“La mayordomía bíblica.”
Por. Rafael Carrasco
La mayordomía
bíblica consiste en la planeación, la administración o el cuidado de lo que
Dios nos ha dado y, al mismo tiempo, Él ha establecido en Su palabra.
Es un tema de
un impacto muy fuerte en todos los aspectos de la vida: por ejemplo, más del
80% de las parejas que se divorcian , han señalado los problemas financieros
como una de las causas de su divorcio.
Antes de
continuar, aquí cabe hacer la aclaración en 2 puntos:
a)
Dios
no tiene algo en contra de los ricos ni de sus riquezas, siempre y cuando los
ricos no hayan hecho un ídolo de ellas; en otras palabras, amara más sus
riquezas que a Dios.
El dinero no es la raíz de todos los males;
lo que sí es eso es el amor al
dinero. Esto quiere decir que Dios no condena el que tengamos ahorros en un
Banco o en nuestro bolsillo, pero sí el que el dinero lo tengamos en nuestro
corazón, amándolo.
1 de Timoteo 6:10
“porque raíz de todos los males es el amor al
dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron
traspasados de muchos dolores.”
b)
Jesús
nunca fue pobre.- Desde niño, Él recibió riquezas.
2 de Corintios 8:9
“Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor
Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que
vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.”
Mateo 2:11
“Y al entrar en la casa, vieron al
niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le
ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.”
Como bien hemos
visto, Jesús no padeció necesidad como Dios, pero sí quiso padecer necesidad
como humano, para que nosotros fuésemos ricos en bendiciones Suyas, dándonos
ejemplo de humildad espiritual y fe en Dios el Padre.
Juan 14:13
“Y todo lo que
pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en
el Hijo.”
En resumen,
Jesús usó Su riqueza para lo que debía hacerlo; Él no malgastaba ni derrochaba.
Vamos a ver
cómo a partir de 13 principios, podemos ser mayordomos o administradores de
Dios:
1 .-Rinda su
vida entera a Cristo, por fe en Él.
2 .-Entregue la
propiedad de sus posesiones a Dios de todo corazón.
Dios no nos obligará a cumplir Su
voluntad; simplemente Él
Esperará que nosotros lo hagamos por
nuestra propia voluntad.
Salmos 8:6-8
“Le hiciste señorear sobre las obras de
tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies:
Ovejas y
bueyes, todo ello, Y asimismo las bestias del campo,
Las aves de los
cielos y los peces del mar; Todo cuanto pasa por los senderos del mar.”
Ahora bien,
¿dónde comienza tal mayordomía? En nuestro propio ser.
1 de Corintios
6:19-20
¿O ignoráis que
vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual
tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
Porque habéis
sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en
vuestro espíritu, los cuales son de Dios.”
Vamos a
analizar un poco más los elementos de nuestro ser:
El cuerpo.-
Siendo él templo del Espíritu Santo, debemos conservarlo bien alimentado y
saludable, además de vestirlo sencillamente y con decencia.
El alma.-
Sabemos que en ella se concentran la mente, las emociones y la voluntad. Como
la mente es una de las partes que están dentro del alma, debemos llenarla con la Palabra de Dios. No
desperdiciemos el tiempo llenándola con otras cosas que no son provechosas.
El espíritu.-
Es la parte más importante de nuestro ser, pues es ella la que siempre está en
contacto con Dios. Es el soplo de vida que Dios nos infundió, como lo hizo con
Adán cuando lo creó.
Génesis 2:7
“Entonces
Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su
nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.”
3 .- Libérese
de las deudas.- Es básico salir de ellas. Hay unas serie
de cosas que nos pueden ayudar a hacerlo:
Haga un
presupuesto, y no lo viole.
Si le es posible, enliste sus gastos
Los caprichos
personales, que no son una necesidad urgente, debe uno complacerlos con
fondos excedentes, después de haber liquidado
todas las
deudas.
Según el plan
de Dios, no está mal complacer nuestros caprichos, pero debemos tener
control sobre la complacencia que a ellos hacemos.
Identifique
cuáles son los caprichos esenciales para la vida.- Una persona endeudada no debe hacer gastos que
no sean esenciales para su vida, por
ejemplo: es mejor que usted aprenda a reparar cosas que se averíen en el hogar,
a tener que gastar en un especialista. Desarrollemos una actitud de conservación
y aprovechamiento, y ponerla en práctica cuando se requiera.
Piense antes
de gastar.- dígase a sí
mismo: “¿Esto es una necesidad, un gusto o un capricho? ¿Es costoso el
mantenimiento de lo que quiero comprar, o de lo que estoy comprando?”
Deje de
comprar a crédito.- Hay
que tener mucho cuidado con las tarjetas de crédito, y con el fiado en la
tienda de la esquina.
Procure hacer
compras, lo más posible, con efectivo, para no tener que usar la tarjeta de
crédito.
Planee el
pago de la cuota por lo firmado, o si no la usa, por el derecho de portar una
tarjeta de crédito.
Aprenda a
ahorrar.- Empiece a ahorrar
una pequeña cantidad de dinero en forma regular, si es posible. Su ahorro puede
ayudarle a salir de algunos imprevistos.
Proverbios
21:20
“Tesoro
precioso y aceite hay en la casa del sabio; Mas el hombre insensato todo lo
disipa.”
Aprenda a
dar, y dé. La única
motivación para ello es el amor.
2 Corintios 9:7
“Cada uno dé
como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama
al dador alegre.”
¿A quién o a
quiénes dar?
1 .- A Dios.
2 .- A su
pastor.
Gálatas 6:6
“El que es enseñado en la palabra, haga
partícipe de toda cosa
buena al que lo instruye.”
3 .- A sus
hermanos en la fe y su familia.
Gálatas 6:9
“No nos cansemos, pues, de hacer bien;
porque a su tiempo
segaremos, si no desmayamos.”
4 .- Al
extranjero, a la viuda y al huérfano.
Deuteronomio 26:12
“Cuando acabes de diezmar todo el diezmo
de tus frutos en el
año tercero, el año del diezmo, darás
también al levita, al
extranjero, al huérfano y a la viuda; y
comerán en tus aldeas,
y se saciarán.”
5 .- A los
pobres.
Proverbios 19:17
“A Jehová presta el que da al pobre, Y el
bien que ha hecho, se lo
volverá a pagar.”
Aceptemos la
provisión de Dios.-
Para disfrutar de paz en el área financiera, debemos aceptar la provisión de
Dios para dirigir nuestra vida.
No olvidemos
que la voluntad de Dios se puede llevar a cabo a través de la falta de fondos,
o sea que cada cristiano debe aprender a vivir con lo que Dios le da,
resistiendo los deseos de obtener más riqueza y bienes materiales, de manera
deshonesta.
Filipenses
4:11-13
“No lo digo
porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi
situación.
Sé vivir
humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así
para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para
padecer necesidad.
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”
Desarrolle
una conciencia limpia.-
Incluya en esto, las prácticas comerciales y los negocios propios. Puede que
esto incluya restitución y cambio de actitud.
Lucas 19:2-8
Y sucedió que
un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico,
procuraba ver
quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de
estatura.
Y corriendo
delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí.
Cuando Jesús
llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date
prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa.
Entonces él
descendió aprisa, y le recibió gozoso.
Al ver esto,
todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador.
Entonces
Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes
doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo
cuadruplicado.”
Hebreos 12:14
“Seguid la paz
con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.”
Ponga a
otros en primer lugar.-
Esto no significa que usted se deje pisotear de otros, sino que usted no debe
obtener ganancias robando a los demás. Trate a los demás como usted quiere ser
tratado.
Mateo 7:12
“Así que, todas
las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced
vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.”
Administre
su tiempo.- Si usted
pierde algo material, puede recuperarlo; pero si desperdicia el tiempo, usted
lo hace para siempre. En otras palabras, no lo recupera ya más.
El tiempo es su
mejor recurso. Seamos los cristianos personas de prioridades.
Salmos 91:14-16
“Por cuanto en
mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto
ha conocido mi nombre.
Me invocará, y
yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré.
Lo saciaré de
larga vida, Y le mostraré mi salvación.”
Prioridades que
los cristianos debemos tener:
a)
Nuestra
relación con Dios.
b)
La
familia.- Enseñarles la
Palabra de Dios a los demás
miembros de la familia, y
orar juntos.
c)
El
trabajo.
d)
Su
Iglesia, su grupo social, sus vecinos, su diversión, etc.
No confíe en
las riquezas, ni trate de obtenerlas rápidamente.- Si usted no es rico, no se apresure a obtenerlas
velozmente.
La cultura de
nuestra sociedad ha impuesto la cultura contraria a la Palabra de Dios, pero Dios
dice lo contrario.
Proverbios
11:28
“El que confía
en sus riquezas caerá; Mas los justos reverdecerán como ramas.”
Proverbios
23:4-5
“No te afanes
por hacerte rico; Sé prudente, y desiste.
¿Has de poner
tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque se harán alas Como alas de águila,
y volarán al cielo.”
Proverbios 21:5
“Los
pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia; Mas todo el que
se apresura alocadamente, de cierto va a la pobreza.”
Evite lujos
y excesos.- Negarse
lujos y confiar sólo en Dios para todo en su vida, es el camino a la
prosperidad.
1 de Pedro
3:3-4
“Vuestro atavío
no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos
lujosos,
sino el
interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y
apacible, que es de grande estima delante de Dios.”
Busque el
consejo profesional cristiano.- Cuando tenga dudas, busque a alguien que pueda ayudarle,
aconsejarle, enseñarle sobre algún tema, etc., para tomar decisiones acertadas.
Proverbios
15:22
“Los
pensamientos son frustrados donde no hay consejo; Mas en la multitud de
consejeros se afirman.”
Sea
diligente en todo, y haga todo como para Dios.- Debemos confiar de todo corazón en Dios, pero
sin dejar de hacer nuestro trabajo. A Dios le agrada mucho la gente que se esfuerza
para lograr sus metas.
También implica
no salir aval por otro.
Proverbios 10:4
“La mano
negligente empobrece; Mas la mano de los diligentes enriquece.”
Proverbios
22:26
“No seas de
aquellos que se comprometen, Ni de los que salen por fiadores de deudas.”
Siempre oiga
la voz apacible de nuestro espíritu, y la voz autoritaria del Espíritu Santo.- Cualquiera que sea la decisión que
usted tome, espero a oír primero el consejo de nuestro Dios.
¿Cómo se logra
esto? Orando, pidiéndole a Dios consejos específicos y guardando la calma hasta
oír nuestra conciencia o la voz autoritaria del Espíritu Santo en nuestro
interior.
Proverbios
20:27
“Lámpara de
Jehová es el espíritu del hombre, La cual escudriña lo más profundo del
corazón.”
Gálatas 5:25
“Si vivimos por
el Espíritu, andemos también por el Espíritu.”
El varón es
el proveedor de su familia.-
Trabaje todo lo que pueda, gane todo lo que pueda y dé todo lo que pueda.
Si su esposa
trabaja también, hagan ambos una bolsa común, proveyendo para los gastos necesarios
del hogar, incluyendo la provisión para deudas, desde luego, después de haber
descontado del total de ingresos, lo que ambos van a ofrendar en la Iglesia.
1 de Timoteo
5:7-8
“Manda también
estas cosas, para que sean irreprensibles;
porque si alguno
no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y
es peor que un incrédulo.”
3 de Juan 2
“Amado, yo
deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como
prospera tu alma.”
Pidámosle a
Dios sabiduría para saber administrar nuestro dinero, pues Dios quiere que
tengamos éxito y libertad financiera.
A nosotros nos
corresponde andar en obediencia a Dios, y reclamar por fe lo que ya está
decretado en los cielos, y dando pasos efectivos y diligentes para ver nuestra
libertad financiera aquí en la
Tierra.
Isaías 1:18-19
“Venid luego,
dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como
la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser
como blanca lana.
Si quisiereis y
oyereis, comeréis el bien de la tierra;”
No nos queda
más que saber cuál es el propósito de la prosperidad: ayudar a otros que no
tienen suficiente dinero, compartir con otros en sus necesidades materiales,
pero también en sus necesidades espirituales.
Proverbios 3:28
“No digas a tu
prójimo: Anda, y vuelve, Y mañana te daré, Cuando tienes contigo qué darle.”
El pueblo de
Dios debe prosperar para cumplir la gran comisión.
Mateo 28:19
“Por tanto, id,
y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo;
enseñándoles
que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros
todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”
Si usted no
puede ir ahora y hacer discípulos, dé a otro para que vaya.
2 de Corintios
9:8-11
“Y poderoso es
Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo
siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;
como está
escrito: Repartió, dio a los pobres; Su justicia permanece para siempre.
Y el que da
semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra
sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia,
para que estéis
enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de
nosotros acción de gracias a Dios.”
Este pasaje
quiere decir que Dios suple de medios económicos y de sabiduría a aquellos
cristianos que van y hacen discípulos, cumpliendo así la gran comisión.
Dios les
bendiga.