“El racismo: ¿Quiere Dios seguir
viendo eso en este mundo?”
Por: Rafael Carrasco.
El Racismo es
otro de los grandes problemas sociales que venimos enfrentando al correr del
tiempo.
Es increíble
que a una persona se le fastidie sólo por el color de su piel, ¿no lo cree
usted?
También existe
la llamada Discriminación, pero ella abarca más aspectos sociales, como: credo
religioso, raza, sexo, color de la piel, posición económica, lugar de origen,
etc.
Pero en esta
ocasión nos concretaremos sólo al estudio del Racismo.
El Diccionario
de la Real Academia
Española define al Racismo como: “Doctrina antropológica o política basada en
este sentimiento y que en ocasiones ha motivado la persecución de un grupo
étnico considerado como inferior.”
Etnia: es una
comunidad humana definida por afinidades raciales, lingüísticas, culturales,
etc.
Es muy
importante enfatizar que existe una sola raza: la raza humana. Más de
una raza humana, es un disparate pensar en eso.
Para dejar más
claro esto: los caucásicos, los africanos, los asiáticos, loas árabes, los
judíos, etc., NO SON RAZAS DIFERENTES; más bien, son diferencias étnicas de
la raza humana.
Todos los seres
humanos tenemos las mismas características físicas, con variaciones menores,
desde luego.
Pero lo más
importante, es que todos los seres humanos FUIMOS CREADOS A IMAGEN Y
SEMEJANZA DE DIOS.
Génesis 1:26-27
“Entonces dijo
Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y
señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en
toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
Y creó Dios
al hombre a su imagen, a
imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”
Dios ama al
mundo entero.
Juan 3:16
“Porque de tal
manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel
que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Jesús dio Su
vida por todos los seres humanos, en el mundo entero.
1 de Juan 2:2
“Y él es la
propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también
por los de todo el mundo.”
El mundo
entero, obviamente, incluye todas las etnias de la humanidad.
Hechos 17:26
“Y de una
sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda
la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites
de su habitación;”
Dios no muestra
un favoritismo especial por sólo un grupo de personas (acepción de personas),
no. Él muestra Su amor y Su favor por todo aquel que arrepentido de sus pecados
se acerque a Él.
Por lo tanto,
tampoco nosotros debemos hacer acepción de personas, pues tenemos Su ejemplo.
Deuteronomio
10:17
“Porque
Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande,
poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni toma cohecho;”
Hechos 10:34
“Entonces
Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace
acepción de personas,”
Cualquiera que
haga discriminación contra otro es como “un juez con malos pensamientos”.
Santiago 2:4
“¿no hacéis
distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos
pensamientos?”
En vez de eso,
debemos amar a nuestro prójimo, como a nosotros mismos.
Santiago 2:8
“Si en verdad
cumplís la ley real, conforme a la Escritura : Amarás a tu prójimo como a ti
mismo, bien hacéis;”
Si Dios es
imparcial y nos ama imparcialmente; esto es, en forma neutral y sin acepción de
personas, esto significa que nosotros también necesitamos amar a los
demás, de la misma manera que Él nos amó.
Juan 13:34
“Un mandamiento
nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os
améis unos a otros.”
El Racismo
tiene su origen en el Antiguo Testamento, cuando Dios dividió a la humanidad en
2 grupos étnicos: los judíos y los gentiles.
Pero ahora,
¿por qué hizo Dios eso? Porque quiso que los judíos fueran un reino de
sacerdotes, ministrando a las naciones gentiles.
Entonces los
gentiles empezaron a sentir repulsión hacia los judíos, porque los judíos los
despreciaban a ellos.
Algo muy
importante: el Racismo no es culpa de Dios. Los mismo judíos, al verse
favorecidos con esa distinción, se envanecieron en sus corazones,
haciéndose orgullosos de su posición y, en consecuencia, despreciaban a los
gentiles.
Pero claro está
que Dios nunca se gozó de tal abuso por parte de Su pueblo preferido. Por
tanto, envió a Jesús Su Hijo a acabar con ese Racismo, a derrumbar ese muro de
hostilidad racial.
Efesios 2:14
“Porque él es
nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared
intermedia de separación,”
En otras
palabras: Dios derribó la pared que había entre el pueblo judío y el pueblo
gentil, y de los dos hizo un solo pueblo.
Un solo pueblo,
porque cada persona que recibe a Cristo como su Salvador personal viene a
constituirse un judío espiritual, y obviamente se integra al pueblo
preferido de Dios.
A Dios le dolió
mucho el que Su pueblo se haya convertido en un pueblo soberbio, que miraba a
los demás pueblos como inferiores a él.
Y también le
dolió mucho tener que enviar a Su Hijo Jesucristo a remediar ese mal, pagando
con Su sangre tal corrección.
De modo que:
TODAS LAS FORMAS DE RACISMO, SON AFRENTAS A LA
OBRA DE CRISTO SOBRE LA
CRUZ DEL CALVARIO.
El Racismo ha
sido, es y seguirá siendo “una plaga en la humanidad”.
Para terminar:
Hermanos y hermanas de todas las etnias, quienes de ustedes han sido víctimas
de Racismo, de prejuicios o de discriminación, necesitan perdonar a quienes
los ofendieron, para que Dios los perdone a ustedes.
Efesios 4:32
“Antes sed
benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros,
como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”
Romanos 6:13
“ni tampoco
presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino
presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros
miembros a Dios como instrumentos de justicia.”
Hagamos que
Gálatas 3:28 sea una completa realidad.
“Ya no hay
judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos
vosotros sois uno en Cristo Jesús.”
Dios les
bendiga.
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