“La pobreza en la Biblia.”
Por: Rafael Carrasco.
Es muy común
ver pobreza por todos lados; es una situación nada nueva. Los pobres en este
mundo tristemente hacen mayoría en cuanto a población se refiere.
Al respecto, la Biblia nos da algunos
ejemplos de tal situación:
Lucas 21:1-4
“Levantando los
ojos, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca de las ofrendas.
Vio también a
una viuda muy pobre, que echaba allí dos blancas.
Y dijo: En
verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos.
Porque todos
aquéllos echaron para las ofrendas de Dios de lo que les sobra; mas ésta, de su
pobreza echó todo el sustento que
tenía.”
La blanca era
una de las monedas que se usaron en el tiempo de Jesús. Era equivalente a 3.1250 gramos de
plata. De manera que la viuda ofrendó en el templo lo equivalente a:
3.1250 x 2 = 6.2500 gramos de
plata
El ejemplo más
grande que tenemos en la Biblia ,
es el propio Señor Jesús quien, siendo rico, por amor a toda la humanidad se
hizo pobre.
2 de Corintios
8:9
“Porque ya conocéis
la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre,
siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis
enriquecidos.”
Esto quiere
decir que el Señor Jesús se humilló a sí mismo, siendo Él rico en gloria y
majestad y dueño de la plata y del oro para que, con Su gran ejemplo de
humildad de espíritu, la humanidad fuera enriquecida con Su gracia, con Su
misericordia, con Sus riquezas en gloria, con Su bendición y salvación.
No hay nadie
más rico que Él pero, sin embargo, Él lo dejó todo por venir a rescatar a una
humanidad condenada a sufrir eternamente en el infierno.
De manera que
el Único que nos puede dar riqueza de una manera extraordinaria, es el Señor
Jesús, de acuerdo a Su voluntad: y esa riqueza, es una riqueza de salvación.
Cuando “parece”
que nada tenemos, lo tenemos todo, a través de la salvación de nuestro Señor
Jesucristo.
Dios nos dice
que en nuestra vida terrenal debemos hacer ciertas cosas para no estar pobres:
PRIMERA.- No
quedarnos con los brazos cruzados, para no empobrecer espiritualmente.
Proverbios
6:6-11
“Ve a la
hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio;
La cual no
teniendo capitán, Ni gobernador, ni señor,
Prepara en el
verano su comida, Y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento.
Perezoso,
¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?
Un poco de
sueño, un poco de dormitar, Y cruzar por un poco las manos para reposo;
Así vendrá tu
necesidad como caminante, Y tu pobreza como hombre armado.”
Ahora bien, en
el plano material, es bueno delante de Dios que seamos personas esforzadas y
trabajadoras, y Él se va a asegurar que tengamos para trabajar.
Espiritualmente
hablando, leer la Biblia
es trabajar; orar es trabajar; ir a congregarse en una casa de oración toma
esfuerzo, pero también es trabajar.
La obra del
Señor es trabajar; no
podemos ser buenos cristianos si no estamos trabajando en Su obra.
Aquellos padres
de familia que enseñan a sus hijos dándoles a hacer tareas y obligaciones, y
les enseñan también a trabajar, es bueno; porque así los hijos van a comprender
que la vida es trabajo, y que si se quedan con los brazos cruzados, nada
van a obtener.
Ahora bien, hay
que tener cuidado de no hacer del trabajo un ídolo, porque esa idolatría resta
tiempo para la familia, y cuánto más a Dios.
SEGUNDA.-Hay
que compartir. Aquel que retiene y guarda, en vez de ayudar cuando se le
solicita, viene a pobreza, porque Dios se desagrada de él.
Proverbios
11:24
“Hay quienes
reparten, y les es añadido más; Y hay quienes retienen más de lo que es
justo, pero vienen a pobreza.”
Como Dios nos
ha dado la salvación, debemos compartirla con otros. Si no lo hacemos, vamos a
quedar pobres espiritualmente.
Tal vez se vea
lógico, pero si lo hacemos, Dios nos va a bendecir.
Hay que
entender una cosa: la vida cristiana no es de lógica, sino “de fe”.
TERCERA.- Hay
que escuchar consejo bueno.
Proverbios
13:18
“Pobreza y
vergüenza tendrá el que menosprecia el consejo; Mas el que guarda la corrección
recibirá honra.”
Preferentemente,
nunca pida consejo de alguien que no sea cristiano, ni que no lea la Biblia , ni mucho menos que
no le interesen las cosas de Dios.
Hay personas
que pueden tener dinero, pero en su alma estar tristes, con un vacío
espiritual. ¿Por qué? Porque no trabajan por y para el Señor.
Si alguna vez
usted tiene que tomar una decisión, y no sabe cómo enfrentarla, vaya con su
pastor, porque seguramente Dios va a hablar a través de él, o a través de la
predicación de dicho pastor.
El mejor
consejo que podemos escuchar viene de la Palabra de Dios.
La gran
bendición de Dios no es la riqueza económica, sino la espiritual.
CUARTA.- Hay
que tener buenos amigos.
Proverbios
28:19
“El que labra
su tierra se saciará de pan; Mas el que sigue a los ociosos se llenará de
pobreza.”
Si sigo a los
ociosos, de seguro voy a ser pobre: y normalmente, yo soy quienes mis amigos son. Si trabajo, puede ser que no sea
rico en lo material, pero tampoco voy a vivir en la miseria.
Si tengo buenos
amigos, y esos buenos amigos son cristianos, me van a ayudar a salir de la
pobreza espiritual; pero si amisto con gente que nada quiere con Dios, voy a
seguir pobre en lo espiritual.
QUINTA.- No hay
que ser avaro.
Proverbios
28:22
“Se apresura a
ser rico el avaro, Y no sabe que le ha de venir pobreza.”
Hay que
apresurarnos en ser ricos en lo espiritual, y no en lo material.
Deuteronomio
15:11
“Porque no
faltarán menesterosos en medio de la tierra; por eso yo te mando,
diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra.”
El negar ayuda
al prójimo es pecado ante Dios.
Proverbios 3:28
“No digas a tu
prójimo: Anda, y vuelve, Y mañana te daré, Cuando tienes contigo qué darle.”
Proverbios 22:9
“El ojo
misericordioso será bendito, Porque dio de su pan al indigente.”
Proverbios 23:5
“¿Has de poner
tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque se harán alas Como
alas de águila, y volarán al cielo.”
SEXTA.-Hay que
dar al pobre.
Proverbios
28:27
“El que da al
pobre no tendrá pobreza; Mas el que aparta sus ojos tendrá muchas maldiciones.”
Según nuestras
posibilidades económicas, ayudemos a los pobres.
Ahora bien, en
lo espiritual, si damos al pobre espiritual (es decir, a la gente sin Cristo),
Dios nos va a mantener ricos en lo espiritual.
SÉPTIMA.- Hay
que vivir de lo necesario.
Proverbios
30:8-9
“Vanidad y
palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan
necesario;
No sea que me
sacie, y te niegue, y diga:
¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios.”
Hay que
aprender a vivir de lo necesario, y hay que estar agradecidos de lo que Dios
nos da.
Mateo 6:19-21
“No os
hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde
ladrones minan y hurtan;
sino haceos
tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones
no minan ni hurtan.
Porque donde
esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.”
Dios les
bendiga.
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