“La obediencia: bendición para quien la lleva a cabo.”
Por:
Rafael Carrasco.
Es maravilloso saber que podemos tener
buenos resultados, habiendo obedecido algo que se nos mandó hacer. Por ejemplo:
si obedecemos a nuestro jefe/a en nuestro trabajo, siempre vamos a disfrutar de
aprecio por parte de él o ella, y va a confiar más en nosotros.
Si dicho jefe es en verdad una persona
educada y agradecida con nosotros, tal vez nos dirá, por nuestro buen
desempeño, algo como esto:
“Buen trabajo, excelente, lo felicito por
su buen desempeño.”
“Su trabajo es magnífico, ¡Qué bueno es
contar con gente tan capaz como usted en nuestra empresa.”, etc.
En términos generales, nos complace mucho
el poder ser elogiados por nuestros éxitos, tanto en nuestros estudios como en nuestro
trabajo. Es muy estimulante eso porque quiere seguir uno siempre hacia delante.
El lado negativo de esto, es que el aprecio
de nuestro jefe o de nuestros maestros, despierta en los compañeros de trabajo
o en nuestros compañeros de estudio, una envidia terrible hacia nosotros.
Ahora bien, el diccionario define a la
obediencia como: costumbre de obedecer, sumisión de una cosa a otra, acción de
obedecer.
En la Biblia , la palabra obedecer viene del hebreo
“shamá”, y significa: escuchar, prestar atención, prestar oídos con sumisión
y respeto a la vez.
Esta palabra aparece más de 1,000 veces en la Biblia , y ese solo hecho
nos habla de su importancia.
Para ser bendecidos por Dios, debemos:
PRIMERO.- Obedecer.
No nos toca a nosotros escoger cuáles
mandamientos obedecer y cuáles no.
Simplemente: obedecer y punto; nos guste o no.
SEGUNDO.- Obedecer todo.
Dios espera de nosotros que entendamos
Sus mandamientos.
TERCERO.- Obedecer exactamente.
Esto implica que Dios es estricto en lo
que nos manda, y quiere que seamos cabales en Obedecerle, tal y como Él lo
dejó escrito en Su palabra.
Ya habiendo visto estos 3 puntos de suma
importancia para mantener una correcta relación espiritual con Dios, vamos a
destacar un ejemplo de desobediencia, que trae terribles consecuencias a la
persona desobediente, pues la desobediencia se opone totalmente a lo que Dios
manda:
Exodo 32:31-35
32:31 “Entonces volvió Moisés a Jehová, y
dijo: Te ruego, pues este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se
hicieron dioses de oro,
32:32 que perdones ahora su pecado, y si
no, ráeme ahora de tu libro que has escrito.
32:33 Y Jehová respondió a Moisés: Al
que pecare contra mí, a éste raeré yo de mi libro.
32:34 Ve, pues, ahora, lleva a este pueblo
a donde te he dicho; he aquí mi ángel irá delante de ti; pero en el día del
castigo, yo castigaré en ellos su pecado.
32:35 Y Jehová hirió al pueblo,
porque habían hecho el becerro que formó Aarón.”
Vemos que Dios Se había enardecido en
contra de Su pueblo Israel, a causa de la desobediencia de ellos, que de
repente se volvieron idólatras, cosa que ya de antemano el Señor les había
prohibido practicar.
Exodo 20:2-6
20:2 “Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué
de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
20:3 No tendrás dioses ajenos delante de
mí.
20:4 No te harás imagen, ni ninguna
semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las
aguas debajo de la tierra.
20:5 No te inclinarás a ellas, ni las
honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito
la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de
los que me aborrecen,
20:6 y hago misericordia a millares, a los
que me aman y guardan mis mandamientos.”
Veamos aquí que Dios es celoso; esto es, Él
no comparte Su gloria con ningún otro dios. Él exige adoración sólo para Sí.
Isaías 43:10-11
43:10 Vosotros sois mis testigos, dice
Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis
que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí.
43:11 Yo, yo Jehová, y fuera de mí no
hay quien salve.”
Jehová es Dios, y salva (porque hizo maravillas de salvación a Su pueblo Israel); también
Jesús Su Hijo es Dios, y salva, hoy en día, al pecador que Lo recibe como Salvador personal:
Hechos 4:12
“Y en ningún otro hay salvación;
porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser
salvos.
Romanos 10:9
“que si confesares con tu boca que Jesús
es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás
salvo.”
Cuando practiquemos el obedecer a Dios,
debemos hacerlo sinceramente.
Gálatas 6:9-10
6:9 “No nos cansemos, pues, de hacer
bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.
6:10 Así que, según tengamos oportunidad,
hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.”
Si usted sigue negándose a obedecer a Dios,
déjeme decirle que usted está desafiando a Dios. Es mejor tener a Dios
de Aliado, que de Enemigo.
Hebreos 10:31
“¡Horrenda cosa es caer en manos del
Dios vivo!”
¿Qué necesidad hay de que Dios lo destruya
a usted en el infierno? Decídase a humillarse ante Dios, y aceptar el regalo de
vida eterna que Dios le ofrece a través de Su Hijo Jesucristo.
Miqueas 6:8
“Oh hombre, él te ha declarado lo que es
bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia,
y humillarte ante tu Dios.”
Sólo usted tiene que reconocer que es
pecador, y que necesita de Dios en su vida. Luego, acepte por fe a Cristo en su
alma, y disfrute así de salvación de la condenación eterna en el infierno, y del amor y
misericordia de Dios hacia usted por y para siempre.
No crea que usted fue creado por alguien
que no fuera Dios. Usted realmente fue creado por Él, y como creación Suya,
ahora quiere darle también el derecho de ser hijo Suyo, aceptando a Cristo Su Hijo como
Salvador personal.
Puede usted invitar ahora a Cristo
Jesús a ser el Señor de su vida, de esta forma:
“Señor Dios: Te agradezco este momento en
el cual me escuchas, y me humillo ante Ti, para invitar a Tu Hijo Jesucristo a
ser el Señor de mi vida, y así disfrutar de Tu amor y misericordia por y para
siempre.
Gracias por Tu perdón, en el nombre de Jesús,
amén.”
Dios les bendiga.