lunes, 15 de septiembre de 2014

"El racismo: ¿Quiere Dios seguir viendo eso en este mundo?"

“El racismo: ¿Quiere Dios seguir viendo eso en este mundo?”
Por: Rafael Carrasco.

El Racismo es otro de los grandes problemas sociales que venimos enfrentando al correr del tiempo.
Es increíble que a una persona se le fastidie sólo por el color de su piel, ¿no lo cree usted?

También existe la llamada Discriminación, pero ella abarca más aspectos sociales, como: credo religioso, raza, sexo, color de la piel, posición económica, lugar de origen, etc.
Pero en esta ocasión nos concretaremos sólo al estudio del Racismo.

El Diccionario de la Real Academia Española define al Racismo como: “Doctrina antropológica o política basada en este sentimiento y que en ocasiones ha motivado la persecución de un grupo étnico considerado como inferior.”

Etnia: es una comunidad humana definida por afinidades raciales, lingüísticas, culturales, etc.

Es muy importante enfatizar que existe una sola raza: la raza humana. Más de una raza humana, es un disparate pensar en eso.
Para dejar más claro esto: los caucásicos, los africanos, los asiáticos, loas árabes, los judíos, etc., NO SON RAZAS DIFERENTES; más bien, son diferencias étnicas de la raza humana.

Todos los seres humanos tenemos las mismas características físicas, con variaciones menores, desde luego.
Pero lo más importante, es que todos los seres humanos FUIMOS CREADOS A IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS.
Génesis 1:26-27
“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”

Dios ama al mundo entero.
Juan 3:16
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”

Jesús dio Su vida por todos los seres humanos, en el mundo entero.
1 de Juan 2:2
“Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.”

La Biblia no da justificación alguna para tratar a las personas de forma diferente, simplemente por las diferencias físicas; en nuestro caso, por el color de su piel.
El mundo entero, obviamente, incluye todas las etnias de la humanidad.

La Biblia, al respecto, nos dice en:
Hechos 17:26
“Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación;”

Dios no muestra un favoritismo especial por sólo un grupo de personas (acepción de personas), no. Él muestra Su amor y Su favor por todo aquel que arrepentido de sus pecados se acerque a Él.
Por lo tanto, tampoco nosotros debemos hacer acepción de personas, pues tenemos Su ejemplo.
Deuteronomio 10:17
Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni toma cohecho;”

Hechos 10:34
“Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas,”

Cualquiera que haga discriminación contra otro es como “un juez con malos pensamientos”.
Santiago 2:4
“¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos?”

En vez de eso, debemos amar a nuestro prójimo, como a nosotros mismos.
Santiago 2:8
“Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis;”

Si Dios es imparcial y nos ama imparcialmente; esto es, en forma neutral y sin acepción de personas, esto significa que nosotros también necesitamos amar a los demás, de la misma manera que Él nos amó.


Juan 13:34
“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.”

El Racismo tiene su origen en el Antiguo Testamento, cuando Dios dividió a la humanidad en 2 grupos étnicos: los judíos y los gentiles.
Pero ahora, ¿por qué hizo Dios eso? Porque quiso que los judíos fueran un reino de sacerdotes, ministrando a las naciones gentiles.

Entonces los gentiles empezaron a sentir repulsión hacia los judíos, porque los judíos los despreciaban a ellos.

Algo muy importante: el Racismo no es culpa de Dios. Los mismo judíos, al verse favorecidos con esa distinción, se envanecieron en sus corazones, haciéndose orgullosos de su posición y, en consecuencia, despreciaban a los gentiles.

Pero claro está que Dios nunca se gozó de tal abuso por parte de Su pueblo preferido. Por tanto, envió a Jesús Su Hijo a acabar con ese Racismo, a derrumbar ese muro de hostilidad racial.
Efesios 2:14
“Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,”

En otras palabras: Dios derribó la pared que había entre el pueblo judío y el pueblo gentil, y de los dos hizo un solo pueblo.
Un solo pueblo, porque cada persona que recibe a Cristo como su Salvador personal viene a constituirse un judío espiritual, y obviamente se integra al pueblo preferido de Dios.

A Dios le dolió mucho el que Su pueblo se haya convertido en un pueblo soberbio, que miraba a los demás pueblos como inferiores a él.
Y también le dolió mucho tener que enviar a Su Hijo Jesucristo a remediar ese mal, pagando con Su sangre tal corrección.
De modo que: TODAS LAS FORMAS DE RACISMO, SON AFRENTAS A LA OBRA DE CRISTO SOBRE LA CRUZ DEL CALVARIO.

El Racismo ha sido, es y seguirá siendo “una plaga en la humanidad”.

Para terminar: Hermanos y hermanas de todas las etnias, quienes de ustedes han sido víctimas de Racismo, de prejuicios o de discriminación, necesitan perdonar a quienes los ofendieron, para que Dios los perdone a ustedes.
Efesios 4:32
“Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”

Romanos 6:13
“ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.”

Hagamos que Gálatas 3:28 sea una completa realidad.
“Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.”


Dios les bendiga.

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