“La paz: uno de los frutos del Espíritu Santo.”
Por:
Rafael Carrasco.
La paz es uno de los frutos del Espíritu
Santo, que tanta falta nos hace, dado que día a día está aumentando, en forma
desmedida, la maldad en este mundo.
Gálatas 5:22-23
5:22 “Mas el fruto del Espíritu es amor,
gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe,
5:23 mansedumbre, templanza; contra tales
cosas no hay ley.”
También la paz es, por así decirlo, “la
hija de la justicia”.
Isaías 32:17
“Y el efecto de la justicia será paz;
y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre.”
La paz no se construye sólo con palabras,
sino también en la práctica diaria de la misma.
Como cristianos, estamos llamados a ser
forjadores de una nueva realidad, llegar a ser la luz del mundo, los constructores
del reino de Dios aquí en la
Tierra.
Vamos a destacar los siguientes puntos en
cuanto a la paz:
La paz como bienestar.- En hebreo, la
palabra paz es “Shalom”, en tanto que en griego es “eirene”.
En ambos significados, paz es tener
bienestar en su plenitud.
El saludo judío es un deseo de bienestar
por el prójimo.
Lucas 10:5
“En cualquier casa donde entréis,
primeramente decid: Paz sea a esta casa.”
Esta salutación es como decir también: la
paz sea contigo.
Las relaciones fraternales o de concordia
se expresan por el respeto de la vida de los demás y por la asistencia en sus
necesidades.
Josué 9:15
“Y Josué hizo paz con ellos, y celebró con
ellos alianza concediéndoles la vida; y también lo juraron los príncipes de la
congregación.”
Antiguamente, estas relaciones de paz eran
acordadas mediante un pacto, el cual era
inviolable. Quien quebrantaba un pacto con un acto de injusticia, era
castigado, incluso con la muerte.
1 de Reyes 2:5
“Ya sabes tú lo que me ha hecho Joab hijo
de Sarvia, lo que hizo a dos generales del ejército de Israel, a Abner hijo de
Ner y a Amasa hijo de Jeter, a los cuales él mató, derramando en tiempo de paz
la sangre de guerra, y poniendo sangre de guerra en el talabarte que tenía
sobre sus lomos, y en los zapatos que tenía en sus pies.”
El hecho de que no exista guerra, no es
garantía de que existe paz; es el
bienestar que disfruta el hombre lo que viene a ser garantía de paz.
Levítico 26:3-13
26:3 “Si anduviereis en mis decretos y
guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra,
26:4 yo daré vuestra lluvia en su tiempo, y
la tierra rendirá sus productos, y el árbol del campo dará su fruto.
26:5 Vuestra trilla alcanzará a la
vendimia, y la vendimia alcanzará a la sementera, y comeréis vuestro pan hasta
saciaros, y habitaréis seguros en vuestra tierra.
26:6 Y yo daré paz en la tierra, y
dormiréis, y no habrá quien os espante; y haré quitar de vuestra tierra las
malas bestias, y la espada no pasará por vuestro país.
26:7 Y perseguiréis a vuestros enemigos, y
caerán a espada delante de vosotros.
26:8 Cinco de vosotros perseguirán a
ciento, y ciento de vosotros perseguirán a diez mil, y vuestros enemigos caerán
a filo de espada delante de vosotros.
26:9 Porque yo me volveré a vosotros, y os
haré crecer, y os multiplicaré, y afirmaré mi pacto con vosotros.
26:10 Comeréis lo añejo de mucho tiempo, y
pondréis fuera lo añejo para guardar lo nuevo.
26:11 Y pondré mi morada en medio de
vosotros, y mi alma no os abominará;
26:12 y andaré entre vosotros, y yo seré
vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo.
26:13 Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué
de la tierra de Egipto, para que no fueseis sus siervos, y rompí las coyundas
de vuestro yugo, y os he hecho andar con el rostro erguido.”
Isaías 32:17
“Y el efecto de la justicia será paz; y la
labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre.”
Paz y justicia.- En la Biblia, la paz y la
justicia están íntimamente relacionadas; relación que se rige por la ley de
causa y efecto; esto es, que para lograr
la paz, hay que practicar la justicia.
Por otro lado, hay la advertencia de quq “
quien obra el mal no tendrá paz.
Isaías 48:22
“No
hay paz para los malos, dijo Jehová.”
El cristiano tiene la obligación de obrar
bien y hacer justicia.
Santiago 4:17
“y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.”
Llamados a ser pacificadores.- Los
cristianos tenemos el llamado a luchar y procurar la paz.
Romanos 12:18
“Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.”
La felicidad de ser llamados hijos de Dios
sólo la tendrán aquellos que trabajen por la paz.
Mateo 5:9
“Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.”
No hay excusa: hay que construir la paz con
justicia en estos días. Jesús nos dio el inicio de esto; ahora a nosotros nos
toca continuar Su noble labor.
El mundo se convencerá de la justicia de
Dios, a través de nuestras obras de justicia, las cuales estarán respaldadas
por el Consolador (el Espíritu Santo).
La falsa paz.- En la Biblia, también encontramos
muchos pasajes que nos advierten a no confundir el sentido y contenido de la
paz.
Puede hablarse de paz, ocultando una
situación de justicia, o encubriendo propósitos personalistas que nada tienen
que ver con el amor al prójimo.
2 de Reyes 9:22-26
9:22 Cuando vio Joram a Jehú, dijo: ¿Hay
paz, Jehú? Y él respondió: ¿Qué paz, con las fornicaciones de Jezabel tu madre,
y sus muchas hechicerías?
9:23 Entonces Joram volvió las riendas y
huyó, y dijo a Ocozías: ¡Traición, Ocozías!
9:24 Pero Jehú entesó su arco, e hirió a
Joram entre las espaldas; y la saeta salió por su corazón, y él cayó en su
carro.
9:25 Dijo luego Jehú a Bidcar su capitán:
Tómalo, y échalo a un extremo de la heredad de Nabot de Jezreel. Acuérdate que
cuando tú y yo íbamos juntos con la gente de Acab su padre, Jehová pronunció
esta sentencia sobre él, diciendo:
9:26 Que yo he visto ayer la sangre de
Nabot, y la sangre de sus hijos, dijo Jehová; y te daré la paga en esta
heredad, dijo Jehová. Tómalo pues, ahora, y échalo en la heredad de Nabot,
conforme a la palabra de Jehová.”
Joram rey de Israel cree tener paz,
y la exige.
En el Nuevo Testamento, también se habla de
una falsa paz.
Los contemporáneos de Jesús (sacerdotes,
doctores de la ley, fariseos, saduceos, escribas, etc.) creían que el Mesías de
quien habló el profeta Isaías estaría de parte de ellosy les daría la paz.
Isaías 9:16-17
9:16 “Porque los gobernadores de este
pueblo son engañadores, y sus gobernados se pierden.
9:17 Por tanto, el Señor no tomará
contentamiento en sus jóvenes, ni de sus huérfanos y viudas tendrá
misericordia; porque todos son falsos y malignos, y toda boca habla
despropósitos. Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que todavía su mano
está extendida.”
Esa “paz” que los contemporáneos de Jesús
esperaban, consistía en recuperar el poder sobre Judá, liberándose así
del Imperio Romano.
Estos dirigentes encubrían sus injusticias
manteniendo al pueblo judío “en opresión”.
Lucas 11:37-42
11:37 “Luego que hubo hablado, le rogó un
fariseo que comiese con él; y entrando Jesús en la casa, se sentó a la mesa.
11:38 El fariseo, cuando lo vio, se extrañó
que no se hubiese lavado antes de comer.
11:39 Pero el Señor le dijo: Ahora bien,
vosotros los fariseos limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro
estáis llenos de rapacidad y de maldad.
11:40 Necios, ¿el que hizo lo de fuera, no
hizo también lo de adentro?
11:41 Pero dad limosna de lo que tenéis, y
entonces todo os será limpio.
11:42 Mas ¡ay de vosotros, fariseos! que
diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y
el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin dejar aquello.”
Esa “paz” es falsa, porque su fruto no es la justicia.
Mateo 23:23
“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos,
hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más
importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario
hacer, sin dejar de hacer aquello.”
Es a estos “falsificadores de la paz” a
quienes Jesús les habló.
Lucas 12:51
“¿Pensáis que he venido para dar paz en la
tierra? Os digo: No, sino disensión.”
Jesús, al despedirse de Sus discípulos, les
advierte a no seguir la falsa paz.
Juan 14:27
“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe
vuestro corazón, ni tenga miedo.”
Ahora bien, ¿Cuál paz deja Jesús? La misma
paz anunciada en el Antiguo Testamento por los profetas.
Jesús nos dejó una paz real. Empezó a hacerla realidad
trayendo salud, libertad y justicia a los pobres, a los cautivos, a los oprimidos.
Lucas 4:16-21
4:16
“Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la
sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer.
4:17 Y se le dio el libro del profeta
Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito:
4:18 El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a
sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y
vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos;
4:19 A predicar el año agradable del Señor.
4:20 Y enrollando el libro, lo dio al
ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.
4:21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha
cumplido esta Escritura delante de vosotros.”
¿Quiere usted también ser llamado hijo de
Dios? Entonces luche por la paz.
Dios les bendiga.
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