“El respeto: una imposición divina y una virtud
moral.”
Por:
Rafael Carrasco.
Estamos en tiempos en donde el respeto ha
empeorado en su vertiginosa carrera a desaparecer, y vemos casos de verdadera
falta de respeto reflejados en homicidios, secuestros, pleitos, insultos,
calumnias, violaciones y asaltos.
También, ya sea diario o en ocasiones, nos
enfrentamos a personas que parece ser “les gusta provocar pleitos” (personas
esmeradas en hacer daño a la primera oportunidad que tienen).
Y déjeme decirle, estimado lector, que esa
situación cansa de verdad.
Y lo peor del asunto es que si uno les
reclama a ese tipo de personas, generalmente ellas responden con violencia, ya
sea verbal o física.
Romanos 12:18
“Si es posible, en cuanto dependa de
vosotros, estad en paz con todos los hombres.”
2 de Corintios 13:11
“Por lo demás, hermanos, tened gozo,
perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros.”
Como la gente no convertida aun a Cristo
tiene la mente entenebrecida por las tinieblas del pecado, valga la
redundancia, no alcanza a comprender lo importante de la palabra “paz”.
Romanos 1:28-32
1:28 “Y como ellos no aprobaron tener en
cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para
hacer cosas que no convienen;
1:29 estando atestados de toda injusticia, fornicación,
perversidad, avaricia, maldad;
llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades;
1:30 murmuradores, detractores,
aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males,
desobedientes a los padres,
1:31 necios, desleales, sin afecto natural,
implacables, sin misericordia;
1:32 quienes habiendo entendido el juicio
de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las
hacen, sino que también se complacen con los que las practican.”
Hay un montón de canalladas que ese tipo de
personas se complacen en hacer, y no se arrepienten luego de haberlas hecho. Al
contrario, se quedan tan campantes, como que nada pasó, y siguen adelante su
camino.
El respeto es definido por el diccionario
como: El reconocimiento de que alguien, o algo, tiene valor.
¿Y usted cree que esa bola de insensatos va
a valorar a quienes perjudican? Para nada lo hacen.
El
respeto es la base de sustento de la moral y de la ética.
Vamos a ver ahora la diferencia entre moral
y ética:
Moral.- Es el conjunto de creencias y/o
normas de una persona o grupo social determinado, que orienta acerca del bien o
del mal, de una acción o acciones.
Ética.- Es la ciencia del comportamiento
moral; es decir, estudia la moral y determina qué es lo bueno y, desde el punto
de vista de lo bueno, determina cómo se debe actuar.
El respeto, como dije en el título de este
estudio, es una imposición divina, porque se nos enseña en la Biblia; también es una
virtud moral, porque es una forma del bien hacer de una persona con respecto de
sí misma y de los demás.
Hay una frase que hace varios años utilicé
en una conversación con un ex compañero de trabajo, y que a la vez me llamó
poderosamente la atención: “lo bueno no tiene reprensión”.
Y lo curioso del caso, es que mi ex
compañero de trabajo la repitió y se quedó meditando unos segundos en ella. Y
seguimos la conversación. Durante el corto tiempo de su meditación en ello, yo
estaba pensando que de verdad había dicho esa frase sin haberla pensado, y le
doy gracias a Dios por ello, porque estoy seguro que Él la puso en mi
pensamiento.
Yo me imagino que, en su pensamiento, mi ex
compañero de trabajo comprendió el alcance de las palabras: “lo bueno”.
Ciertamente, “lo bueno” y “lo malo” abarcan todos nuestros pensamientos.
Así como “lo malo” tiene un gran alcance,
también “lo bueno” tiene lo suyo.
Es responsabilidad de todos los padres de
familia, enseñar el valor del respeto a sus hijos, para que ellos, a su vez, lo
pongan en práctica consigo mismos y con otras personas. Y si sus hijos tienen
la bendición de convertirse en padres de familia en el futuro, que también
sepan inculcar el respeto, a la vez, a sus propios hijos.
Hay algo muy importante que debo decirle,
estimado lector, acerca de los hijos: si un hijo está bien educado, no lo
avergonzará a usted delante de otras personas. ¿Por qué digo esto? Porque los hijos son el reflejo de sus padres.
Proverbios 29:15
“La vara y la corrección dan sabiduría; Mas
el muchacho consentido avergonzará a su madre.”
También este pasaje se aplica al padre de
familia: si usted consiente demasiado a sus hijos, ellos ciertamente lo
avergonzarán a usted delante de otras personas. Se convertirán en personas
indeseables para los demás; serán considerados “escorias” humanas.
Hay otra situación que pudiera suceder si
usted no inculca el respeto a sus hijos: se lo imponen en la calle, a la fuerza, a base de golpes o de balazos. Y eso es peor. Vale más que usted se
encargue de inculcarles el respeto en el hogar, y no que les dejen a sus hijos
discapacitados de por vida, o muertos.
Se puede corregir a los hijos sin necesidad
de “matarlos a golpes”; sólo darles su nalgada o su chancletazo o su
cinturonzazo, pero sólo a que les duela un poco, para hacerlos entender. Eso es
bíblico, como lo acabo de exponer en el pasaje de Proverbios 29:15
Vamos a ver ahora el otro lado de la
moneda: si usted educa correctamente a sus hijos, ellos le darán a usted una
satisfacción sin medida y serán apreciados por muchos para amistar con ellos, e
incluso para aprender de ellos sus buenos modales.
Proverbios 29:17
“Corrige a tu hijo, y te dará descanso, Y
dará alegría a tu alma.”
¿Ve ahora la conveniencia de tener hijos
bien educados?
¿Recuerda qué dijo Dios a los padres de
familia?
Efesios 6:4
“Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a
vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.”
No provocar a ira a los hijos es no abusar
de un castigo; esto es, castigarlos “nomás
porque sí” y no cuando realmente la situación lo amerita.
Ahora bien, ¿Cuál es la disciplina del
Señor?
Proverbios 3:12
“Porque Jehová al que ama castiga, Como el padre al hijo a quien quiere.”
En otras palabras: si un padre o una madre
de familia no quiere a sus hijos, no
los disciplina, no los castiga. No le importa que sus hijos hagan canalladas e
incluso que a él o a ella le falten el respeto.
¿Y cuál es la amonestación del Señor?
Mateo 7:12
“Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros,
así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.”
La amonestación del Señor es la famosa
“regla de oro”.
En otras palabras: usted cosechará lo que
usted siembre.
No hay excusa para que los padres de familia
no enseñen a sus hijos a respetarse a sí mismos y a respetar a los demás.
Enseñar a los hijos en el hogar buenos modales, entre ellos el respeto, se llama EDUCACIÓN.
Lo que los hijos aprenden en la escuela se llama APRENDIZAJE.
Por lo tanto, no hay que confundir una cosa
con la otra.
Lo aprendido en la escuela es para preparar
a los hijos para una profesión o un oficio en el futuro, y así sepan ellos
defenderse en el transcurso de sus vidas.
Para concluir: Estimado lector, si usted
tiene hijos, recuerde que ante Dios tiene una gran responsabilidad a sus
espaldas. Él le pedirá cuentas de las oportunidades que usted tuvo para educar
correctamente a sus hijos, y no lo hizo.
Evite ser avergonzado por Dios cuando esté
cara a cara con Él.
Dios les bendiga.