“La embriaguez en la Biblia.”
Por:
Rafael Carrasco.
Varios pasajes bíblicos animan a la gente a
alejarse del alcohol. Algunos ejemplos de ellos, son:
Levítico 10:9
“Tú, y tus hijos contigo, no beberéis
vino ni sidra cuando entréis en el tabernáculo de reunión, para que no
muráis; estatuto perpetuo será para vuestras generaciones,”
Proverbios 20:1
“El vino es escarnecedor, la sidra
alborotadora, Y cualquiera que por ellos yerra no es sabio.”
La palabra vino viene del vocablo hebreo
“yayin”, y del vocablo griego “oinos”.
Efesios 5:18
“No os embriaguéis con vino, en lo
cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,”
En el pasaje anterior notemos que dice: “en
lo cual hay disolución”. Disolución, en este pasaje, significa que uno
de los efectos de estar embriagado es la conducta bestial del borracho;
se desinhibe por completo de su responsabilidad en cuanto a su conducta.
Proverbios 23:29-35
23:29 “¿Para quién será el ay? ¿Para quién
el dolor? ¿Para quién las rencillas? ¿Para quién las quejas? ¿Para quién las
heridas en balde? ¿Para quién lo amoratado de los ojos?
23:30 Para los que se detienen mucho en el
vino, Para los que van buscando la mistura.
23:31 No mires al vino cuando rojea, Cuando
resplandece su color en la copa. Se entra suavemente;
23:32 Mas al fin como serpiente morderá, Y
como áspid dará dolor.
23:33 Tus ojos mirarán cosas extrañas, Y tu
corazón hablará perversidades.
23:34 Serás como el que yace en medio del
mar, O como el que está en la punta de un mastelero.
23:35 Y dirás: Me hirieron, mas no me
dolió; Me azotaron, mas no lo sentí; Cuando despertare, aún lo volveré a
buscar.”
Los cristianos no debemos permitir que
nuestros corazones “sean dominados” por cualquier cosa.
1 de Corintios 6:12
“Todas las cosas me son lícitas, mas no
todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar
de ninguna.”
Este pasaje cabe perfectamente en cualquier
circunstancia de la vida cotidiana.
En nuestro estudio, lo tomaremos para hacer
mención de que: puedo emborracharme, pero sé a la vez que no me conviene
hacerlo, porque me pongo en mal con Dios y con la sociedad entre la que vivo.
1 de Corintios 6:9-10
6:9 “¿No sabéis que los injustos no
heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los
idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con
varones,
6:10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los
borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de
Dios.”
1 de Corintios 8:9-13
8:9 “Pero mirad que esta libertad vuestra
no venga a ser tropezadero para los débiles.
8:10 Porque si alguno te ve a ti, que
tienes conocimiento, sentado a la mesa en un lugar de ídolos, la conciencia de
aquel que es débil, ¿no será estimulada a comer de lo sacrificado a los ídolos?
8:11 Y por el conocimiento tuyo, se perderá
el hermano débil por quien Cristo murió.
8:12 De esta manera, pues, pecando contra
los hermanos e hiriendo su débil conciencia, contra Cristo pecáis.
8:13 Por lo cual, si la comida le es a mi
hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no poner tropiezo a mi
hermano.”
Por “débiles”, en este pasaje bíblico,
entendemos referirse a los débiles en la fe, que no son aptos para tomar
ciertas decisiones por sí mismos, sin la supervisión de un cristiano maduro,
que de verdad ame a Dios.
En la Biblia podemos ver que Jesús cambió agua en vino,
durante las bodas de Caná.
Probablemente, Jesús bebía vino de vez en
cuando.
Mateo 11:18-19
11:18 “Porque vino Juan, que ni comía ni
bebía, y dicen: Demonio tiene.
11:19 Vino el Hijo del Hombre, que
come y bebe, y dicen: He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino,
amigo de publicanos y de pecadores. Pero la sabiduría es justificada por sus
hijos.”
En tiempo del Nuevo Testamento, el agua no
era muy limpia. Esta misma realidad se da hoy en día, en los países del Tercer
Mundo.
Por ello, la gente de ese entonces bebía
vino con frecuencia, porque era menos probable que el vino estuviera
contaminado.
1 de Timoteo 5:23
“Ya no bebas agua, sino usa de un poco
de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades.”
Al parecer, Timoteo sufría del estómago,
por causa del agua contaminada que tomara durante algún tiempo.
También, en el tiempo del Nuevo Testamento,
el vino era fermentado, pero no al grado en que lo es hoy.
Las personas, en tiempos bíblicos, ¿podían
evitar que sus jugos se fermentaran sin refrigeración? La respuesta es sí.
¿Cómo lo lograban?
- Hirviendo el jugo hasta espesar como el jarabe; y cuando lo necesitaban, le agregaban agua.
- Hirviendo el jugo, y luego sellarlo sin aire.
- Manteniéndolo en un lugar fresco, como en una cueva, bajo tierra o sumergido en agua.
Juan 2:10
“y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han
bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta
ahora.”
En este pasaje, vemos que “el buen vino” es
jugo de uva fresca; en tanto que “el vino inferior”, es jugo de uva fermentado.
De manera que Cristo, al convertir esa agua
en vino, durante las bodas de Caná, la convirtió en buen vino, el cual no
embriagaba, porque Él estaba consciente de los daños que ocasiona el estar
borracho. Por ello, decidió mejor hacer un regalo de bodas con una bebida
inofensiva y agradable al paladar.
Para concluir, tengamos presente esto:
Como cristianos, somos templo del Espíritu
de Dios. Si lo destruimos a propósito, Dios nos destruirá a nosotros.
1 de Corintios 3:16-17
3:16 “¿No sabéis que sois templo de Dios, y
que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
3:17 Si alguno destruyere el templo de
Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros,
santo es.”
Dios les bendiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario