domingo, 22 de febrero de 2015

"La sinceridad".



“La sinceridad.”



Por: Rafael Carrasco.



Es de saberse que, de niños, a la mayoría de nosotros nuestros padres nos enseñaron a ser sinceros, no solamente con Dios, sino también con otras personas y con nosotros mismos.



La sinceridad la define el Diccionario como: Sencillez, veracidad, modo de expresarse libre de fingimiento.



Podría muy bien vincularse a la sinceridad con la honradez, porque encierra en sí una similitud en cuanto a la rectitud del actuar o del decir.



Quien constantemente dice mentiras, no es una persona sincera.

Juan 8:44

“Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.”



Para ser sincero, es necesario ser primeramente obediente a Dios.

Levítico 19:11

“No hurtaréis, y no engañaréis ni mentiréis el uno al otro.”



Así, en cuanto a la vida cotidiana, no hay modo de hacer una ley  para que las personas sean sinceras la una con la otra, pues la sinceridad es cuestión de conciencia y de responsabilidad personal.



Ciertamente es difícil hacer que las relaciones interpersonales sean abiertas y transparentes. Desgraciadamente, no se puede confiar en todo el mundo.

 Para poder logar que las relaciones interpersonales sean abiertas y transparentes, hay 3 formas, que son:



  • Exigirle a alguien a que haga un juramento.
  • Haciendo uso de la tortura-
  • Demostrar la sinceridad con hechos, para que la gente confíe en él o en ella.



Nosotros, los que somos siervos y siervas del Dios vivo, tenemos la obligación de Serle sinceros. También debemos serlo con otras personas y con nosotros mismos.

No nos queda otra opción: no solamente es necesario sincerarse con Dios, sino también Serle obedientes a Sus mandamientos y, todavía más, poner esos mandamientos por obra.


No en vano nos mandó Jesús lo siguiente:

Santiago 1:22

“Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.”



Santiago 4:17

“y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.”



Dios les bendiga.

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