viernes, 26 de septiembre de 2014

"¿Qué piensa Dios del amor?"

“¿Qué piensa Dios del amor?”

Por: Rafael Carrasco.

¿Cómo definimos los humanos al amor? Comúnmente lo definimos como un buen y noble sentimiento hacia otra persona, animal o cosa.

Ahora bien, ¿cómo lo define el diccionario? Un intenso afecto por otra persona, basado en lazos familiares o personales.

Habitualmente, este “intenso afecto” tiene sus raíces en una atracción sexual por la otra persona.
Nosotros decimos amar o amamos a otros cuando somos atraídos a ellos o cuando nos hacen sentir bien.
En la definición de amor según el diccionario, encontramos 2 palabras interesantes: “basado en”. Esta frase, implica que amamos de manera condicional; en otras palabras, amamos a otros porque ellos cumplen una condición que nosotros requerimos, antes de que nosotros podamos amarlos.

¿Cuántas veces hemos escuchados frases como éstas: “te amo porque eres linda”, “te amo porque me cuidas”, “te amo porque es divertido estar contigo”?
Indudablemente, muchas veces.

Tristemente, nuestro amor (que es amor sentimental) se basa en emociones que pueden cambiar de un momento a otro.
El porcentaje de divorcios es extremadamente alto en la sociedad actual, porque los esposos “supuestamente dejan de amarse mutuamente”.
Podrían estar atravesando por un “bache matrimonial”, y ya no sienten amor mutuo, por lo que se dan por vencidos y se divorcian.

¿Puede alguien comprender el amor incondicional? Parece ser que el amor de muchos padres hacia sus hijos es lo más cercano que podemos ver de un amor incondicional, sin la ayuda del amor de Dios en la vida de los padres.
Los padres toman la decisión de amar a sus hijos, aunque los consideren “no merecedores” de ese amor, cuando los hijos son groseros y desagradecidos con ellos.
Este amor es el llamado amor filial, y es similar al amor de Dios por nosotros.
A diferencia del amor filial, el amor que Dios siente por nosotros TRASCIENDE la definición humana de amor, a un punto que nos es difícil entender.

¿Cómo define Dios al amor?
1 de Juan 4:8
“El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.”

Claramente se nos enseña que Dios es la definición más grande de amor.
Ahora bien, el amor que Dios siente por nosotros es llamado amor ágape.
Amor ágape es aquel amor desinteresado, fiel e incondicional. Si nosotros somos groseros y desagradecidos con Dios, Él no deja de amarnos, aunque Le digamos lo peor, aunque tengamos las peores actitudes hacia Él.

Hay muchos pasajes bíblicos que hablan del amor, pero el más conocido es Juan 3:16
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”

Así, pues, una de las maneras en que Dios define al amor es: en el acto de entrega por nosotros.

Este es un amor asombroso, porque nosotros somos quienes escogemos estar separados de Dios por nuestro propio pecado, y aun así es Dios quien enmienda esta “separación” por medio de Su intenso sacrificio personal, y todo lo que tenemos que hacer es aceptar por fe Su obsequio.

Otro gran texto, lo es Romanos 5:8
“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

Tanto en Juan 3:16 como en Romanos 5:8, no encontramos condición alguna de la cual dependa el amor que Dios tiene por nosotros.
Dios quiere que sepamos que Su amor es incondicional; por ello envió a Su Hijo Cristo a morir por nosotros, mientras nosotros aun éramos pecadores. Y al respecto, hay que enfatizar que cada ser humano que nace físicamente, está automáticamente separado de Dios, a causa del pecado de Adán y Eva, y por lo tanto se hace necesario que cada ser humano se reconcilie con Dios a través de la fe en Cristo Su Hijo.

El que seamos hijos de Dios no nos va a quitar, en manera alguna, que sigamos expuestos a tentaciones, a enfermedades y a las aflicciones de la vida cotidiana, puesto que aun somos carne y sangre, prototipo del pecado. Pero espiritualmente somos salvos por la fe en Jesús.



1 de Pedro 5:6-7
“Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo;
echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.”

Dios promete cuidar de nosotros y nos aconseja sabiamente cómo resistir al diablo, para que él huya de nosotros.
Santiago 4:7
“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.”

También Dios nos enseña cómo Suplicarle sanidad por nuestro cuerpo.
Salmos 41:1-13
“1Bienaventurado el que piensa en el pobre; En el día malo lo librará Jehová.
2 Jehová lo guardará, y le dará vida; Será bienaventurado en la tierra, Y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos.
3 Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor; Mullirás toda su cama en su enfermedad.
4 Yo dije: Jehová, ten misericordia de mí; Sana mi alma, porque contra ti he pecado.
5 Mis enemigos dicen mal de mí, preguntando: ¿Cuándo morirá, y perecerá su nombre?
6 Y si vienen a verme, hablan mentira; Su corazón recoge para sí iniquidad, Y al salir fuera la divulgan.
7 Reunidos murmuran contra mí todos los que me aborrecen; Contra mí piensan mal, diciendo de mí:
8 Cosa pestilencial se ha apoderado de él; Y el que cayó en cama no volverá a levantarse.
9 Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, Alzó contra mí el calcañar.
10 Mas tú, Jehová, ten misericordia de mí, y hazme levantar, Y les daré el pago.
11 En esto conoceré que te he agradado, Que mi enemigo no se huelgue de mí.
12 En cuanto a mí, en mi integridad me has sustentado, Y me has hecho estar delante de ti para siempre.
13 Bendito sea Jehová, el Dios de Israel, Por los siglos de los siglos. Amén y Amén.”

También Dios nos enseña cómo Suplicarle para sobrellevar nuestras aflicciones en Su poder.
Sobrellevar nuestras aflicciones en Su poder significa dejar a Dios el control de todo aquello que nos angustia o nos aflige.



Juan 16:33
“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.”

Romanos 12:21
“No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.”

Su amor por nosotros siempre ha existido y por ello Él entregó todo y sacrificó todo mucho antes de que estuviéramos conscientes de que necesitábamos de Su amor.

Dios es amor, y Su amor es muy diferente al amor humano. El amor de Dios, como hemos visto, es incondicional, fiel y desinteresado, y “no se basa en sentimientos o en emociones, como el amor de nosotros los humanos”.

Dios no nos ama porque seamos fáciles de amar o porque Le hagamos sentir bien; Él nos ama porque Él es amor. Él nos creó para tener una relación espiritual de amor con Él, y sacrificó a Su propio Hijo para restaurar esa relación, que fue contaminada con el pecado de Adán y Eva, por influencia del diablo (que el Señor reprenda en el nombre de Jesús).

Ahora bien, ¿qué piensa Dios del amor? Simplemente piensa que nosotros debemos amarlo a Él, y que amemos a nuestro prójimo como nos amamos a nosotros mismos.
1 de Juan 4:19
“Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.”
Marcos 12:29-31
“Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.
Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.
Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.”

Dios les bendiga.



jueves, 25 de septiembre de 2014

"¿Qué debemos hacer contra el miedo?"

“¿Qué debemos hacer contra el miedo?”

Por: Rafael Carrasco.

Es muy común sentir miedo; no falta día alguno en que el miedo sea más fuerte que en otros.
El miedo puede ser producido por varias causas, entre algunas de ellas tenemos:
Amenazas recibidas.
Una noticia acerca de alguna enfermedad incurable, o de recorte de personal.
La descompostura del carro, etc.

El miedo está muy ligado al nerviosismo, pues no es lógico que al tener miedo no se sientan nervios también.

Basados en la experiencia que un psicólogo tuvo con el Señor Jesús, podemos aprender a enfrentar el miedo e incluso vencerlo, para vivir una vida tranquila.

Dice este psicólogo: “Ninguno de mis estudios de Psicología me ayudó a vencer el miedo. Dado que mis primeras creencias estaban basadas en doctrinas religiosas, decidí volcarme en la Biblia en busca de respuestas. Tomé la decisión de creer que todo era corrupto o falso, hasta que yo pudiera validarlo en la palabra de Dios.”

PRIMERO.- Me humillé y decidí que, con el fin de vencer el miedo, necesitaba la ayuda de Dios.
1 de Pedro 5.6
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo;”

SEGUNDO.- Tomé la decisión de depositar todas mis ansiedades, mis preocupaciones y mis inquietudes, de una vez y para siempre, en las manos de Dios, y confiar en que Él me iba a enseñar lo que yo necesitaba saber para cambiar mi miedo en fe.
1 de Pedro 5:7
echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.”

TERCERO.- Comencé a vencer el miedo cuando resistí al diablo, declarándole mentiroso, y escogí creen en Dios, aceptando todo lo que Él me decía, como verdad.
Santiago 4:7
“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.”


1 de Pedro 5:8-9
“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;
al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.”

De esta manera, cuando me levanté, Dios Se levantó conmigo. Cuando me basé en la palabra de Dios, me volví inamovible y, a través de Jesucristo, me volví una persona decidida.
Con el paso de los años, he continuado estable, he mantenido la seguridad y me he fortalecido. He decidido seguir el camino de Dios y convertirme en todo lo que Él ha creado y diseñado para mí.”

Obviamente, se trata del testimonio de un psicólogo no cristiano en el pasado, pues él antes creía en doctrinas religiosas, mas no en Jesús. Esa era su piedra de tropiezo, y lo hacía siempre vivir con miedo.

Ahora, como hijos de Dios, no dejamos de sufrir ataques del diablo para hacernos tropezar e infundirnos miedo e inseguridad también.
Ahora, más que antes, como él sabe que somos hijos de Dios, como él aborrece a Dios, también él nos aborrece a nosotros los hijos de Dios. Pero sabemos de antemano que Dios nos consuela en todo momento.
Isaías 41:10
No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.”

Cuando pasa algo realmente malo, nosotros los adultos nos vemos preocupados y enojados. En momentos como esos, Dios está siempre ahí par protegernos y mantenernos a salvo.
Salmos 27:1
Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?”

Pase lo que pase, siempre va a haber alguien encargado de poner las cosas en orden, por ejemplo: el presidente de la nación sabe lo que está pasando; el alcalde de la ciudad se asegura de que todos los policías y bomberos presten ayuda donde se les necesita.
Así como ellos, Dios Se preocupa por nosotros, porque Él es como un Pastor para nosotros, que nos considera Sus ovejas.
Salmos 23:1-4
Jehová es mi pastor; nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.
Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.”

Debemos recordar que Dios vela por nosotros, y quiere protegernos de todo mal.
Salmos 91:1-2
El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente.
Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré.”

Nosotros, los hijos de Dios, podemos consolar a otros, así como Dios nos consuela a nosotros.
2 de Corintios 1:3-4
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación,
el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.”

El amor de Dios siempre está con nosotros, y nada puede separarnos de Él.
Romanos 8:38-39
“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.”

Dios puede darnos paz en el alma.
Al orar, recordemos siempre a aquellos que sienten miedo: a los hijos de Dios que sienten miedo, pedir por ellos que Dios les dé fortaleza espiritual y paciencia para saber esperar en Sus promesas; a las personas no creyentes en Cristo aun, que Dios trabaje en su alma para que aprendan a Buscarlo y a depender de Él.
Salmos 16:5-9
“Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; Tú sustentas mi suerte.
Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, Y es hermosa la heredad que me ha tocado.
Bendeciré a Jehová que me aconseja; Aun en las noches me enseña mi conciencia.
A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido.
Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; Mi carne también reposará confiadamente;”

Dios está siempre a nuestro lado para ayudarnos.
Salmos 145:13-14
“Tu reino es reino de todos los siglos, Y tu señorío en todas las generaciones.
Sostiene Jehová a todos los que caen, Y levanta a todos los oprimidos.”

Les motivo a que, como este psicólogo, busquen siempre la verdad de Dios, que es Cristo nuestro Señor.
Juan 14:6
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”

Desafiemos cada temor, tratando de encontrar lo que en realidad es verdad y lo que es mentira.

Hagan de la Biblia su estandarte de verdad y confíen en Dios para que los ayude a discernir entre la verdad y la mentira.
Todo lo que necesitamos para vencer el miedo está disponible a través de nuestro Señor Jesucristo, y puede ser encontrado por todos aquellos que con corazón sincero Lo busquen, y en base a ello aprenden a tener el carácter de Cristo como suyo propio y a afianzarse en Su palabra.

Recuerden esto: El arma poderosa contra el miedo que tenemos siempre a nuestra disposición, es la fe en Dios.

Él les bendiga.


martes, 23 de septiembre de 2014

"¿Por qué debemos escuchar y no oír la palabra de Dios?"

“¿Por qué debemos escuchar y no oír la palabra de Dios?”

Por: Rafael Carrasco.

Antes de comenzar este tema, no estoy diciendo que no oigamos la palabra de Dios al ser predicada o estudiada. Lo que quiero decir es que sepamos diferenciar entre lo que es oír y lo que es escuchar la palabra de Dios.

Según el Diccionario de la Real Academia Española:
OÍR.- Percibir con el oído los sonidos.

ESCUCHAR.- Prestar atención a lo que se oye.

Por eso, sugiero escuchar la palabra de Dios.
Santiago 1:22
“Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.”

¿Qué quiere decir esto? Que tenemos que escucharla al sernos enseñada, para después predicarla a otros.

Muchas personas a quienes no les interesa la palabra de Dios, gustan de oírla y no de escucharla.
Tristemente, esa es una realidad de la que no podemos escapar. Pero ellas son las que, con esa actitud, están al mismo tiempo eligiendo el destino espiritual que quieren vivir: el infierno.

Es cierto que a las personas no se les puede exigir que escuchen la palabra de Dios, pero es bueno que ellas hagan conciencia de que realmente vale la pena escuchar de las cosas de Dios, porque Su doctrina, el Evangelio, es totalmente sana. Es tan sana, que hasta los niños pueden escucharla.

Si a la Biblia se le reconociera la importancia que en realidad tiene, sería seguramente nominada como el Best Seller mundial por excelencia, por así decirlo.
Para los que somos de corazón siervos del Señor, Ella representa el Manual para nuestro diario vivir. Es nuestra Constitución Espiritual, hablando en términos de política espiritual.

Los oídos de los siervos del Señor no sólo escuchamos al pastor, o al líder que nos enseña la palabra de Dios, al reunirnos para un estudio de media semana o para el culto dominical, sino que también percibimos la voz de Dios a través de ellos, la cual nos está ministrando.

Cuando percibimos la voz de Dios a través de la enseñanza del pastor o del líder, Él nos está capacitando para que seamos luz en el mundo y sal de la tierra, porque estamos prestando atención a lo que Él nos está enseñando, y lo hacemos. Además, estamos dispuestos a recibir más de Él.

Ser luz en el mundo es iluminar, por así decirlo, el andar espiritual de la gente que vive sin Cristo en su alma. Al enseñarles la palabra de Dios, estamos dándoles la oportunidad de que se quiten la venda espiritual que tienen en los ojos, y que no los deja ver la luz de Dios.

Ser sal de la tierra, es preservar de la perdición espiritual a las personas que viven sin Cristo en su alma.
Así como la sal física se usa para preservar alimentos de la descomposición, así también el que todo siervo de Dios sea sal de la tierra, significa que ayudamos a preservar de la descomposición espiritual a la gente que vive sin Cristo en su alma, al enseñarles la palabra de Dios.

Es muy triste serle peste y no olor grato a Dios. Cuando una persona vive sin Cristo, apesta espiritualmente; pero cuando acepta a Cristo en su alma, su aroma espiritual cambia de inmediato, y se vuelve olor fragante a Dios.
¿Qué va de oler a agua estancada, por decir algo, a oler al perfume de una rosa, por ejemplo? Es mucha la diferencia entre un olor y otro.

Entonces, es bueno saber, ¿qué clase de orejas tenemos?
Lucas 8:11-15
“Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios.
Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven.
Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan.
La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto.
Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.”

Sabemos que, para que nuestro cuerpo físico esté sano, debemos alimentarnos por lo menos 3 veces al día.
En cuanto a lo espiritual, la Biblia es el alimento de Dios para nuestro crecimiento espiritual.
Si usted ha de crecer en el Señor, debe alimentarse de la palabra de Dios.
Si apartamos tiempo de nuestras actividades para alimentarnos físicamente, también apartemos tiempo de nuestras actividades para alimentarnos espiritualmente.
Para ello, si gusta tener estudios bíblicos junto con la familia o a solas, llévelo a la práctica, de ser posible, diariamente.

No lea la Biblia apresuradamente, sino más bien pausadamente y con amor, para Comprenderla mejor. Lo importante aquí es cuánto de la palabra de Dios penetra en usted.

Si tiene problemas para entender la Biblia, pregunte a su pastor o a su líder.

La Biblia es la carta de Dios para usted; hay que Leerla disfrutándola.
Es buena costumbre orar antes de leer la Biblia, para pedir así la dirección de Dios y lograr Comprenderla.
Salmos 119:18
“Abre mis ojos, y miraré Las maravillas de tu ley.”

Este pasaje significa que es bueno pedirle a Dios que nos abra los ojos espirituales para ver con claridad cuál es Su voluntad para con nosotros. Qué quiere Él de nosotros, aparte de lo que nos manda hacer en Miqueas 6:8
“Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.”

Comprata con otros lo aprendido de su lectura bíblica; haciendo esto, recordará y reforzará lo aprendido.

Como la vaca rumia su alimento, así nosotros debemos “rumiar” lo aprendido de nuestra lectura bíblica diaria. Debemos meditar en Ella diariamente y enseñarla a otros.

Debemos proponernos vivir de acuerdo a la palabra de Dios, haciendo lo que Ella nos dice.
La palabra de Dios no nos hará bien, hasta que la pongamos en práctica.

A medida que usted vaya leyendo la palabra de Dios diariamente, pregúntese: ¿cómo puedo poner en práctica las cosas que he leído este día en la Biblia?

Respondiendo al título de este estudio, debemos escuchar la palabra de Dios, porque es la única forma de Comprenderla y Ponerla en práctica en nuestra vida.


Dios les bendiga.

domingo, 21 de septiembre de 2014

"La verdadera fe en Jesús es capaz de todo."

“La verdadera fe en Jesús es capaz de todo.”

Por: Rafael Carrasco.

¿Cuántas veces hemos deseado algo en nuestra vida, y por alguna razón no se nos concede?

En esta ocasión, vamos a ver con detalle la historia de aquel paralítico a quien Jesús sanó en presencia de muchos, dentro de una casa.
Marcos 2:1-12
“Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa.
E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra.
Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro.
Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico.
Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.
Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones:
¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?
Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones?
¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda?
Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico):
A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.
Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.”

Cada problema que una persona tiene en la vida, debe y puede llevarlo ante Jesús, porque para Él nada es imposible.
Lucas 1:37
“porque nada hay imposible para Dios.”

Vamos a ver un ejemplo de la vida diaria, pero también eventual: si se nos descompone el carro, vamos donde un mecánico; eso es obvio. El mecánico revisa el carro y dice que él no lo puede reparar, y nos envía donde un electricista automotriz. El electricista automotriz revisa y el carro y también nos dice que él no lo puede reparar; que es asunto de un técnico en refrigeración automotriz.
Para terminar con este ejemplo, eso de que un “especialista” nos esté enviando donde otro, por considerarse él incompetente para lidiar con la falla del carro, es cosa para nosotros de derrochar tiempo, pero también dinero, porque cada uno de ellos nos cobró algo por la revisión de la falla.

Pero para Dios, nada es imposible: Él es el Mecánico, el Ingeniero, el Médico, el Abogado, etc. Dios es todo.
Él no nos va a andar diciendo: “ve donde fulano o zutano, porque Yo no te puedo ayudar con tu problema.”
No, el Señor nunca nos diría eso, porque Él es omnisciente (esto es, que todo lo sabe) y no tiene problema alguno para ayudarnos con los nuestros. Jesús es real en todo tiempo.

Nos damos cuenta de que Jesús sanó al paralítico con la palabra; no necesitó tocarlo para nada. Y así como 4 fueron los ayudantes que llevaban al paralítico a cuestas, también se nos presentan 4 cosas que necesitamos para la solución de un problema.

PRIMERA: FE.- Solamente Jesús es indispensable en nuestra vida.
Es la fe en Jesús la que puede cambiar el destino de una persona.
Si realmente tenemos fe, Él nos sustentará.
Hebreos 11:6
“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”

SEGUNDA: ACCIÓN.- Hay gente que cree, pero no acciona.
Una cosa es creer, y otra es caminar en fe.

Caminar en fe es saber que, aunque no se tiene algo, se cree en que se tendrá.

Debe toda persona aprender que Dios está con quien camina en fe en Él.

TERCERA: PERSEVERANCIA.- No nos cansemos de ser perseverantes; hay que seguir adelante.
La perseverancia es como la obstinación: el hecho de fijarse una meta y no quitar el dedo del renglón hasta conseguir dicha meta, no importando los obstáculos que se atraviesen en el proceso.
Gálatas 6:9
“No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.”

CUARTA: LA PALABRA.- Hay que leer la Palabra de Dios para estar fortalecidos espiritualmente en todo momento.

Hay 3 características de la Palabra de Dios:
a)    Es poderosa.
b)    Es eterna.
c)    Tiene autoridad.

Si queremos más fe, es necesario leer más la Palabra de Dios.
Si dejamos que Ella tome autoridad de nuestra vida, ciertamente nuestra vida cambiará, y cambiará para bien.

Dios les bendiga.







viernes, 19 de septiembre de 2014

"¿Por qué se puede frustrar un predicador?"

“¿Por qué se puede frustrar un predicador?”

Por: Rafael Carrasco.

En la vida y, en especial al tratar de evangelismo personal o masivo, puede ocurrir que no inmediatamente se convierta a Cristo al menos una persona.

Esto, en muchas ocasiones, y para algunos predicadores, resulta frustrante, porque creen que han fracasado en su intento de llevar a Cristo a cuando menos una persona.

Para el caso, todo predicador debe entender esto: la conversión a Cristo es un proceso (a corto, mediano o largo plazo) que sólo compete a Dios. El predicador sólo debe limitarse a predicar la Palabra, a ayunar y a orar, para dejar los resultados a Dios.
Romanos 9:16
“Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.”

La labor del predicador es sembrar la buena semilla.
Marcos 4:26-29
“Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra;
y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo.
Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga;
cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado.”

Como acabamos de leer en el pasaje antes descrito, el proceso de conversión a Cristo es sólo responsabilidad de Dios.
La buena semilla es la palabra de Dios, y la tierra, que abarca los tipos de terrenos diferentes sobre los que la palabra de Dios cae, son los diferentes tipos de personas que la reciben, y obviamente reaccionan de diferente modo a la Palabra de Dios.

De manera que en un solo terreno hay diferentes tipos de tierra, y cada semilla sembrada, según el lugar en que haya caído, tendrá su crecimiento de acuerdo a la condición de cada tipo de tierra.

Pero aquí hay algo importante: que a un terreno se le puede obligar a ser 100% productivo, trayendo un tipo especial de tierra para poder sembrar en ella, o tal vez fertilizando la tierra que ya se tiene en el terreno, o tal vez barbechando bien el terreno, pero a una persona no se le puede obligar a sea productiva en lo espiritual.

El proceso de cómo una semilla se va convirtiendo en una planta es un secreto de Dios nunca revelado al ser humano.
Ahora bien, ¿por qué Se reserva Dios el derecho de revelación en cuanto a eso? Porque Él tiene Sus razones para no revelar tal proceso. Tal vez Él considera que para nosotros es mejor ocuparnos del evangelismo que de querer saber cómo es el proceso de transformación de una semilla en una planta debajo de la tierra.

Y de hecho, es la tarea de parte de Dios que debemos hacer: predicar Su palabra, para que luego Cristo venga por Su Iglesia y sucedan las cosas que ya están profetizadas desde hace buen tiempo.
Mateo 28:19-20
“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”

Los siervos y siervas de Dios no tenemos excusa alguna: o lo hacemos, o nos atenemos a las consecuencias.
Romanos 14:12
“De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.”

En otras palabras, ni usted va a poder sacar la cara por mí ante Dios, ni yo por usted. Cada persona va estar cara a cara delante de Dios, y tendrá que rendirle a Él cuentas de los actos que hizo aquí en la Tierra.

Una de las cláusulas divinas es: que para que Cristo venga por Su Iglesia, es necesario que el Evangelio sea escuchado en todo el mundo.
Mateo 24:14
Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”

Sin embargo, hay 2 pasos que un predicador debe de seguir para no sentirse frustrado al buscar almas para Cristo:

PRIMERO.- Que el predicador entienda qué cosas dependen de el y qué cosas dependen de Dios.
Claro que no sólo los predicadores buscan almas para Cristo; también los demás creyentes que somos siervos del Señor lo hacemos. El desarrollo espiritual de cada persona que escucha el Evangelio depende de Dios, y a nosotros nos compete sólo evangelizarlas.

SEGUNDO.- El predicador y los creyentes que somos siervos de Dios debemos saber comprender los procesos espirituales.
Por ejemplo: cuando uno trabaja con hierro, y quiere doblarlo, tiene que aplicarle primero calor y luego fuerza.
Pero el evangelismo se hace con personas, y no las podemos forzar de ninguna manera. Es una decisión que cada una de ellas debe tomar: o acepta a Cristo como su Salvador personal, o Lo rechaza.

Como he dicho en otros estudios: cualquiera que sea la decisión que cada persona tome acerca de aceptar o rechazar a Cristo como su Salvador personal, de esa decisión tendrá que dar cuentas a Dios un día.

Como sabemos que cada persona tiene su propio carácter, y cada una de ellas va a reaccionar diferente ante el Evangelio, el proceso espiritual de conversión de la persona que acepte a Cristo como Salvador personal puede durar días, meses y hasta años.
Como su nombre lo indica, proceso espiritual, se manifiesta desde dentro hacia fuera. Es un proceso que requiere de paciencia y perseverancia en la oración, tanto del predicador como de los creyentes siervos del Señor que estamos haciendo la voluntad de nuestro Dios.

Muchas almas están tan duras, que la buena semilla no puede entrar en ellas. Otras almas guardan bajo su superficie rocas de incredulidad, que no permiten a la buena semilla desarrollarse. Otras almas ahogan la efectividad de la buena semilla con la cizaña de la avaricia. Otras almas son como la buena tierra: dan fruto, pero aun en estas buenas tierras, los resultados no son inmediatos.

No hay mayor privilegio que el que se nos haya confiado la proclamación del Evangelio, privilegio que compartimos todos los siervos de Dios. Pero para que tal gran comisión no se vuelva fuente de continua frustración, debemos comprender cuál es nuestra responsabilidad y cuál es de Dios.

También debemos comprender que la realidad de la conversión y de la transformación de una vida no es instantánea, sino que están sujetas procesos muchas veces imperceptibles.

De manera que Dios es el Único que nos puede hacer crecer espiritualmente.

Él les bendiga.






lunes, 15 de septiembre de 2014

"El racismo: ¿Quiere Dios seguir viendo eso en este mundo?"

“El racismo: ¿Quiere Dios seguir viendo eso en este mundo?”
Por: Rafael Carrasco.

El Racismo es otro de los grandes problemas sociales que venimos enfrentando al correr del tiempo.
Es increíble que a una persona se le fastidie sólo por el color de su piel, ¿no lo cree usted?

También existe la llamada Discriminación, pero ella abarca más aspectos sociales, como: credo religioso, raza, sexo, color de la piel, posición económica, lugar de origen, etc.
Pero en esta ocasión nos concretaremos sólo al estudio del Racismo.

El Diccionario de la Real Academia Española define al Racismo como: “Doctrina antropológica o política basada en este sentimiento y que en ocasiones ha motivado la persecución de un grupo étnico considerado como inferior.”

Etnia: es una comunidad humana definida por afinidades raciales, lingüísticas, culturales, etc.

Es muy importante enfatizar que existe una sola raza: la raza humana. Más de una raza humana, es un disparate pensar en eso.
Para dejar más claro esto: los caucásicos, los africanos, los asiáticos, loas árabes, los judíos, etc., NO SON RAZAS DIFERENTES; más bien, son diferencias étnicas de la raza humana.

Todos los seres humanos tenemos las mismas características físicas, con variaciones menores, desde luego.
Pero lo más importante, es que todos los seres humanos FUIMOS CREADOS A IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS.
Génesis 1:26-27
“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”

Dios ama al mundo entero.
Juan 3:16
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”

Jesús dio Su vida por todos los seres humanos, en el mundo entero.
1 de Juan 2:2
“Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.”

La Biblia no da justificación alguna para tratar a las personas de forma diferente, simplemente por las diferencias físicas; en nuestro caso, por el color de su piel.
El mundo entero, obviamente, incluye todas las etnias de la humanidad.

La Biblia, al respecto, nos dice en:
Hechos 17:26
“Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación;”

Dios no muestra un favoritismo especial por sólo un grupo de personas (acepción de personas), no. Él muestra Su amor y Su favor por todo aquel que arrepentido de sus pecados se acerque a Él.
Por lo tanto, tampoco nosotros debemos hacer acepción de personas, pues tenemos Su ejemplo.
Deuteronomio 10:17
Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni toma cohecho;”

Hechos 10:34
“Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas,”

Cualquiera que haga discriminación contra otro es como “un juez con malos pensamientos”.
Santiago 2:4
“¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos?”

En vez de eso, debemos amar a nuestro prójimo, como a nosotros mismos.
Santiago 2:8
“Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis;”

Si Dios es imparcial y nos ama imparcialmente; esto es, en forma neutral y sin acepción de personas, esto significa que nosotros también necesitamos amar a los demás, de la misma manera que Él nos amó.


Juan 13:34
“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.”

El Racismo tiene su origen en el Antiguo Testamento, cuando Dios dividió a la humanidad en 2 grupos étnicos: los judíos y los gentiles.
Pero ahora, ¿por qué hizo Dios eso? Porque quiso que los judíos fueran un reino de sacerdotes, ministrando a las naciones gentiles.

Entonces los gentiles empezaron a sentir repulsión hacia los judíos, porque los judíos los despreciaban a ellos.

Algo muy importante: el Racismo no es culpa de Dios. Los mismo judíos, al verse favorecidos con esa distinción, se envanecieron en sus corazones, haciéndose orgullosos de su posición y, en consecuencia, despreciaban a los gentiles.

Pero claro está que Dios nunca se gozó de tal abuso por parte de Su pueblo preferido. Por tanto, envió a Jesús Su Hijo a acabar con ese Racismo, a derrumbar ese muro de hostilidad racial.
Efesios 2:14
“Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,”

En otras palabras: Dios derribó la pared que había entre el pueblo judío y el pueblo gentil, y de los dos hizo un solo pueblo.
Un solo pueblo, porque cada persona que recibe a Cristo como su Salvador personal viene a constituirse un judío espiritual, y obviamente se integra al pueblo preferido de Dios.

A Dios le dolió mucho el que Su pueblo se haya convertido en un pueblo soberbio, que miraba a los demás pueblos como inferiores a él.
Y también le dolió mucho tener que enviar a Su Hijo Jesucristo a remediar ese mal, pagando con Su sangre tal corrección.
De modo que: TODAS LAS FORMAS DE RACISMO, SON AFRENTAS A LA OBRA DE CRISTO SOBRE LA CRUZ DEL CALVARIO.

El Racismo ha sido, es y seguirá siendo “una plaga en la humanidad”.

Para terminar: Hermanos y hermanas de todas las etnias, quienes de ustedes han sido víctimas de Racismo, de prejuicios o de discriminación, necesitan perdonar a quienes los ofendieron, para que Dios los perdone a ustedes.
Efesios 4:32
“Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”

Romanos 6:13
“ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.”

Hagamos que Gálatas 3:28 sea una completa realidad.
“Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.”


Dios les bendiga.

domingo, 14 de septiembre de 2014

"¿Qué es para usted la adopción?"

“¿Qué es para usted la adopción?”

Por: Rafael Carrasco.

En esta ocasión vamos a tratar un asunto por demás importante: el tema de la adopción.
La adopción, como término generalizado hoy en día, es una actitud benevolente y piadosa de alguien que se hace cargo de amparar a criaturas abandonadas por sus padres, concediéndoles el privilegio de tener el calor de un hogar y la dignidad de un apellido.
También la adopción es la respuesta a la oración de muchas parejas que no han podido concebir sus propios hijos.

El integrar a una persona dentro de una familia por medio de la adopción, es algo hecho por elección y procedente del amor.
Efesios 1:3-5
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,
según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,
en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,”

El término adopción, cuando viene de parte de Dios, reviste un significado muy superior a lo que habitualmente conocemos o aplicamos entre los seres humanos.
Tiene un significado infinitamente superior, porque implica el pago de un alto precio para obtener dicha adopción. Dicho precio, fue la vida de Su propio Hijo Jesucristo, sobre la cruz del Calvario.
1 de Corintios 6:20
“Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.”

Al ser comprados, ya no somos propiedad de nuestro anterior dueño, Satanás, sino que ahora lo somos de Dios, a través de Su Hijo Jesucristo.
Juan 5:24
“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.”

Romanos 8:15
“Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!”

1 de Juan 3:14
“Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte.”

Que Cristo comprara nuestras vidas de ese modo no lo pudo eludir, porque sencillamente pesaba sobre cada uno de nosotros la pena de muerte eterna.
Romanos 6:23
“Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”

Cuando una persona confía que ese sacrificio hecho por el hijo de Dios ha sido suficiente para otorgarle el perdón de todos sus pecados y la vida eterna, esa persona pasa a formar parte de la familia de Dios.
Juan 1:12
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;”

Es decir, que a partir de allí, Dios recibe a la persona arrepentida, y que estaba antes en perdición, como hijo, y Él pasa a ser su Padre; un Padre lleno de amor y misericordia, pues sólo Su amor hizo posible aceptarla en Su familia, en Su mesa, en Su hogar.

La persona que ahora Dios adoptó por hijo a través de la aceptación de Su Hijo Jesucristo, estaba antes perdida en los vicios, en la inmoralidad, en borracheras, en fraudes y en mentiras. Y a esta persona que hacía todas estas cosas, Dios la llama hija o hijo. Esta adopción Dios la lleva a cabo una sola vez, para nunca más ser anulada.
Romanos 8:35-39
“¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero.
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.”

En la adopción que Dios realiza de la persona arrepentida, a través de Cristo, nada ni nadie la puede separar de Su amor, y de ese lazo filial.

Claramente la adopción, tanto en el sentido físico como en el sentido espiritual, es mostrada como algo favorable a la luz de la Escritura.
Tanto el adoptado como el que adopta pueden recibir abundante gozo y bendiciones.

Si usted cree que está espiritualmente huérfano, aun es tiempo de acercarse al trono de la gracia de Dios, y recibir a Su Hijo Jesucristo como Salvador personal para, que por medio de Él, usted forme parte de la familia de Dios, y se sienta feliz de ser llamado hijo, por parte de Dios.

Lo que hay que hacer para recibir a Cristo en su vida, es Invitarlo a entrar a su vida, con una oración como ésta, por ejemplo:

“Señor Padre: te agradezco que me permitas orar en este momento para pedirle a Tu Hijo Jesucristo que entre a mi vida, y sea mi Señor y mi Salvador, desde este momento y para siempre, amén.”

¿Ve ahora usted qué sencillo es? Es como si usted platicara con Dios, diciéndole palabras sinceras que usted sienta Decirle a Él.

Ahora, como hijo o hija de Dios, Sígale cada día; procure Obedecerlo y reciba así las bendiciones que desde hace mucho tiempo Él tiene reservadas para usted.

Dios les bendiga.



viernes, 12 de septiembre de 2014

"La pobreza en la Biblia."

“La pobreza en la Biblia.”
Por: Rafael Carrasco.

Es muy común ver pobreza por todos lados; es una situación nada nueva. Los pobres en este mundo tristemente hacen mayoría en cuanto a población se refiere.
Al respecto, la Biblia nos da algunos ejemplos de tal situación:

Lucas 21:1-4
“Levantando los ojos, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca de las ofrendas.
Vio también a una viuda muy pobre, que echaba allí dos blancas.
Y dijo: En verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos.
Porque todos aquéllos echaron para las ofrendas de Dios de lo que les sobra; mas ésta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía.”

La blanca era una de las monedas que se usaron en el tiempo de Jesús. Era equivalente a 3.1250 gramos de plata. De manera que la viuda ofrendó en el templo lo equivalente a:
3.1250 x 2 = 6.2500 gramos de plata

El ejemplo más grande que tenemos en la Biblia, es el propio Señor Jesús quien, siendo rico, por amor a toda la humanidad se hizo pobre.
2 de Corintios 8:9
“Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.”

Esto quiere decir que el Señor Jesús se humilló a sí mismo, siendo Él rico en gloria y majestad y dueño de la plata y del oro para que, con Su gran ejemplo de humildad de espíritu, la humanidad fuera enriquecida con Su gracia, con Su misericordia, con Sus riquezas en gloria, con Su bendición y salvación.
No hay nadie más rico que Él pero, sin embargo, Él lo dejó todo por venir a rescatar a una humanidad condenada a sufrir eternamente en el infierno.

De manera que el Único que nos puede dar riqueza de una manera extraordinaria, es el Señor Jesús, de acuerdo a Su voluntad: y esa riqueza, es una riqueza de salvación.
Cuando “parece” que nada tenemos, lo tenemos todo, a través de la salvación de nuestro Señor Jesucristo.

Dios nos dice que en nuestra vida terrenal debemos hacer ciertas cosas para no estar pobres:

PRIMERA.- No quedarnos con los brazos cruzados, para no empobrecer espiritualmente.
Proverbios 6:6-11
“Ve a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio;
La cual no teniendo capitán, Ni gobernador, ni señor,
Prepara en el verano su comida, Y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento.
Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?
Un poco de sueño, un poco de dormitar, Y cruzar por un poco las manos para reposo;
Así vendrá tu necesidad como caminante, Y tu pobreza como hombre armado.”

Ahora bien, en el plano material, es bueno delante de Dios que seamos personas esforzadas y trabajadoras, y Él se va a asegurar que tengamos para trabajar.

Espiritualmente hablando, leer la Biblia es trabajar; orar es trabajar; ir a congregarse en una casa de oración toma esfuerzo, pero también es trabajar.

La obra del Señor es trabajar; no podemos ser buenos cristianos si no estamos trabajando en Su obra.

Aquellos padres de familia que enseñan a sus hijos dándoles a hacer tareas y obligaciones, y les enseñan también a trabajar, es bueno; porque así los hijos van a comprender que la vida es trabajo, y que si se quedan con los brazos cruzados, nada van a obtener.
Ahora bien, hay que tener cuidado de no hacer del trabajo un ídolo, porque esa idolatría resta tiempo para la familia, y cuánto más a Dios.

SEGUNDA.-Hay que compartir. Aquel que retiene y guarda, en vez de ayudar cuando se le solicita, viene a pobreza, porque Dios se desagrada de él.
Proverbios 11:24
“Hay quienes reparten, y les es añadido más; Y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza.”

Como Dios nos ha dado la salvación, debemos compartirla con otros. Si no lo hacemos, vamos a quedar pobres espiritualmente.
Tal vez se vea lógico, pero si lo hacemos, Dios nos va a bendecir.

Hay que entender una cosa: la vida cristiana no es de lógica, sino “de fe”.

TERCERA.- Hay que escuchar consejo bueno.
Proverbios 13:18
“Pobreza y vergüenza tendrá el que menosprecia el consejo; Mas el que guarda la corrección recibirá honra.”

Preferentemente, nunca pida consejo de alguien que no sea cristiano, ni que no lea la Biblia, ni mucho menos que no le interesen las cosas de Dios.

Hay personas que pueden tener dinero, pero en su alma estar tristes, con un vacío espiritual. ¿Por qué? Porque no trabajan por y para el Señor.

Si alguna vez usted tiene que tomar una decisión, y no sabe cómo enfrentarla, vaya con su pastor, porque seguramente Dios va a hablar a través de él, o a través de la predicación de dicho pastor.

El mejor consejo que podemos escuchar viene de la Palabra de Dios.

La gran bendición de Dios no es la riqueza económica, sino la espiritual.

CUARTA.- Hay que tener buenos amigos.
Proverbios 28:19
“El que labra su tierra se saciará de pan; Mas el que sigue a los ociosos se llenará de pobreza.”

Si sigo a los ociosos, de seguro voy a ser pobre: y normalmente, yo soy quienes mis amigos son. Si trabajo, puede ser que no sea rico en lo material, pero tampoco voy a vivir en la miseria.

Si tengo buenos amigos, y esos buenos amigos son cristianos, me van a ayudar a salir de la pobreza espiritual; pero si amisto con gente que nada quiere con Dios, voy a seguir pobre en lo espiritual.

QUINTA.- No hay que ser avaro.
Proverbios 28:22
“Se apresura a ser rico el avaro, Y no sabe que le ha de venir pobreza.”
La Biblia nos enseña que hay que compartir de lo espiritual y también de lo material; no hay que atesorar todo para nosotros mismos.
Hay que apresurarnos en ser ricos en lo espiritual, y no en lo material.
Deuteronomio 15:11
“Porque no faltarán menesterosos en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra.”

El negar ayuda al prójimo es pecado ante Dios.
Proverbios 3:28
“No digas a tu prójimo: Anda, y vuelve, Y mañana te daré, Cuando tienes contigo qué darle.”

Proverbios 22:9
“El ojo misericordioso será bendito, Porque dio de su pan al indigente.”

Proverbios 23:5
“¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque se harán alas Como alas de águila, y volarán al cielo.”

SEXTA.-Hay que dar al pobre.
Proverbios 28:27
“El que da al pobre no tendrá pobreza; Mas el que aparta sus ojos tendrá muchas maldiciones.”

Según nuestras posibilidades económicas, ayudemos a los pobres.

Ahora bien, en lo espiritual, si damos al pobre espiritual (es decir, a la gente sin Cristo), Dios nos va a mantener ricos en lo espiritual.

SÉPTIMA.- Hay que vivir de lo necesario.
Proverbios 30:8-9
“Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan necesario;
No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios.”

Hay que aprender a vivir de lo necesario, y hay que estar agradecidos de lo que Dios nos da.

Mateo 6:19-21
No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;
sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.”

Dios les bendiga.




jueves, 4 de septiembre de 2014

"¿Necesitamos realmente ser explotados por nuestros patrones?"

“¿Necesitamos realmente ser explotados por nuestros patrones?”

 Por: Rafael Carrasco.

Hoy en día, la demasía en la producción abarata un par de zapatos, pero encarece cada día más el pan, el aceite o el azúcar. Todo sube y los sueldos se mantienen intactos.
Muchos gobernantes “parecen estar ausentes” frente al reclamo del trabajador; la vida se hace cada vez más cara, mientras muchos gobernantes pregonan que “la economía en sus lugares está más ana y más fuerte que nunca”. ¿Cree usted tal payasada?

Quien no tiene recursos económicos se muere en una albergue público; quien tiene recursos económicos insuficientes, se limita a una muy pobre educación y se asola en diminutas viviendas que, más que casa, son unos palomares.

Los empresarios no tienen la voluntad de mejorar la calidad de vida de sus trabajadores.
Los horarios, las exigencias y las leyes han sido diseñadas para favorecer sólo a un reducido grupo: el grupo de los ricos de este mundo y, por consecuencia, para desfavorecer a los pobres, quienes son el grupo mayor.
En otras palabras: los ricos son cada vez más ricos, y los pobres siguen en su cadena de la indigencia.

La Biblia habla con mucha claridad de la actitud opresora y abusadora de los poderosos de este mundo.
Santiago 5:1-6
“¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que os vendrán.
Vuestras riquezas están podridas, y vuestras ropas están comidas de polilla.
Vuestro oro y plata están enmohecidos; y su moho testificará contra vosotros, y devorará del todo vuestras carnes como fuego. Habéis acumulado tesoros para los días postreros.
He aquí, clama el jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros; y los clamores de los que habían segado han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos.
Habéis vivido en deleites sobre la tierra, y sido disolutos; habéis engordado vuestros corazones como en día de matanza.
Habéis condenado y dado muerte al justo, y él no os hace resistencia.”

El pasaje anterior, es como una bofetada para quienes tienen puesta su confianza en las riquezas que han ido acumulando, y que abusan de su condición. Es la cruda realidad de la llamada: “explotación del hombre por el hombre mismo”.
Lo bello de este pasaje, es que el clamor del trabajador sube a los Oídos del Señor.

Muchos de los hijos de Dios somos empleados en diferentes empresas, y constantemente tememos que presenciar situaciones reñidas con la justicia y la igualdad. El escenario es hostil y, a veces, hasta desesperante.
Frente a ello, podemos sentir un gran alivio en las promesas de Dios, como la mencionada en Santiago 5:7
“Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.”

El Señor nos demanda paciencia porque Él, una vez que haya venido a este mundo por Su Iglesia, dará por concluido nuestro peregrinaje aquí, y desarmará este triste escenario de injusticia social y de explotación.

Debemos esperar en las promesas de Dios, y no en las de los hombres.
2 de Pedro 3:13
“Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.”

Ciertamente estamos en medio de una generación llena de injusticias de diferente naturaleza, pero nuestra esperanza debe estar puesta “más allá del sol”.
Hebreos 12:1-2
“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,
puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.”

Mateo 6:19-21
“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;
sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.”

Podemos darnos tristemente cuenta de que somos víctimas de la falta de promesas cumplidas, de la conveniencia y de la avaricia de muchos gobernantes.
Sin embargo, Dios nos ha mandado sujetarnos a ellos; es decir, obedecerlos y  orar por ellos.
Tito 3:1
“Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra.”

La pobreza culminará sólo cuando Cristo venga a reinar la Tierra por 1,000 años, y no antes.
Nuestra posición como cristianos es poner nuestra energía en llevar a cabo la gran comisión de predicar el Evangelio y todo el consejo de Dios, esperando con ansias Su segunda venida.

Ahora bien, en cuanto a que un cristiano participe en puestos de elección popular, como en la Política, al ser el cristiano embajador de Cristo, todo cristiano debe saber esto: que un embajador nunca se involucra en la política del país donde está trabajando, por más que lo desee. Si hace eso, se le expulsa del país donde está trabajando, y se le tiene por “persona non grata”.
En otras palabras, no es conveniente que un cristiano se postule como un candidato a un puesto político. Más bien, el cristiano debe involucrarse en las cosas de su Rey y Señor, y lo material vendrá por añadidura. Nuestra postura ante Dios debe ser tanta o más rigurosa que la que plantea el protocolo internacional.
Mateo 6:33
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”

Cristo no vino a entrenar guerrilleros, ni a capacitar teólogos de liberación o a formar lucha de clases.
Él aborda la pobreza y la riqueza espirituales por sobre las materiales, y la voz del Evangelio aborda el asunto de nuestro pecado y de la salvación de nuestra alma.

Aun queda camino por recorrer, y esperamos que sea pronto la venida de nuestro Señor Jesucristo.

Dios les bendiga.