lunes, 4 de agosto de 2014

"¿Qué dice la Biblia de la cobardía?"

“¿Qué dice la Biblia de la cobardía?”

Por: Rafael Carrasco

En nuestra vida actual siempre se presentan, por alguna razón, situaciones que bien pudieran acobardarnos, debido a la naturaleza de las mismas.
Lamentablemente, muchos planes se nos han venido abajo, y a veces es probable que no retomemos el asunto, debido al prejuicio de que: “si en la primera vez me fue mal, es seguro que en los demás intentos también me va a ir mal.” Eso es una trampa del diablo para mantenernos dudosos de confiar en Dios.

El diablo cada rato nos dice al oído: “mira tu Dios, te ha olvidado. Ni siquiera escucha tus oraciones”.

¡Que el Señor lo reprenda en el Nombre de Jesús, amén! Esa persuasión del diablo es la culpable de que en muchas de las veces no queramos seguir adelante con un proyecto fallido la primera vez que lo pusimos a andar. Aparte de cobardía, provoca un cierto porcentaje de pereza en siquiera pensar en hacer otro intento.

Las aves nos dan el ejemplo: cuando un depredador o si tal vez por una ventisca su nido cae y se destruye, ellas lo vuelven a construir; ellas poseen una perseverancia dada por Dios.
Las hormigas son otro ejemplo: no teniendo quien las mande, ellas recogen alimento en sus agujeros para antes de que llegue el tiempo de frío, en el cual no salen de sus agujeros.
Proverbios 6:6
Ve a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio;”

La cobardía está definida como: falta de ánimo y valor, según el Diccionario de la Real Academia Española.

Una persona con temores, es el reflejo claro e inequívoco de una persona cobarde.
Pero el único temor bueno es el temor de Dios; es decir, el guardar Sus mandamientos y ponerlos por obra.
Fuera de eso, cualquier otro temor es cobardía, cosa que, naturalmente, desagrada a nuestro Dios.

Vamos a ver con detalle las diferentes causas de la cobardía en una persona:

Desde el vientre de la madre.- La pueden provocar un susto, una madre que casi muere durante el parto, o el rechazo del hijo por parte del padre o de la madre.

Obviamente, las 2 primeras causas se aplican a un bebé, y la tercera se aplica a un bebé y a un niño que ya se da cuenta de la realidad que está viviendo.

Sobreprotección por cualquiera de los padres.- Consiste en que uno o ambos padres no dejen que sus hijos enfrenten la vida por sí mismos, teniendo como consecuencia la falta de madurez en el niño y la superdependencia de sus padres a la hora en que el niño tenga que tomar una decisión.

Frustraciones que el niño ha tenido en su vida.- Algunas de esas frustraciones son tan fuertes que “los marcan” y no los dejan avanzar en la vida. Como consecuencia, el niño “se queda mediocre, apocado, con la autoestima hasta el suelo”.

Dios no está en desacuerdo en que un niño vaya en busca de ayuda profesional cuando ve que todo a su alrededor no le ayuda para solucionar su cobardía. Claro está que buscar a Dios es lo primero de todo en esta vida, pero si acude donde un Psicólogo no es malo ante Dios.

El Psicólogo tal vez le recomiende al niño terapias para lograr desenvolverse en forma natural y eficiente; terapias que lo ayuden a superar su cobardía (o las causas de ella) y esté listo para continuar viviendo su vida de una manera totalmente normal.

Gracias a Dios que existen los Psicólogos, porque son personas que han sido capacitadas para lidiar con problemas del alma, pues las frustraciones y la cobardía no son problemas del cuerpo, sino del alma. Como en el alma se guardan los pensamientos, los deseos y la voluntad, por eso es que una persona capacitada en asuntos del alma es la indicada para consultar en estos casos.

Ahora bien, ¿por qué rechaza Dios la cobardía?

Porque nos lleva a ser rebeldes a la palabra de Dios, obedeciendo más a Satanás.

Porque nos hace caer en manos de nuestro enemigo.

Porque nos hace ver las circunstancias, y no a Dios. (Como el ejemplo del apóstol Pedro cuando Jesús le mandó caminar sobre el mar.)

  
Mateo 14:25-33
“Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar.
Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo.
Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!
Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.
Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.
Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!
Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento.
Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.”

Porque nos roba la visión del reino de Dios.- Esto es: ser conquistador de almas, ganar a otros para Cristo.

Porque no nos deja aceptar desafíos que nos harán crecer espiritualmente.

¿Y qué nos dice la Biblia de la cobardía?

Que Dios no nos dio ese espíritu. Debemos rechazarlo.
2 de Timoteo 1:7
“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.”

Dios nos habla de ser un vencedor, no un cobarde.
Romanos 8:32
“El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?”

Apocalipsis 3:5
“El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.”

Dios nos habla de ser un valiente, no de un cobarde.- Esto es, debemos dejar malos hábitos en nuestra vida, para ser útiles para la obra del reino de Dios.

Josué 1:9
“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.”

Mateo 11:12
“Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.”

En el pasaje antes citado, violentos es sinónimo de valientes, porque analizando el original griego biazétai, que significa violencia o esfuerzo, sabemos que una persona esforzada es una persona valiente. Por lo tanto, el reino de los cielos es arrebatado solamente por valientes.

En el cielo no entran los cobardes, sólo los valientes.
Apocalipsis 21:8
“Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.”

¿Quiere usted evitar esto? Rinda hoy su vida a Cristo, y será salvo de ir a ese lugar de tormento eterno.


Dios les bendiga.

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