“Luchando contra gigantes.”
Por: Rafael Carrasco
Estimado lector, ¿qué tan fácil o qué tan difícil es para usted tener que luchar contra un gigante?
Parece una pregunta tonta, ¿verdad? Pero no lo es, y en el transcurso de este mensaje se dará cuenta por qué.
En la Biblia tenemos testimonio de personas normales que lucharon contra gigantes, y los vencieron. En el Libro de 1 de Samuel, capítulo 17, vemos que David mata al gigante filisteo Goliat, para la gloria de Dios y a la vez para un testimonio de victoria, tanto para el propio David, como para el pueblo de Israel en general.
La estatura de Goliat era, según la Biblia, de 6 codos y un palmo.
1 de Samuel 17:4 “Salió entonces del campamento de los filisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat, de Gat, y tenía de altura seis codos y un palmo.”
Vamos a ver cuál es la equivalencia de su estatura en pies:
Si un codo = 45 centímetros y un palmo = 22.5 centímetros, entonces:
45 x 6 = 270 centímetros + 22.5 centímetros = 292.50 centímetros
1 pie = 12 pulgadas y 1 pulgada = 2.54 centímetros.
De donde: 12 x 2.54 = 30.48 centímetros (1 pie = 30.48 centímetros)
292.50 centímetros / 30.48 centímetros = 9.59 pies
Nos damos cuenta de que era un hombrezote. Pues a ese hombrezote enfrentó David, y lo venció, claro, con la ayuda de Dios, amén.
1 de Samuel 17:37 “Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garra del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Vé, y Jehová esté contigo.”
1 de Samuel 17:44 “Dijo luego el filisteo (Goliat) a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo.”
1 de Samuel 17:45 “Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.”
1 de Samuel 17:49-51 “Y metiendo David su mano en la bolsa, tomo de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra.
Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano.
Entonces corrió David y se puso sobre el filisteo; y tomando la espada de él y sacándola de su vaina, lo acabó de matar, y le cortó con ella la cabeza. Y cuando los filisteos vieron a su paladín muerto, huyeron.”
Ahí nos podemos dar cuenta, con este ejemplo bíblico, que Dios puede estar con nosotros, si nosotros le somos fieles a Él: fieles en oración, en ayunar, en leer la Biblia, en hacer buenas obras, en vivir en santidad (vivir decentemente).
Si cumplimos todos estos requisitos, ciertamente Dios estará de nuestra parte, y nos ayudará a salir adelante todo el tiempo.
Otro ejemplo fue cuando Dios les dio por herencia a los israelitas la tierra prometida de Canaán, del otro lado del río Jordán, en donde habitaban gentes aborrecibles a Dios, y también de grande estatura.
Josué 4:24 “para que todos los pueblos de la tierra conozcan que la mano de Jehová es poderosa; para que temáis a Jehová vuestro Dios todos los días.”
¿Se da cuenta ahora que no es tonta la pregunta que le hice al principio de este mensaje?
Usted tiene frente a sí a gigantes como el desempleo, las enfermedades, la delincuencia, la prostitución, las deudas, etc.
Pero déjeme decirle esto: si usted vive conforme a como Dios quiere que lo haga, usted será ayudado por Él para que venza, por fe en Él, a los gigantes antes mencionados; usted será un vencedor siempre, capaz de eso y mucho más, en el nombre de Jesús.
Pero hay algo muy importante que quiero decirle, antes de concluir este mensaje: usted debe aceptar primeramente a Jesucristo en su alma como Salvador personal, para que tenga derecho a Su gran ayuda.
Puede hacerlo con una oración como ésta:
“Querido Señor Jesús: te agradezco que me escuches en esta hora, en la cual me arrepiento de todo corazón de mis muchos pecados. Te ruego que entres a mi alma, para experimentar Tu ayuda, Tu amor y Tus bendiciones para mi vida espiritual y física, amén.”
Ahora sí, usted ya puede experimentar la ayuda de Dios, del Dios todopoderoso, único y vivo que existe.
Isaías 46:22 “Mirad a mí (a Dios), y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más.”
Procure de ahora en adelante vivir como Dios manda, y sea de bendición a otros. Congréguese en una Iglesia evangélica local donde a usted le conste que a la Biblia se le tiene como autoridad para el diario vivir y amiste con otras personas que obedecen sinceramente a Dios.
Dios les bendiga.
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