domingo, 18 de enero de 2015

"¿Es realmente de utilidad el llamado evangelio de la prosperidad?"

“¿Es realmente de utilidad el llamado EVANGELIO DE LA PROSPERIDAD?”

Por: Rafael Carrasco.

En los tiempos de Pablo y los demás apóstoles, ya existían algunas sectas de destructiva avaricia, las cuales se infiltraron en la Iglesia primitiva.
Sin embargo, Pablo y los demás apóstoles nunca consintieron en adaptarse a los peligrosos falsos maestros que propagaban tal herejía, y urgían a los verdaderos cristianos a huir de ellos.
Un ejemplo de ello, los constituye el hecho de que Pablo previno a Timoteo acerca de las disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como “fuente de ganancia”.
1 de Timoteo 6:3-5
6:3 “Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad,
6:4 está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas,
6:5 disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales.”

La piedad es la misericordia de Dios hacia el ser humano.

1 de Timoteo 6:9-11
6:9 “Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición;
6:10 porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.
6:11 Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.”

Amor al dinero significa “idolatrarlo”; en otras palabras, amar al dinero antes que amar a Dios.

En nuestros días, está activo un falso evangelio llamado “evangelio de la prosperidad” o “la palabra de fe”.

Dicho “evangelio” enseña que “el creyente debe utilizar a Dios”.
El verdadero Evangelio, enseña lo contrario: Dios utiliza al creyente.

¿Y por qué digo que el “evangelio de la prosperidad” enseña que el creyente debe utilizar a Dios? Por la razón de que “el creyente” se llena de soberbia, al grado de exigir a Dios que le dé riquezas.

Recuerde que el soberbio es relegado por Dios.
Salmos 138:6
“Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, Mas al altivo mira de lejos.”

Mateo 23:12
“Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.”

Que Dios sea excelso es que Él es Altísimo, es excelente.

Pablo dijo que la avaricia es idolatría.
Efesios 5:5
“Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.”

Pablo previno a los efesios a que evitaran a cualquiera que llevar un mensaje de inmoralidad o avaricia.
Efesios 5:6-7
5:6 “Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.
5:7 No seáis, pues, partícipes con ellos.”

Realmente, la enseñanza de que “el creyente” debe utilizar a Dios es palabra vana. No hay que olvidar que el ser humano es creación de Dios, y Dios es su Creador.
Por lo tanto, ningún derecho tiene el ser humano de andar exigiendo algo a Dios.
Él por Su gracia y amor nos adoptó por hijos, y no por nuestros méritos.

Otros aspectos que enseña este falso evangelio, son:

Prohibir que Dios trabaje por Sí mismo.- Eso significa que se niega que Dios sea el Dueño de todo, sino que Él tiene que esperar a que “el creyente” Le diga cuándo trabajar.

La fe es una fórmula por medio de la cual “el creyente” manipula las leyes espirituales, que los “maestros de la prosperidad” creen que ellas gobiernan el universo.

La fe tiene que ver más con lo que “el creyente” dice.

En contrario, el verdadero Evangelio enseña que la fe es confiar en Dios; es tener por cierto lo que se espera y estar convencido  de lo que no se ve.

Hebreos 11:1
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”

Un término favorito de los seguidores de ese falso evangelio es: “la confesión positiva”.
Dicha “confesión”, consiste en que las palabras tienen un poder creativo; en otras palabras, lo que el creyente “diga”, determina todo lo que suceda.

Los favores que “el creyente” demande a Dios, deben ser declarados positivamente y sin titubeos. En otras palabras, “el creyente” exige respuesta a Dios.
De esa manera, la habilidad de Dios para bendecir “al creyente” depende, supuestamente, de la fe “del creyente”.
Vamos a ver que Santiago 4:13-16 contradice totalmente lo antes dicho.
4:13 “¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos;
4:14 cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.
4:15 En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.
4:16 Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala;”

Lejos de enfatizar la importancia de la riqueza material, la Biblia nos advierte acerca de buscarla.
Proverbios 23:4
“No te afanes por hacerte rico; Sé prudente, y desiste.”

Afanarse, en este sentido, es estar obstinado en alcanzar riqueza material, cueste lo que cueste, y pasando sobre quien sea para lograrlo.

¿Puede haber gente en este mundo que llegue a tal extremo? De cierto, sí.

Los líderes de la Iglesia, deben estar libres de idolatrar al dinero. Deben aprender a vivir por fe en Dios; que Él les proveerá lo que necesiten de acuerdo a Su voluntad.
Lucas 12:15
“Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.”

Hebreos 13:5
Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré;”

Si un líder de la Iglesia es amante del dinero, está automáticamente desconfiando de Dios; está dudando de que Dios lo amparará y de que Dios no lo dejará solo.

También este falso evangelio hace énfasis acerca de ganar cuanto dinero sea posible y obtener posesiones materiales en esta vida; veremos que todo eso, Jesús lo menosprecia.
Salmos 62:10
“No confiéis en la violencia, Ni en la rapiña; no os envanezcáis; Si se aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ellas.”

Poner el corazón en las riquezas significa idolatrarlas; amarlas más que a Dios.
Si Dios bendice a alguien dándole riquezas materiales, es por Su voluntad y no por los méritos de la persona bendecida por Él.

Proverbios 23:5
“¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque se harán alas Como alas de águila, y volarán al cielo.”

Esto quiere decir que las riquezas materiales son momentáneas; su duración es algo impredecible. Quien las posea en vida, no se las llevará cuando muera.
Perdonando la redundancia pero, para un muerto, es imposible volver a la Tierra a llevarse consigo toda la riqueza material que amontonó estando él en vida.

Santiago 5:2
“Vuestras riquezas están podridas, y vuestras ropas están comidas de polilla.”

Y Jesús aconseja lo contrario:
Mateo 6:19-21
6:19 “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;
6:20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
6:21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.”

Hacer tesoros en el cielo es hacer aquí en la Tierra la voluntad de Dios. ¿Y cuál es esa voluntad?

Miqueas 6:8
“Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.

Colosenses 3:2
“Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.”

Para un seguidor del “evangelio de la prosperidad” es muy difícil humillarse ante Dios, porque cada uno de esos seguidores son soberbios, y la soberbia y la humildad de espíritu son agua y aceite; no combinan, no son compatibles.
Pero hay tristes noticias para los soberbios:
Proverbios 16:18
Antes del quebrantamiento es la soberbia, Y antes de la caída la altivez de espíritu.”

El quebrantamiento y caída de un soberbio son la humillación que Dios le causará e ese tipo de persona.
Un ejemplo clásico, lo es el rey Nabucodonosor, cuando Dios tuvo que humillarlo debido a su gran soberbia.
Daniel 4:29-30
4:29 “Al cabo de doce meses, paseando en el palacio real de Babilonia,
4:30 habló el rey y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?

La soberbia de Nabucodonosor consistía en reconocer que por sus méritos había logrado su vanagloria y grandeza.

Pero luego viene la sentencia de Dios sobre él.
Daniel 4:26
“Y en cuanto a la orden de dejar en la tierra la cepa de las raíces del mismo árbol, significa que tu reino te quedará firme, luego que reconozcas que el cielo gobierna.”

Daniel 4:25
“Que te echarán de entre los hombres, y con las bestias del campo será tu morada, y con hierba del campo te apacentarán como a los bueyes, y con el rocío del cielo serás bañado; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcas que el Altísimo tiene dominio en el reino de los hombres, y que lo da a quien él quiere.”

Daniel 4:34-37
4:34 “Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades.
4:35 Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?
4:36 En el mismo tiempo mi razón me fue devuelta, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza volvieron a mí, y mis gobernadores y mis consejeros me buscaron; y fui restablecido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida.
4:37 Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia.”

La irreconciliable contradicción entre la enseñanza del “evangelio de la prosperidad” y el verdadero Evangelio, queda sintetizada por Jesús en Mateo 6:24
“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.”

Y hay una última enseñanza de este falso evangelio (y la más blasfema de todas ellas): que el Espíritu Santo es solamente un poder para ser utilizado de la manera que “el creyente” LO DESEE.

En contrario, la Biblia enseña que el Espíritu Santo es la Persona que habilita al verdadero creyente para que haga la voluntad de Dios.

Dios les bendiga.



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