lunes, 26 de enero de 2015

"¿Está de acuerdo Dios con los pleitos?"

“¿Está de acuerdo Dios con los pleitos?”

Por: Rafael Carrasco.

Los pleitos son un problema muy común en todo el mundo. Son un problema de casi todos los días, y son de diferente intensidad, dependiendo, desde luego, de la naturaleza de su causa.

Los pleitos se pueden generar por varias razones; aquí ennumero algunas de ellas:
Envidia.
Celos.
Sólo por ver enojada a la persona ofendida.
Por chismes.
Por dañar alguna pertenencia de la persona ofendida.
Por injusticias cometidas en contra de la persona ofendida. Por ejemplo: cuando la persona ofendida hace fila para algún trámite, y la persona en ventanilla llama a alguien que está fuera de la fila para atenderla primero.
Cuando a alguien le tocan la bocina del carro en señal de mencionar la madre de la persona ofendida.

Ahora bien, ¿qué dice Jesús de ello?
Mateo 5:9
“Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.”

En otras palabras, Jesús no nos quiere ver peleando, mucho menos provocando los pleitos.

Lucas 9:51-56
9:51 “Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén.
9:52 Y envió mensajeros delante de él, los cuales fueron y entraron en una aldea de los samaritanos para hacerle preparativos.
9:53 Mas no le recibieron, porque su aspecto era como de ir a Jerusalén.
9:54 Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma?
9:55 Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois;
9:56 porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea.”

Ahora bien, ¿cómo está eso de que Jesús les dijo a Jacobo y a Juan que ellos no sabían de qué espíritu eran?
Pues bien, he aquí la explicación del asunto: Jacobo y Juan creían que anteriormente Elías había hecho caer fuego del cielo, cuando retó a 450 sacerdotes de Baal.
1 de Reyes 18:22
“Y Elías volvió a decir al pueblo: Sólo yo he quedado profeta de Jehová; mas de los profetas de Baal hay cuatrocientos cincuenta hombres.”

¿Cómo la ve usted? Un solo hombre justo contra 450 hombres corruptos. Una lucha de verdad dispareja, ¿verdad?
Pero esos 450 hombres corruptos no contaban con que Jehová de los ejércitos estaba con Elías, y que fácilmente Él le daría la victoria sobre ellos.
Aquí viene el desafío de Elías:
1 de Reyes 18:25
“Entonces Elías dijo a los profetas de Baal: Escogeos un buey, y preparadlo vosotros primero, pues que sois los más; e invocad el nombre de vuestros dioses, mas no pongáis fuego debajo.”

Obviamente, nada pasó. Ahora vamos a ver cómo Elías invocó al Dios de Israel, y obtuvo Su pronta respuesta.
1 de Reyes 18:36-39
18:36 “Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo: Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas.
18:37 Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos.
18:38 Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja.
18:39 Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!

Démonos cuenta de qué grande es Dios. Cuando Él quiere hacer las cosas, las hace, amén.

¿Y qué pasó luego con los profetas de Baal por su fraude?
1 de Reyes 18:40
“Entonces Elías les dijo: Prended a los profetas de Baal, para que no escape ninguno. Y ellos los prendieron; y los llevó Elías al arroyo de Cisón, y allí los degolló.”

Volviendo a nuestro estudio, quedó claro que Jesús con justa razón reprendió a Jacobo y a Juan, por su ignorancia.
Ningún hombre puede hacer las cosas que Dios hace, si no fuera autorizado por el propio Dios. Yo pienso que a los seres humanos en general (porque al menos para mí es difícil creer que a los hijos de Dios se nos ocurriera algo como lo que comentaré) no les daría Dios autorización para hacer descender fuego del cielo, porque Él sabe que le daríamos mal uso: quemaríamos a todos nuestros enemigos y a las personas que consideraríamos indeseables, haciendo de ello una masacre de proporciones fenomenales.
Lo mismo pasó cuando Dios hizo llover fuego y azufre sobre Sodoma y Gomorra: Dios envió Su fuego, y no Lot.
Génesis 19:24
“Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos;

Jesús preparó a Sus discípulos para que recibieran al Espíritu Santo en el tiempo indicado por Él, una vez que Él hubiera ascendido al cielo. Por eso les pidió que permaneciesen en Jerusalén, hasta que ello se cumpliera.
Hechos 1:4
“Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí.”

Hechos 1:8
“pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”

Ahora bien, ¿qué clase de poder les prometió Jesús a Sus discípulos al haber recibido ellos al Espíritu Santo?
Marcos 16:17-18
16:17 "Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; 
16:18 tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán."

Malas noticias para quienes gustan de tomar venganza de sus enemigos, ¿verdad?

Porque el poder dado por Espíritu Santo no incluye que los creyentes en Jesús tengan autoridad divina alguna para hacer descender fuego del cielo.

Cabe aclarar lo siguiente: eso de que los creyentes en Jesús tomen serpientes en las manos, no significa textualmente que deben hacerlo; más bien, Marcos 16:18 contiene la promesa de Dios de protegerlos a ellos en situaciones peligrosas que van más allá de sus habilidades en poder controlar. Esta no es una orden a que uno mismo se ponga en peligro.



Hacer tal cosa es tentar o desafiar a Dios, cosa que el mismo Dios prohibió; en otras palabras, caeríamos en la misma bajeza que el diablo, cuando tentó a Jesús en el desierto.
Mateo 4:7

“Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.”

Dios es sabio, estimado lector. Él no permitiría que nosotros Sus hijos hiciéramos mal uso del fuego del cielo, porque Él bien sabe que mataríamos a todos nuestros enemigos con ese fuego. Por eso es que Dios no le permite a ningún hombre hacer uso del fuego celestial.
Él sabe cómo y cuándo usarlo, nadie más.

Jesús no quiere que paguemos a alguien mal por mal, porque eso va en contra de Su voluntad.
Romanos 12:17
No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres.”

Sin embargo, Jesús dejó muy en claro que asumiéramos las consecuencias de nuestros actos.
Mateo 7:12
“Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.”

De manera que queda muy claro: trate a otros como a usted le gustaría ser tratado. Así de sencillo.

Cuando surge un motivo para que alguien nos busque pleito injustamente a los hijos de Dios, lo mejor es retirarse del lugar, aunque el ofensor nos grite: “eres una gallina”, “cobarde”, o cosas similares. Es mejor evitar eso, a ir preso por estarse peleando en la calle, o por lesionar al ofensor y dejarlo como para el hospital.
El hecho de retirarse de un lugar de pleito, es muestra de sabiduría, valentía y fortaleza; no de cobardía, como mucha gente cree.
¿Y por qué el retirarse de un lugar de pleito es señal de sabiduría, valentía y fortaleza? Porque se requiere ser fuerte espiritualmente para hacer el bien, para hacer lo que Jesús nos pide.

En cuanto a los pleitos entre hijos de Dios, Pablo nos exhorta a que evitemos ir a la Corte a denunciarnos unos contra otros.
1 de Corintios 6:1-8
6:1 “¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro, ir a juicio delante de los injustos, y no delante de los santos?
6:2 ¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas?
6:3 ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida?
6:4 Si, pues, tenéis juicios sobre cosas de esta vida, ¿ponéis para juzgar a los que son de menor estima en la iglesia?
6:5 Para avergonzaros lo digo. ¿Pues qué, no hay entre vosotros sabio, ni aun uno, que pueda juzgar entre sus hermanos,
6:6 sino que el hermano con el hermano pleitea en juicio, y esto ante los incrédulos?
6:7 Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudados?
6:8 Pero vosotros cometéis el agravio, y defraudáis, y esto a los hermanos.”

El demostrar que los hijos de Dios no somos capaces de perdonarnos unos a otros nuestras ofensas, y reconciliar nuestras diferencias, es demostrar una derrota espiritual.

Lo mejor, en todo caso, es proceder en amor cristiano, a reprender al hermano que nos ofende.
Mateo 18:15-17
18:15 “Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.
18:16 Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra.
18:17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.”

Tener a un hermano por gentil y publicano es considerarlo una persona del mundo; o sea, un cristiano mundano (cristiano con aun costumbres mundanas). Es señalar a ese hermano rebelde, y no juntarse con él, por considerarlo una mala influencia para la Iglesia.

En 1 de Corintios 6:7, Pablo se preocupa por el testimonio del creyente ante el mundo.

1 de Corintios 6:7
“Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudados?”

Los hijos de Dios no podemos estar dando un testimonio defraudador ante las personas del mundo, porque hay que recordar que los hijos de Dios somos libros abiertos ante los ojos de la gente del mundo, y si ven en nosotros los hijos de Dios un testimonio diferente al que pretendemos tener, ¿imagine usted, estimado lector, en qué concepto nos tendrían las gentes del mundo?

Pablo, por así decirlo, nos pone a los hijos de Dios entre la espada y la pared: ¿Qué es más importante para un hijo de Dios, una batalla legal o una batalla por el alma de una persona?
Difícil elección, humanamente hablando. ¿Verdad?

Entonces, ¿qué hacer?
¿Debemos los hijos de Dios llevar a un hermano en Cristo a la Corte por asuntos de la Iglesia? No.
¿Debemos los hijos de Dios llevar a un hermano en Cristo a la Corte por asuntos civiles? Si puede evitarse de alguna manera, tampoco en este caso.

Ahora bien, ¿Debemos los hijos de Dios llevar a la Corte a un no creyente a la Corte, por asuntos civiles?
Si puede ser evitado, tampoco. Sin embargo, en algunos casos, tales como la protección de nuestros derechos, puede ser apropiado el procurarse una defensa legal.
Hechos 22:24-30
22:24 “mandó el tribuno que le metiesen en la fortaleza, y ordenó que fuese examinado con azotes, para saber por qué causa clamaban así contra él.
22:25 Pero cuando le ataron con correas, Pablo dijo al centurión que estaba presente: ¿Os es lícito azotar a un ciudadano romano sin haber sido condenado?
22:26 Cuando el centurión oyó esto, fue y dio aviso al tribuno, diciendo: ¿Qué vas a hacer? Porque este hombre es ciudadano romano.
22:27 Vino el tribuno y le dijo: Dime, ¿eres tú ciudadano romano? Él dijo: Sí.
22:28 Respondió el tribuno: Yo con una gran suma adquirí esta ciudadanía. Entonces Pablo dijo: Pero yo lo soy de nacimiento.
22:29 Así que, luego se apartaron de él los que le iban a dar tormento; y aun el tribuno, al saber que era ciudadano romano, también tuvo temor por haberle atado.
22:30 Al día siguiente, queriendo saber de cierto la causa por la cual le acusaban los judíos, le soltó de las cadenas, y mandó venir a los principales sacerdotes y a todo el concilio, y sacando a Pablo, le presentó ante ellos.”

No hay algo de malo con usar el sistema jurídico, en tanto se haga con un motivo justo y un corazón puro.

Dios les bendiga.










sábado, 24 de enero de 2015

"¿Qué dice la Biblia del baile?"

“¿Qué dice la Biblia del baile?”

Por. Rafael Carrasco.

Como bien sabemos, el baile es el lenguaje del cuerpo; es una forma de comunicación que definitivamente Dios aprueba.
Salmos 149:3
“Alaben su nombre con danza; Con pandero y arpa a él canten.”

Salmos 150:4
“Alabadle con pandero y danza; Alabadle con cuerdas y flautas.”

Lo realmente penoso, es cuando nuestro cuerpo quiere expresar algo completamente diferente de lo que es alabar a Dios, como algo que quizás no nos atrevemos a decir con la boca. Y si nos resulta fácil decirlo con la boca, lo decimos en determinados ambientes, como por ejemplo:
“¿No me veo sexy?” “Nadie me presta atención, por eso practicaré los movimientos más llamativos”.
En base a tales conceptos, ahí sí se acepta el baile como una tentación: cuando es usado para seducir a la pareja de baile y también a otras personas. Si la pareja de baile u otras personas ceden a la tentación (se dejan seducir) por la forma de bailar de la persona que ha pensado seducir a los presentes, entonces el baile se constituye en pecado.

Si lo que uno quiere decir con su cuerpo lo hace desmerecer a uno, la culpa no es del baile, sino de uno mismo. Es triste y decepcionante cuando una persona baila de tal manera que parece un simio. Por eso es de notar que muchas veces una persona que baila de ese modo difícilmente halla pareja con quién bailar.

Es muy fácil hacer del baile una sana diversión: cuando se baila decentemente, y no para seducir a la pareja de baile o a otras personas que asisten al baile.

Hay una gran diferencia entre el baile hebreo y el baile actual.

En el baile hebreo, tanto hombres como mujeres bailaban en forma individual, pero generalmente lo practicaban las mujeres.

Como ejemplos del baile hebreo, tenemos:
Éxodo 15:20
“Y María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas.”

2 de Samuel 6:14
“Y David danzaba con toda su fuerza delante de Jehová; y estaba David vestido con un efod de lino.”

En el baile actual, tanto hombres como mujeres bailan sueltos o abrazados.

Cabe aclarar aquí que para las personas solteras, lo mejor es que bailen sueltas, para evitar la seducción entre ellas.

Para las personas casadas, el que bailen sueltas o abrazadas no tiene importancia, siempre y cuando lo hagan con su esposo o esposa. Si alguien casado baila con alguien soltero, o con otra persona casada, hágalo decentemente, o mejor evítelo. No se meta en problemas.
Las personas casadas, para no ser tropiezo para las personas solteras que los ven bailar, cuando ellos bailen abrazados, es mejor que lo hagan de tal espacimanera que sus cuerpos no lleguen a tocarse mutuamente, sino dejando un espacio considerable entre ellos. Así, tanto ellos como quienes los miran bailar no se sentirán tentados al deseo sexual.

En sí, cuando una pareja de solteros o una pareja de casados baila abrazados rozando sus cuerpos mutuamente en forma frecuente, están incitando a los demás a la lascivia (deseo malsano), y también ellos mismos.

Hay que notar que, después de la lascivia, viene la prostitución manifiesta.

En otro de mis estudios, también dije que una tentación no se convierte en pecado, si no se cede a dicha tentación. En tal caso, la tentación no pasa de ser tentación.

En las parejas casadas, no se le da importancia si las relaciones sexuales se tienen con el cónyuge; de otra manera se cae en el pecado de adulterio. Pero en las parejas solteras sí es lamentable que caigan en la prostitución, en el pecado de fornicación.

En anteriores estudios, he dicho que el adulterio son las relaciones sexuales entre una persona casada y una persona soltera; o bien, entre dos personas casadas, pero que una de ellas no sea el cónyuge de la otra.

En cambio, la fornicación son las relaciones sexuales entre personas solteras.

Pero de todas maneras es mejor que las parejas que acuden a los bailes, si bailan abrazadas, no rocen sus cuerpos mutuamente.

Como dije anteriormente, el baile se constituye un pecado cuando las personas que ven bailar a la persona que ha pensado promover la seducción de los presentes, se han dejado seducir, y nacen en los presentes deseos malsanos como lo son: la lascivia y la relación sexual inmediata.

En tal caso, es mejor buscar otra forma sana de divertirse.
1 de Juan 2:15-16
2:15 “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
2:16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.”

Entiéndase en estos pasajes bíblicos que lo que incita al pecado es lo que uno no debe amar, tal como el baile seductor, siendo este tipo de baile, por ejemplo, el perreo y otros movimientos sensuales de la cadera. Hay que considerar también los bailes que, valga la redundancia, llevan a cabo las bailarinas de los llamados "table dance" (bailes de mesa) en tubos verticales sobre una pasarela, o con los clientes en las mesas, o en los reservados.

Para terminar, déjeme decirle esto, estimado lector: el baile en sí no es pecado, porque  el problema no es el ritmo de la música; más bien, el problema es cómo se baile ese ritmo. Analícelo un momento y me dará la razón.

Dios les bendiga.



lunes, 19 de enero de 2015

"Lo que todos debemos saber acerca de la muerte."

“Lo que todos debemos saber acerca de la muerte.”

Por: Rafael Carrasco.

Si algo es verdad, es que mucha gente no quiere saber, ni aun oír algo acerca de la muerte. Y eso, porque teme morir y también porque ignora qué hay después de ella.

En sí, a la muerte la define la Biblia como: “separación de Dios”.

Sabemos que la palabra “muerte”, está escrita en la Biblia más de 300 veces.
Se le usa de diferentes maneras en la Biblia.

Jesús la ha comparado como “un sueño”.
Juan 11:11-14
11:11 Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle.
11:12 Dijeron entonces sus discípulos: Señor, si duerme, sanará.
11:13 Pero Jesús decía esto de la muerte de Lázaro; y ellos pensaron que hablaba del reposar del sueño.
11:14 Entonces Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto;”

Aunque la palabra muerte significa básicamente “separación de Dios”, identificada como “sueño”, está mencionada así  más de 50 veces en la Biblia.

El sueño es un estado de inconsciencia, en el cual la persona que duerme no tiene noción del tiempo ni de lo que sucede a su alrededor.

El intervalo entre la muerte y la resurrección, está descrita en la Biblia como “un sueño”.
Morir es como ir a dormir, y el próximo pensamiento consciente que uno podría tener será cuando a uno el Señor lo resucite y le dé a uno, de esta manera, la vida de vuelta.

Cuando una persona desobedece a Dios, muere.
Génesis 2:16-17
2:16 “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;
2:17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.”

En el pasaje anterior, está implícita la consecuencia a la desobediencia: la muerte.

Cuando Adán desobedeció a Dios, no murió físicamente ese mismo día, pero Jehová lo sacó del huerto de Edén.
Génesis 3:23-24
3:23 “Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado.
3:24 Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.”

De esa manera, Adán “murió”, al ser separado del favor de Dios.
Fue una muerte espiritual.

Cuando una persona aun no acepta a Cristo como su Salvador personal, aun está muerta espiritualmente.
Romanos 6:23
“Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”

Es lamentable saber que el estar separado (muerto espiritualmente) el ser humano de Dios, viene desde el momento en que Adán fue separado del favor de Dios en el huerto de Edén.
En otras palabras, es una muerte espiritual generacional; es decir, de generación en generación.

Por eso es que se dice en Romanos 3:23
por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,”

La palabra “todos” en este pasaje bíblico, significa toda la humanidad, puesto que todos los seres humanos somos descendencia de Adán.

Una persona deja de estar muerta espiritualmente, cuando esa persona acepta a Jesús como su Salvador personal. En ese momento, esa persona vuelve a acercarse a Dios, y recibir Sus bendiciones y misericordias.
Isaías 55:6-7
55:6 “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.
55:7 Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.”

Hay una cosa muy curiosa: cuando uno acepta a Cristo como su Salvador personal, “muere también”, espiritualmente, al pecado, y resucita a una vida eterna con Jesús.

Es cierto que está establecido que todo ser humano muera físicamente, pero un sola vez.

Hebreos 9:27
“Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,”

Sí, moriremos físicamente, pero luego seremos resucitados por Cristo para ser juzgados por Él, en Su tribunal.
Romanos 14:12
“De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.”

Romanos 14:10
“Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.”

El tribunal de Cristo será un lugar de juicio para todos los seres humanos. Los hijos de Dios seremos primeramente juzgados por Cristo, evaluando Él nuestras obras aquí en la Tierra, mientras estuvimos vivos, obviamente.
Luego, juzgará a la gente que no quiso Aceptarlo como su Salvador personal.

Se hace, pues, necesario que cada persona se ponga a cuentas con Dios, para ser libre de la condenación eterna.
Isaías 1:18
Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.”

Cuando una persona vive en los placeres del mundo, espiritualmente está muerto. Sabemos de hecho que obedecer al mundo (esto es, a todo placer que agrade a nuestro cuerpo) y obedecer a Dios al mismo tiempo, no es posible.
Mateo 6:24
Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.”

1 de Timoteo 5:6
“Pero la que se entrega a los placeres, viviendo está muerta.”

Aquí se habla de la gente que prefiere satisfacer sus placeres, que humillarse a aceptar a Cristo como su Salvador personal.

Hay que recordar que la soberbia del ser humano es aborrecida por Dios, y el ser humilde de corazón Le agrada.

Cuando una persona muere físicamente sin haber aceptado a Cristo como su Salvador personal, está perdida.
En el juicio final que Dios ejecute sobre esa persona, esa persona estará separadamente para siempre de Dios.

No podemos evitar la muerte física, pero sí podemos evitar la muerte espiritual.

Debemos aprender a morir al pecado, reconociendo en oración a Dios que somos pecadores; luego, confesar nuestros pecados a Dios y finalmente aceptar a Cristo como nuestro Salvador personal.

Cuando uno acepta a Cristo como su Salvador personal, lo hace estando arrepentido sinceramente.

Arrepentimiento es un cambio de actitud hacia el pecado; en otras palabras, es dar la espalda al pecado y sus placeres, y seguir a Jesús.

Me despido con esta reflexión: ¿qué planes tiene usted para su vida? ¿Está entre sus planes aceptar a Cristo como su Salvador personal, o seguir alimentando sus placeres pecaminosos?
Usted elige, nadie lo hará por usted.

Dios les bendiga.







domingo, 18 de enero de 2015

"¿Es realmente de utilidad el llamado evangelio de la prosperidad?"

“¿Es realmente de utilidad el llamado EVANGELIO DE LA PROSPERIDAD?”

Por: Rafael Carrasco.

En los tiempos de Pablo y los demás apóstoles, ya existían algunas sectas de destructiva avaricia, las cuales se infiltraron en la Iglesia primitiva.
Sin embargo, Pablo y los demás apóstoles nunca consintieron en adaptarse a los peligrosos falsos maestros que propagaban tal herejía, y urgían a los verdaderos cristianos a huir de ellos.
Un ejemplo de ello, los constituye el hecho de que Pablo previno a Timoteo acerca de las disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como “fuente de ganancia”.
1 de Timoteo 6:3-5
6:3 “Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad,
6:4 está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas,
6:5 disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales.”

La piedad es la misericordia de Dios hacia el ser humano.

1 de Timoteo 6:9-11
6:9 “Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición;
6:10 porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.
6:11 Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.”

Amor al dinero significa “idolatrarlo”; en otras palabras, amar al dinero antes que amar a Dios.

En nuestros días, está activo un falso evangelio llamado “evangelio de la prosperidad” o “la palabra de fe”.

Dicho “evangelio” enseña que “el creyente debe utilizar a Dios”.
El verdadero Evangelio, enseña lo contrario: Dios utiliza al creyente.

¿Y por qué digo que el “evangelio de la prosperidad” enseña que el creyente debe utilizar a Dios? Por la razón de que “el creyente” se llena de soberbia, al grado de exigir a Dios que le dé riquezas.

Recuerde que el soberbio es relegado por Dios.
Salmos 138:6
“Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, Mas al altivo mira de lejos.”

Mateo 23:12
“Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.”

Que Dios sea excelso es que Él es Altísimo, es excelente.

Pablo dijo que la avaricia es idolatría.
Efesios 5:5
“Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.”

Pablo previno a los efesios a que evitaran a cualquiera que llevar un mensaje de inmoralidad o avaricia.
Efesios 5:6-7
5:6 “Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.
5:7 No seáis, pues, partícipes con ellos.”

Realmente, la enseñanza de que “el creyente” debe utilizar a Dios es palabra vana. No hay que olvidar que el ser humano es creación de Dios, y Dios es su Creador.
Por lo tanto, ningún derecho tiene el ser humano de andar exigiendo algo a Dios.
Él por Su gracia y amor nos adoptó por hijos, y no por nuestros méritos.

Otros aspectos que enseña este falso evangelio, son:

Prohibir que Dios trabaje por Sí mismo.- Eso significa que se niega que Dios sea el Dueño de todo, sino que Él tiene que esperar a que “el creyente” Le diga cuándo trabajar.

La fe es una fórmula por medio de la cual “el creyente” manipula las leyes espirituales, que los “maestros de la prosperidad” creen que ellas gobiernan el universo.

La fe tiene que ver más con lo que “el creyente” dice.

En contrario, el verdadero Evangelio enseña que la fe es confiar en Dios; es tener por cierto lo que se espera y estar convencido  de lo que no se ve.

Hebreos 11:1
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”

Un término favorito de los seguidores de ese falso evangelio es: “la confesión positiva”.
Dicha “confesión”, consiste en que las palabras tienen un poder creativo; en otras palabras, lo que el creyente “diga”, determina todo lo que suceda.

Los favores que “el creyente” demande a Dios, deben ser declarados positivamente y sin titubeos. En otras palabras, “el creyente” exige respuesta a Dios.
De esa manera, la habilidad de Dios para bendecir “al creyente” depende, supuestamente, de la fe “del creyente”.
Vamos a ver que Santiago 4:13-16 contradice totalmente lo antes dicho.
4:13 “¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos;
4:14 cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.
4:15 En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.
4:16 Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala;”

Lejos de enfatizar la importancia de la riqueza material, la Biblia nos advierte acerca de buscarla.
Proverbios 23:4
“No te afanes por hacerte rico; Sé prudente, y desiste.”

Afanarse, en este sentido, es estar obstinado en alcanzar riqueza material, cueste lo que cueste, y pasando sobre quien sea para lograrlo.

¿Puede haber gente en este mundo que llegue a tal extremo? De cierto, sí.

Los líderes de la Iglesia, deben estar libres de idolatrar al dinero. Deben aprender a vivir por fe en Dios; que Él les proveerá lo que necesiten de acuerdo a Su voluntad.
Lucas 12:15
“Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.”

Hebreos 13:5
Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré;”

Si un líder de la Iglesia es amante del dinero, está automáticamente desconfiando de Dios; está dudando de que Dios lo amparará y de que Dios no lo dejará solo.

También este falso evangelio hace énfasis acerca de ganar cuanto dinero sea posible y obtener posesiones materiales en esta vida; veremos que todo eso, Jesús lo menosprecia.
Salmos 62:10
“No confiéis en la violencia, Ni en la rapiña; no os envanezcáis; Si se aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ellas.”

Poner el corazón en las riquezas significa idolatrarlas; amarlas más que a Dios.
Si Dios bendice a alguien dándole riquezas materiales, es por Su voluntad y no por los méritos de la persona bendecida por Él.

Proverbios 23:5
“¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque se harán alas Como alas de águila, y volarán al cielo.”

Esto quiere decir que las riquezas materiales son momentáneas; su duración es algo impredecible. Quien las posea en vida, no se las llevará cuando muera.
Perdonando la redundancia pero, para un muerto, es imposible volver a la Tierra a llevarse consigo toda la riqueza material que amontonó estando él en vida.

Santiago 5:2
“Vuestras riquezas están podridas, y vuestras ropas están comidas de polilla.”

Y Jesús aconseja lo contrario:
Mateo 6:19-21
6:19 “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;
6:20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
6:21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.”

Hacer tesoros en el cielo es hacer aquí en la Tierra la voluntad de Dios. ¿Y cuál es esa voluntad?

Miqueas 6:8
“Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.

Colosenses 3:2
“Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.”

Para un seguidor del “evangelio de la prosperidad” es muy difícil humillarse ante Dios, porque cada uno de esos seguidores son soberbios, y la soberbia y la humildad de espíritu son agua y aceite; no combinan, no son compatibles.
Pero hay tristes noticias para los soberbios:
Proverbios 16:18
Antes del quebrantamiento es la soberbia, Y antes de la caída la altivez de espíritu.”

El quebrantamiento y caída de un soberbio son la humillación que Dios le causará e ese tipo de persona.
Un ejemplo clásico, lo es el rey Nabucodonosor, cuando Dios tuvo que humillarlo debido a su gran soberbia.
Daniel 4:29-30
4:29 “Al cabo de doce meses, paseando en el palacio real de Babilonia,
4:30 habló el rey y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?

La soberbia de Nabucodonosor consistía en reconocer que por sus méritos había logrado su vanagloria y grandeza.

Pero luego viene la sentencia de Dios sobre él.
Daniel 4:26
“Y en cuanto a la orden de dejar en la tierra la cepa de las raíces del mismo árbol, significa que tu reino te quedará firme, luego que reconozcas que el cielo gobierna.”

Daniel 4:25
“Que te echarán de entre los hombres, y con las bestias del campo será tu morada, y con hierba del campo te apacentarán como a los bueyes, y con el rocío del cielo serás bañado; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcas que el Altísimo tiene dominio en el reino de los hombres, y que lo da a quien él quiere.”

Daniel 4:34-37
4:34 “Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades.
4:35 Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?
4:36 En el mismo tiempo mi razón me fue devuelta, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza volvieron a mí, y mis gobernadores y mis consejeros me buscaron; y fui restablecido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida.
4:37 Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia.”

La irreconciliable contradicción entre la enseñanza del “evangelio de la prosperidad” y el verdadero Evangelio, queda sintetizada por Jesús en Mateo 6:24
“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.”

Y hay una última enseñanza de este falso evangelio (y la más blasfema de todas ellas): que el Espíritu Santo es solamente un poder para ser utilizado de la manera que “el creyente” LO DESEE.

En contrario, la Biblia enseña que el Espíritu Santo es la Persona que habilita al verdadero creyente para que haga la voluntad de Dios.

Dios les bendiga.



lunes, 5 de enero de 2015

"La obediencia a Dios: nuestra llave al éxito."

“La obediencia a Dios: nuestra llave al éxito.”

Por: Rafael Carrasco.

Todos quieren vivir la vida buena, pero no todos están dispuestos a hacer lo necesario para alcanzar ese destino.
Cuando uno no es obediente a Dios y a Su Palabra, uno hace difícil el recibimiento de la manifestación de Su bendición para nuestra vida.
Nuestro Padre celestial siempre está en busca de aquellas personas que “están dispuestas a obedecer Sus instrucciones”, aun sin entender cuando Él les pide que hagan algo.
Miqueas 6:8
“Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.”

Colosenses 1:10
“para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;”

Aunque a veces puede ser desafiante, al uno ir cultivando la obediencia a Dios en su vida, abre el camino para recibir cada promesa que Dios ha hecho en Su Palabra: la Biblia.

La obediencia, según el diccionario de la Lengua Española, es definida como: la acción o la práctica de obedecer, siendo cumplido, sumiso y conforme.

Practicamos la obediencia en tantas áreas de nuestra vida, pero con frecuencia ignoramos a la Persona más importante a Quien debemos obedecer en primer lugar, todo el tiempo: a Dios.
Tenemos la tendencia a decir que es difícil obedecer la Palabra de Dios y seguir Sus mandamientos, pero sí obedecemos los semáforos en las calles, los letreros indicadores de velocidad, o las señales que un policía nos hace en la calle cuando está de pie en medio del tráfico.
No quiero decir con esto que no obedezcamos a nuestras autoridades terrenales, pero sí poner a Dios en primer lugar en todo aspecto de nuestra vida.
Hechos 5:29
“Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.”

Hebreos 12:9
“Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?”

Tito 3:1
“Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra.”

Fracasamos con demasiada frecuencia en obedecer a Dios y Sus mandamientos, porque de hecho sabemos que complacer a la carne (o sea, a nuestro cuerpo) es más fácil que complacer a Dios. Es como el famoso juego de las vencidas, en el cual 2 personas comparan fuerzas, a ver quién es la más fuerte de ellas. Y eso es lo que muchas veces nosotros hacemos con Dios: Lo retamos a medir fuerzas con Él, y sinceramente creo que eso no se vale; además, es algo que nos lleva a ninguna parte. En otras palabras: retar a Dios nos niega bendiciones Suyas a nuestra vida.

Mateo 26:41
“Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.”

Sí, el espíritu del ser humano está dispuesto a obedecer a Dios, porque el espíritu es la parte del ser humano que siempre está en contacto con Él; pero a la vez, el ser humano tiene que lidiar con lo que a su cuerpo le agrada. Es lamentablemente una lucha constante.

Colosenses 3:5
Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;

Lo terrenal se refiere a todo lo que al cuerpo le agrada, y que sirve de estorbo para nuestra obediencia a Dios y a Su Palabra.

De manera que obedecer a Dios y al cuerpo, en lo que refiere a sus pasiones, es como el agua y el aceite, incompatibles.

Uno puede tener la experiencia de una vida buena, al decidir la cantidad de la Palabra de Dios que obedecerá.

Deuteronomio 30:15-16
30:15 “Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal;
30:16 porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella.”

La obediencia a Dios separa a uno de la multitud (o sea, de la gente mundana), y eso a veces puede ser desafiante para uno.
Pero lo importante de esto, es que uno se gana las bendiciones y el favor de Dios en forma continua, amén.
La gente mundana ha hecho sus propias reglas, las cuales ella sigue en forma natural y complaciente: Y lo peor del caso, es que sus reglas no van de acuerdo a la Palabra de Dios.
Obviamente, la gente mundana está y seguirá experimentando las consecuencias de desobedecer a Dios, hasta que ella decida arrepentirse sinceramente de su maldad y aceptar a Cristo como su Salvador personal, y Serle obediente.

Podemos tener parientes y seres queridos cuya manera de vivir contradice a la Palabra de Dios, pero si ellos ven que nosotros obedecemos a Dios en medio de sus comportamientos, eso hace que uno sea ejemplo para ellos.

Cuando uno obedece a Dios, demuestra que uno Le pertenece a Él.

Éxodo 19:5
“Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.”

Cuando las bendiciones de Dios se manifiestan en nuestra vida a la vista de nuestros parientes y seres queridos mundanos, ellos querrán de nosotros una explicación en cuanto a cómo y por qué cosas buenas le suceden estas bendiciones a uno.
Esta es una oportunidad excelente para que uno les comparta a ellos el amor de Dios a través de salvación por fe en Cristo, y hacerles saber que la obediencia a Su Palabra, tiene provecho.

La clave para conectarse a la bendición de Dios es la obediencia.
Sin ella, uno no podrá alcanzar ni cumplir su meta de vivir la vida buena.

Para concluir: Sea sabio, y obedezca a Dios.

Isaías 1:19
Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra;”

El “bien de la tierra”, es la abundancia.
Lo que Dios le diga a usted que haga, hágalo.

Dios les bendiga.



jueves, 1 de enero de 2015

"¿Qué piensa usted de la promesa matrimonial?"

“¿Qué piensa usted de la promesa matrimonial?”

Por: Rafael Carrasco.

Estimado lector: ¿recuerda usted la promesa de amor que le hizo a su pareja el día que se casaron por lo civil?

Pues bien, en esta ocasión voy a tratar al respecto, porque es una cosa común el que muchas parejas falten a esa importante promesa.

Hay varias formas de faltar a esa promesa:
Faltarse al respeto mutuamente.
Desconfiar el uno del otro, ya sea con frecuencia u ocasionalmente.
Robarse el uno al otro.
Mostrarse indiferente el uno al otro, especialmente cuando uno de los cónyuges está enfermo o con algún otro problema que requiere atención de la pareja.
Pero la falta mayor a la promesa de amor es cuando uno de los cónyuges le es infiel a su pareja.

¿Y qué se puede hacer para evitar faltar a la promesa de amor?
Básicamente, obedecer a lo que Dios nos manda en Su Palabra: la Biblia.
En la Biblia, vamos a encontrar que, tanto para el marido como para la esposa, hay responsabilidades que el Señor designó.
Efesios 5:22-29
5:22 “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor;
5:23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.
5:24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.
5:25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,
5:26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,
5:27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.
5:28 Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.
5:29 Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia,”

Estoy consciente de que para la mayoría de las parejas que han faltado a la promesa de amor, resulta difícil retomar el camino correcto, pero hay que hacer el esfuerzo.
¿Para qué llegar al extremo de que Dios castigue al cónyuge que cometió tal falta? No es necesario provocar al Señor a ser severo con tal cónyuge.

Es verdad también que el cónyuge afectado de inmediato piensa en cómo vengarse del cónyuge que cometió la falta de la promesa de amor.  Eso suena a la famosa Ley del Talión, que dice: “ojo por ojo, y diente por diente”. Pero, ¿qué dice Dios a esto?
Romanos 12:19
No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.”

Definitivamente no estamos autorizados por Dios para vengarnos por cuenta propia de quien nos ofendió. Debemos dejar en manos de Él la venganza.

Ahora bien, ¿qué es lo que dice, pues, la promesa de amor que se hace durante una ceremonia de matrimonio, para que yo esté tratando este asunto en esta ocasión?
La promesa de amor que se hace durante una ceremonia de matrimonio, dice más o menos así:
“Yo, (el novio o la novia) te acepto a ti (nombre del novio o de la novia) por esposo (o esposa), y prometo amarte y respetarte, en lo próspero y en la escasez, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida”.

¿Se fija usted, estimado lector, que termina la promesa de amor con las palabras: “todos los días de mi vida”?
¿Qué significa esto? Que esa promesa se hace en base a la Biblia, como vimos en Efesios 5:22-29, arriba escrito.

La promesa de amor es para ambas personas, no para una de ellas solamente.

El que una mujer casada se someta a su marido, es realmente que lo respete y lo ame, no que le aguante infidelidades o que no tenga voz ni voto en las decisiones de pareja, o que le aguante borracheras u otros vicios, mucho menos golpes o insultos.
Por eso también para el marido Dios exige lo mismo: que ame y respete a su mujer.

Amarse el uno al otro en una pareja incluye también cuidar el uno del otro, lo cual es una evidente muestra de amor; no es solamente darse caricias, besos, abrazos y mimos.

El ser humano, por naturaleza, arrastra, por así decirlo, el juicio de Dios sobre sí; juicio de condenación eterna, a causa de la desobediencia de Adán y Eva, y por ello se hace necesario que cada persona se ponga a cuenta con Dios para librarse de ese juicio divino.
¿Y cómo se pone una persona a cuentas con Dios? Cuando esa persona acepta a Cristo como su Salvador personal. En ese momento, Dios anula Su juicio de condenación eterna sobre la persona que acepta a Su Hijo Cristo.
Juan 3:36
El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.”

Juan 3:18
“El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.”

¿Se da cuenta, estimado lector, de lo delicado del asunto? Nunca es tarde para arrepentirse del mal camino espiritual por el que uno camina mientras no se recibe a Cristo como Salvador personal.
Isaías 55:6-7
55:6 “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.
55:7 Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.”

No deje, estimado lector, que los prejuicios como: “el ¿qué dirán?” se apoderen de usted. Hoy puede ser el día de salvación de la condenación eterna para usted. Reciba por fe a Cristo como su Salvador personal, y disfrute así de Su presencia en usted el resto de su vida.


Dios les bendiga.