sábado, 23 de mayo de 2015

"¿Cómo recupera usted sus energías?"



“¿Cómo recupera usted sus energías?”

Por: Rafael Carrasco.

Cuando un deportista realiza sus prácticas, es interesante observarlo, porque seguramente con su perseverancia en tales prácticas, las mismas lo llevarán a hacer muy buen papel a la hora de un torneo de talla local, nacional e incluso internacional.
Por ejemplo, la ahora ex velocista mexicana Ana Gabriela Guevara, quien desempeñara un muy buen papel en todas y cada una de las competencias en las que ella formó parte, es cierto que al final de su última carrera no logró la tan anhelada medalla de oro, pero lo importante aquí fue su constancia en competir, y procuró siempre hacerlo bien.
En su última competencia, ella obtuvo una muy digna medalla de plata, pero su nombre quedó escrito para la posteridad en la historia del deporte mexicano y mundial.

No solamente es importante la perseverancia en las prácticas de un deportista, sino que también influye mucho su alimentación, ya que al hacer sus prácticas consume enormes cantidades de energía, las cuales debe inmediatamente recuperar para estar siempre al 100% en su condición física; por ello, necesita una alimentación suficientemente balanceada para mantener su status de salud óptimo.

Así también ocurre en la vida espiritual: debemos alimentarnos adecuadamente de la palabra de Dios, la Biblia, escudriñándola; esto es, estudiarla a fondo, analizarla, así como orar y vivir en santidad delante de Dios y de la sociedad en medio de la cual nos movemos.
Consumimos enormes cantidades de energía espiritual cada día, porque resistimos al diablo y a sus demonios, y es una lucha nada fácil. Solamente con la ayuda de Dios se puede conseguir eso.
Juan 5:39
Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;”

No hay alimento espiritual mejor que la palabra de Dios, para mantenernos en un 100% de fortaleza. Es el alimento más fuerte y saludable para nuestra alma.
2 de Timoteo 3:16-17
3:16 “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,
3:17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”

Satanás es comparado con un león rugiente en busca continua de presas para devorar. Una característica de este felino es que empieza a rugir cuando sabe que tiene frente a sí y a su merced a la presa que habrá de devorar, para infundir miedo en dicha presa, y así no pueda escapar de sus garras.

Asimismo, Satanás hace lo mismo cuando sabe que tiene frente a sí a muchas presas que desea devorar.
Lo más triste del asunto, es que sus presas son nada más y nada menos que las gentes que aun no han querido aceptar a Cristo como su Salvador personal; y no Lo aceptan por prejuicios (el “¿qué dirán?”) o por simple orgullo personal (“no les da la gana”).

Por eso es importante advertir sobre la adecuada alimentación espiritual, porque Satanás y sus demonios están todos los días activos, de día y de noche, buscando a quien devorar; las gentes sin Cristo son gentes espiritualmente anémicas; no tienen fuerzas para resistir al diablo y a sus demonios, y son presa fácil de ese león rugiente. Los devora hasta tronarle los huesos  y digerirlos.

Un ejemplo de cómo Satanás devora a su presa, es cuando sus demonios poseen a una persona hasta el grado de enloquecerla o provocar en ella el deseo de matar e incluso de suicidarse.
Esto me recuerda al endemoniado gadareno sanado por Jesús.
Lucas 8:38-39
8:38 “Y el hombre de quien habían salido los demonios le rogaba que le dejase estar con él; pero Jesús le despidió, diciendo:
8:39 Vuélvete a tu casa, y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo. Y él se fue, publicando por toda la ciudad cuán grandes cosas había hecho Jesús con él.”

¿Verdad que a usted, estimado lector, no le gustaría estar en una situación espiritual similar? Recupere sus energías espirituales  aceptando a Cristo como su Salvador personal por fe y tenga la completa seguridad de que Dios lo protegerá a usted contra todo ataque de Satanás y sus demonios.

¿Quiere ahora recibir a Jesús en su alma? Haga una oración como ésta, y goce de las ricas y grandes bendiciones que Dios tiene reservadas para usted:

“Señor Padre celestial, te pido en este momento que perdones todos mis pecados, incluyendo mis prejuicios y mi orgullo personal; vengo en esta hora a dejarlos a Tus pies, arrepentido de haberte rechazado por tanto tiempo. Te ruego permitas que Tu Hijo Jesús entre en mi alma y sea mi Rey y mi Señor desde ahora y para siempre, amén.”

¿Hizo esta oración sinceramente? Ahora, ¡Bienvenido a la familia de Dios y a disfrutar de la vida cristiana y a recuperar sus energías espirituales, para que su nombre quede escrito en el libro de la vida del Cordero de Dios!

Dios les bendiga.

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