domingo, 27 de julio de 2014

"Las naciones bienaventuradas."

“Las naciones bienaventuradas.”
Por: Rafael Carrasco 
Es muy grato saber que, cuando una nación se entrega a Dios, le teme a Dios, confía en Dios, se refugia en Dios, esa nación es bienaventurada.
En otras palabras, esa nación es, por así decirlo, extra bendecida.

Podría hablar de 3 niveles de la palabra bendecida, y éstos son: bendecida, súper bendecida y extra bendecida.
En este tercer nivel he puesto a la nación que es bienaventurada.

Ser bienaventurada es ser 3 veces feliz o 3 veces bendecido; por lo que es lógico pensar que una nación bienaventurada es 3 veces bendecida o extra bendecida.

¿Por qué cree usted que la nación de Israel es tan poderosa? Porque es el pueblo que Dios ha escogido para sí. Porque es un pueblo que se ha refugiado en Dios.
Israel es un país chico, en cuanto a extensión territorial se refiere, pero cualquiera que lo ataca es fácilmente vencido, porque Dios es su vengador; Dios da la cara por esa nación, Dios la protege.
Salmos 33:12 “Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová, el pueblo que él escogió como heredad (herencia) para sí.”

De manera que, mi querido lector, nunca maldiga a la nación de Israel, porque Dios lo maldecirá a usted. Al contrario: bendígala, y Dios lo bendecirá a usted.
Salmos 105:15 “No toquéis, dijo, a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas.”

De manera que está muy claro lo que Dios les manda a las gentes que aún no han recibido a Jesucristo por Salvador de su alma: si no obedecen, aténganse a las consecuencias de su desobediencia.

Ser ungido es ser, por así decirlo, bañado con aceite, como un distintivo de origen divino, para alguna comisión en especial.
En la Biblia se hace mención de unción (o ser ungido) a Saúl y a David como reyes de Israel, por ejemplo. La comisión divina para ellos fue ser reyes de Su pueblo amado.
Juan 14:21 “El que tiene (conoce) mis mandamientos, y los guarda (los obedece), ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré (le bendeciré) a él.”

Nosotros los que hemos aceptado a Jesús como el Salvador de nuestra alma, venimos siendo judíos espirituales, israelitas espirituales. Por lo tanto, alcanzamos también estas bendiciones de parte de Dios: somos amados por Él, y también somos protegidos por Él.
Salmos 34:7 “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende.”

Quienes hemos aceptado a Jesús como nuestro Salvador personal, en forma automática hemos sido ungidos con el Espíritu Santo de Dios, según Su promesa; pero si en alguna ocasión un ministro (guía espiritual evangélico, también llamado pastor) nos unge con aceite, es para una comisión en especial.
1 de Juan 2:20 “Pero vosotros (los creyentes) tenéis la unción del Santo (de Dios), y conocéis todas las cosas.”

Además de esto Dios, a través de Jesús Su Hijo, nos justifica (nos declara justos) delante Suyo, por más que hayamos estado podridos en pecados en nuestra anterior manera de vivir, por el sólo hecho de aceptar a Jesús como nuestro Salvador personal en forma sincera y total.
Salmos 34:21 “Matará al malo la maldad, y los que aborrecen al justo serán condenados.”

Querido lector: ¿le gustaría también a usted ser bienaventurado por Dios? Es muy fácil, solamente acepte a Jesús como el Salvador de su alma, con una oración como ésta, y disfrute así de las grandes y ricas bendiciones que Dios tiene reservadas para usted:

“Señor Jesús: te agradezco este momento que me das para arrepentirme de mis pecados. Sé que he hecho muchas maldades, y me siento avergonzado ante Ti por ellas, pero te ruego que entres a mi alma, y me hagas disfrutar de Tus grandes y ricas bendiciones que tienes reservadas para mí. Amén.”

Juan 1:12 “Mas a todos los que le recibieron (a Jesús), a los que creen en su nombre, les dio potestad (derecho, autoridad) de ser hechos hijos de Dios;”
Juan 6:37 “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.”
2 de Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo (acepta a Cristo como su Salvador personal), nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”

Dios les bendiga.

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