“La amistad hay que demostrarla con hechos, no con
palabras.”
Por:
Rafael Carrasco.
¡Cómo es deseable una verdadera amistad! En
todo tiempo es agradable estar rodeado de verdaderos amigos que sinceramente
amisten con uno.
Si desde que el hombre le falló a Dios
existe la infidelidad a una amistad, con más razón en estos tiempos. Es muy
difícil encontrar verdaderos amigos, que de corazón lo aprecien a uno, y
valoren también la amistad que uno les ofrece a cambio.
Tristemente sabemos de muchos casos en que una
persona no conoce lo suficiente a otra para llamarla “amigo o amiga”, y a un
determinado plazo esa persona que no cuidó de saber lo suficiente acerca de la
persona que escogió como amiga, es víctima de ella, y sale perjudicada
grandemente.
Por eso es necesario conocer un poco más a
la persona o personas que uno escoge para amistar con ellas. Aunque no lleguen
a conocerse en su totalidad, sin embargo, el tiempo que ambas personas se den
para ello, será determinante para ser uno digno de llamar “amigo” a otra
persona. Esto, obviamente, en el plano humano.
De hecho, la amistad implica lealtad,
fidelidad.
Proverbios 17:17
“En
todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de
angustia.”
¿Qué significa que en todo tiempo ame el
amigo? Que alguien que se hace llamar amigo no sea hipócrita, que sea sincero
cabalmente, y que se preocupe por nunca echar a perder una amistad.
Sabemos de entrada que una amistad hay que
demostrarla con hechos, más que con palabras, porque, ¿de qué sirve que alguien
quiera amistar con nosotros sólo por conversar, y no lo demuestra con algún
detalle, con algún regalo?
Desde luego que no estoy diciendo que todo
quien se hace llamar amigo debe obligadamente llevarnos regalos, ya sea a
nuestra casa o a nuestro trabajo. Lo que quiero decir, es que si en verdad una
persona quiere ser nuestro amigo, que se
dé a confiar en él o en ella, todo el tiempo, mediante hechos, no tan solamente
con su conversación.
Sería muy raro conocer a alguien que desde
el primer momento nos dé santo y seña de su vida; es decir, que se abra (abra
su corazón) con nosotros.
No nos dejemos llevar “por las apariencias”
de quien se dice ser nuestro amigo, sin haberlo lo suficiente como para poder
confiar en él o en ella.
Es buen método “probar” a quienes se dicen
ser nuestros amigos. Disimuladamente, podemos probar a quienes se dicen ser
nuestros amigos, para conocer el grado de sinceridad con que van llevando a
cabo las cosas que nos están diciendo o que nos están demostrando.
Es muy triste enterarnos de que personas
chismosas quieran amistar con nosotros, “fingiendo” sinceridad para con
nosotros, para ellas lograr que les abramos nuestro corazón y después ir ellas
con el chisme hacia otras personas, amistades del chismoso, y nos comprometan
en algún asunto serio.
Los chismosos pueden destruir amistades,
máxime si nos destruyen la amistad con alguien que hemos conocido desde mucho
tiempo atrás.
Proverbios 16:28
“El hombre perverso levanta contienda, Y
el chismoso aparta a los mejores
amigos.”
Conociendo lo suficiente a una persona
candidata a ser amiga nuestra, nos evitaremos en un determinado plazo
desilusiones y enojos innecesarios.
¿Qué características hacen de uno un buen
amigo?
Filipenses 2:3-4
2:3 “Nada hagáis por contienda o por
vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como
superiores a él mismo;
2:4 no mirando cada uno por lo suyo propio,
sino cada cual también por lo de los otros.”
- No ser vanaglorioso (soberbio, arrogante).
- Ser humilde en su forma de actuar.
- Estimar a los demás como superiores a él. (Esto no significa que se deje humillar de quien sea; sólo implica respetar a los demás.)
- No mirar uno por lo suyo propio. (Esto es, no ser egoísta.)
- Mirar también por lo de los otros. (Esto es, tener un corazón altruista; o sea, con el sano deseo de ayudar a otros).
Además de estas cosas, un amigo se interesa
en ser honesto con uno, aún cuando esa honestidad para con nosotros hiriera a
ese amigo.
Proverbios 27:6
“Fieles son las heridas del que ama;
Pero importunos los besos del que aborrece.”
Pero en el plano espiritual, sabemos de
hecho que podemos confiar totalmente en Alguien que dio Su
preciosa sangre por toda la humanidad sobre una cruz, en el Monte Calvario. Ese
Alguien, es Jesús, el Hijo de Dios.
Realmente, vale la pena mantener a los
verdaderos amigos.
Proverbios 27:9-10
27:9 “El ungüento y el perfume alegran el
corazón, Y el cordial consejo del amigo, al hombre.
27:10 No dejes a tu amigo, ni al amigo de
tu padre; Ni vayas a la casa de tu hermano en el día de tu aflicción. Mejor es
el vecino cerca que el hermano lejos.”
Como un consejo personal hacia usted,
estimado lector, he de decirle: escoja amigos que amen al Señor y tengan corazones puros.
2 de Timoteo 2:22
“Huye también de las pasiones juveniles, y
sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio
invocan al Señor.”
Dios les bendiga.