viernes, 25 de julio de 2014

"Séptima y última palabra de Jesús."

“SÉPTIMA Y ÚLTIMA PALABRA DE JESÚS.”
Por: Rafael Carrasco 

Juan 19:30 “Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.”

El cuadro que aquí vemos, es también muy terrible: un Jesús que estaba sediento en grado extremo, y que tenía gran necesidad de beber tan siquiera un trago de agua; pero lo que recibió en cambio fue una esponja empapada en vinagre mezclada con hiel.

Esta mezcla, era usada por los romanos para mitigar el dolor de los crucificados, pero Jesús rechazó el beberla, porque Él quería estar 100% consciente al consumar Su acto redentor.

De manera que, si no era agua lo que habría de beber, prefería mejor quedarse sediento.

Él no quería estar bajo el efecto anestésico de aquella mezcla que se le ofreció para beber. Y no sabemos en realidad qué tan rápido actuaría en hacer efecto tal mezcla, porque el dolor sufrido por Jesús, para un ser humano común y corriente, sería totalmente insoportable.

Un ser humano común y corriente hubiera muerto con solamente los puros azotes como los que se le dieron a Jesús en primer castigo.

Con esa Palabra dicha por Jesús, el propio Jesús daba por terminada Su obra redentora a favor de la toda la humanidad. Y ahora sí, el Padre Celestial podía volver a Mirarlo nuevamente, porque ya no estaban más sobre Jesús nuestros pecados y nuestras enfermedades y, además, por haber vencido a Satanás públicamente.

Fue entonces cuando los soldados romanos quisieron comprobar si en verdad Jesús estaba muerto, y le traspasaron Su costado.
Cuando hubo un terremoto tan grande en toda la Tierra, el pánico se apoderó de todos los presentes en la muerte de Jesús, y sus conciencias los atormentaban, dándose luego golpes en el pecho, en señal de arrepentimiento y lamentación por lo que la habían hecho a aquel Hombre del que no creían era el Hijo de Dios, el Mesías.

Pero ya era demasiado tarde para detener la sentencia humana contra el Hijo de Dios; ya Jesús había muerto, y Su obra redentora consumada fue. Él cumplió cabalmente con Su Padre Celestial, y fue Recompensado grandemente al ser Levantado hacia el Cielo, estando ahora Sentado Jesús a la diestra de Su Padre Celestial, reinando como Rey de reyes y Señor de señores por la eternidad.

Dios les bendiga.

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