4:4
“Y se sentará
cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien los
amedrente; porque la boca de Jehová de los ejércitos lo ha hablado.”
¡Qué bueno es
poder vivir en un mundo libre de robos y, en general, de toda criminalidad!
Pero sólo
Cristo puede solucionar de raíz tal problema social.
Al ladrón no le
gusta trabajar, como dije anteriormente, pero hace de lo robado su fuente de
ingresos, ya que vende lo que robó en casas de empeño, en lotes de carros
viejos, en auto partes, a otros particulares, etc.
El apóstol
Pablo dejó muy en claro lo referente a no querer trabajar:
2 de
Tesalonicenses 3:10
“Porque también
cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere
trabajar, tampoco coma.”
Hay un refrán
popular, que dice: “el hambre es canija, más para el que se la aguanta”. Pero
el ladrón, aunque tenga hambre, debe esforzarse más bien por
buscar un trabajo honesto, que estar planeando nuevos robos. Debe usar la buena
capacidad mental y física que posee para un trabajo honesto.
Trabajo, hay.
Pero es necesario salir a buscarlo, Él no va a llegar a nosotros, caído del
cielo.
Hay que orar al
Señor Todopoderoso con toda nuestra fe puesta en que Él habrá de responder
nuestra oración, y salir en el Nombre de Jesús a buscar trabajo.
Filipenses 4:8
“Por lo demás,
hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo
lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna,
si algo digno de alabanza, en esto pensad.”
Hebreos 12:1-2
“Por tanto,
nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos,
despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia
la carrera que tenemos por delante,
puestos los
ojos en Jesús, el autor
y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz,
menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.”
Por lo tanto,
olvidémonos de robarnos unos a otros y seamos honestos unos para con los otros.
Isaías 55:6-7
“Buscad a
Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.
Deje el impío
su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual
tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.”
Aun es tiempo
de arrepentirse de tan grave pecado; quien robe, deje de hacerlo, arrepiéntase
de sus pecados y entregue su vida a Cristo.
Solamente
obedeciendo a Dios se puede estar seguro de que no tendrá problemas con Él, ni
con las autoridades terrenales tampoco.
Dios les
bendiga.
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