“Una manera práctica de aprovechar
nuestro tiempo libre.”
Por: Rafael Carrasco.
Dentro de
nuestras actividades diarias, es de suma importancia resaltar que es necesario
hacer una pausa para distraernos un poco, ya sea brevemente en horas de trabajo
o de estudio, o con más libertad, al haber terminado nuestra jornada diaria.
A dicha pausa,
la he llamado “nuestro tiempo libre”.
Eclesiastés 3:1
“Todo tiene su
tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.”
Por “todo lo
que se quiere”, en el pasaje anterior, entendemos todo deseo o todo anhelo que
sintamos.
Si el trabajo es
el medio por el cual ganamos nuestro pan diario, el tiempo libre nos provee las
oportunidades para realizar nuestros deseos y placeres personales, que no
pueden ser satisfechos en nuestro centro de trabajo.
Sabemos que
todos los seres humanos somos tripartitas: tenemos cuerpo, alma y espíritu.
Pues bien,
estas 3 partes “necesitan ser refrescadas”, y es el tiempo libre el adecuado
para practicar las actividades que nos restauran.
Jesús gozaba
las oportunidades de descansar de las cargas y de las responsabilidades de Su
misión aquí en la Tierra. Ejemplo
de ello, fue cuando asistió con Sus discípulos a las bodas de Caná.
Juan 2:1-11
“Al tercer día
se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús.
Y fueron
también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos.
Y faltando el
vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino.
Jesús le dijo:
¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora.
Su madre dijo a
los que servían: Haced todo lo que os dijere.
Y estaban allí
seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los
judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros.
Jesús les dijo:
Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba.
Entonces les
dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron.
Cuando el
maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo
sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo,
y le dijo: Todo
hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el
inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora.
Este principio
de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus
discípulos creyeron en él.”
Jesús sabía
usar sabiamente Su tiempo libre; como Dios que también es, todo lo sabe y por
ello es capaz de administrar Su tiempo en una forma maravillosa y sorprendente
a la vez. Pero aun en una ocasión tan especial como lo es una boda, Jesús nunca
olvidó la voluntad de Su Padre.
Recordemos que
Dios el Padre también se tomó un tiempo libre, al descansar el séptimo día de
la creación que había hecho por 6 días.
Génesis 2:1-3
“Fueron, pues,
acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos.
Y acabó Dios en
el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que
hizo.
Y bendijo Dios
al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había
hecho en la creación.”
Así también los
seres humanos tenemos el derecho de descansar de nuestras actividades
rutinarias del trabajo o del estudio, apartando un tiempo determinado para
ello: podemos ir a caminar, al cine, a cenar a algún restaurante, a bailar, a
una fiesta, quedarnos en casa a arreglar algo que se haya descompuesto, ir a un
supermercado, visitar amistades o familiares, estudiar la Biblia en casa o en un
grupo, etc. Son tantas las actividades que podemos hacer en nuestro tiempo
libre. Hay varias opciones.
Proverbios
17:22
“El corazón
alegre constituye buen remedio; Mas el espíritu triste seca los huesos.”
Siempre ha
habido, especialmente entre los familiares, compañeros de trabajo o de
estudios, alguien que sale con estas cosas: “¿estás seguro de que no necesitas un
trago para estar alegre y “agarrar” ambiente? ¿No te aburres de ser un
aleluya amargado?”
Para esas
personas hay una respuesta: los cristianos no necesitamos “de ningún trago”
para, como ellos dicen, “agarrar ambiente”. Los cristianos, por decir algo,
traemos la música por dentro, pero música de alabanza y adoración a nuestro
Dios. Por lo tanto, podemos estar alegres sin necesidad de estar borrachos.
Nosotros gustamos de respetar la forma de pensar de otras personas: si quieren
estar borrachos para estar alegres, es su problema.
Lo que
normalmente se necesita para ejercitar y a la vez relajar nuestro cuerpo, alma
y espíritu, es:
Para el cuerpo:
el ejercicio físico.
Para el alma:
leer la Biblia
y meditar en Ella; de ser posible, compartirla a otros.
Para el
espíritu: la oración y el ayuno.
Otro ejemplo lo
tenemos en Pablo, quien aprovechó una oportunidad que se le presentó para
orientar el tiempo libre de algunos atenienses y visitantes hacia la búsqueda
del Único Dios verdadero. Sin embargo, no fue culpa de Pablo el que esas
personas no respondieran positivamente a las buenas nuevas de salvación por
medio de Cristo que Pablo les presentó.
Hechos 17:21
“(Porque todos
los atenienses y los extranjeros residentes allí, en ninguna otra cosa se
interesaban sino en decir o en oír algo nuevo.)”
Ahora bien, en
cuanto a los pasatiempos, el hecho de crear cosas es una gran satisfacción para
quien gusta de ello.
En el Antiguo
Testamento, se practicaban varios oficios: cestería, carpintería, escultura,
bordado, joyería y tejido.
Aunque
actualmente vivimos en una era mecanizada por los avances tecnológicos, hay
quienes gustan de llevar a cabo las actividades mencionadas, como
entretenimiento, para crear cosas de belleza o de utilidad.
Algo muy
importante es no permitir que nuestra afición por crear cosas bella o útiles
desvíe nuestra atención de leer la
Palabra de Dios y de orar.
El estudiar la Biblia y orar constituyen
la formación de una personalidad espiritual controlada por la mente de Cristo.
La lectura de la Biblia y la oración nos
educan para la vida eterna.
La lectura
diaria de la Biblia
y la oración deben ser una parte esencial para nuestra vida, como lo son la
alimentación física y el sueño.
Si el Espíritu
Santo anima todo nuestro ser, Él mismo dignificará nuestra vida individual y
familiar, purificará nuestra participación en las actividades de la Iglesia y santificará
nuestro servicio a los demás.
Para terminar:
procuremos orar siempre para que seamos guiados a usar sabia y correctamente el
tiempo libre que Dios nos ha dado.
Dios les
bendiga.
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