viernes, 12 de septiembre de 2014

"La pobreza en la Biblia."

“La pobreza en la Biblia.”
Por: Rafael Carrasco.

Es muy común ver pobreza por todos lados; es una situación nada nueva. Los pobres en este mundo tristemente hacen mayoría en cuanto a población se refiere.
Al respecto, la Biblia nos da algunos ejemplos de tal situación:

Lucas 21:1-4
“Levantando los ojos, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca de las ofrendas.
Vio también a una viuda muy pobre, que echaba allí dos blancas.
Y dijo: En verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos.
Porque todos aquéllos echaron para las ofrendas de Dios de lo que les sobra; mas ésta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía.”

La blanca era una de las monedas que se usaron en el tiempo de Jesús. Era equivalente a 3.1250 gramos de plata. De manera que la viuda ofrendó en el templo lo equivalente a:
3.1250 x 2 = 6.2500 gramos de plata

El ejemplo más grande que tenemos en la Biblia, es el propio Señor Jesús quien, siendo rico, por amor a toda la humanidad se hizo pobre.
2 de Corintios 8:9
“Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.”

Esto quiere decir que el Señor Jesús se humilló a sí mismo, siendo Él rico en gloria y majestad y dueño de la plata y del oro para que, con Su gran ejemplo de humildad de espíritu, la humanidad fuera enriquecida con Su gracia, con Su misericordia, con Sus riquezas en gloria, con Su bendición y salvación.
No hay nadie más rico que Él pero, sin embargo, Él lo dejó todo por venir a rescatar a una humanidad condenada a sufrir eternamente en el infierno.

De manera que el Único que nos puede dar riqueza de una manera extraordinaria, es el Señor Jesús, de acuerdo a Su voluntad: y esa riqueza, es una riqueza de salvación.
Cuando “parece” que nada tenemos, lo tenemos todo, a través de la salvación de nuestro Señor Jesucristo.

Dios nos dice que en nuestra vida terrenal debemos hacer ciertas cosas para no estar pobres:

PRIMERA.- No quedarnos con los brazos cruzados, para no empobrecer espiritualmente.
Proverbios 6:6-11
“Ve a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio;
La cual no teniendo capitán, Ni gobernador, ni señor,
Prepara en el verano su comida, Y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento.
Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?
Un poco de sueño, un poco de dormitar, Y cruzar por un poco las manos para reposo;
Así vendrá tu necesidad como caminante, Y tu pobreza como hombre armado.”

Ahora bien, en el plano material, es bueno delante de Dios que seamos personas esforzadas y trabajadoras, y Él se va a asegurar que tengamos para trabajar.

Espiritualmente hablando, leer la Biblia es trabajar; orar es trabajar; ir a congregarse en una casa de oración toma esfuerzo, pero también es trabajar.

La obra del Señor es trabajar; no podemos ser buenos cristianos si no estamos trabajando en Su obra.

Aquellos padres de familia que enseñan a sus hijos dándoles a hacer tareas y obligaciones, y les enseñan también a trabajar, es bueno; porque así los hijos van a comprender que la vida es trabajo, y que si se quedan con los brazos cruzados, nada van a obtener.
Ahora bien, hay que tener cuidado de no hacer del trabajo un ídolo, porque esa idolatría resta tiempo para la familia, y cuánto más a Dios.

SEGUNDA.-Hay que compartir. Aquel que retiene y guarda, en vez de ayudar cuando se le solicita, viene a pobreza, porque Dios se desagrada de él.
Proverbios 11:24
“Hay quienes reparten, y les es añadido más; Y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza.”

Como Dios nos ha dado la salvación, debemos compartirla con otros. Si no lo hacemos, vamos a quedar pobres espiritualmente.
Tal vez se vea lógico, pero si lo hacemos, Dios nos va a bendecir.

Hay que entender una cosa: la vida cristiana no es de lógica, sino “de fe”.

TERCERA.- Hay que escuchar consejo bueno.
Proverbios 13:18
“Pobreza y vergüenza tendrá el que menosprecia el consejo; Mas el que guarda la corrección recibirá honra.”

Preferentemente, nunca pida consejo de alguien que no sea cristiano, ni que no lea la Biblia, ni mucho menos que no le interesen las cosas de Dios.

Hay personas que pueden tener dinero, pero en su alma estar tristes, con un vacío espiritual. ¿Por qué? Porque no trabajan por y para el Señor.

Si alguna vez usted tiene que tomar una decisión, y no sabe cómo enfrentarla, vaya con su pastor, porque seguramente Dios va a hablar a través de él, o a través de la predicación de dicho pastor.

El mejor consejo que podemos escuchar viene de la Palabra de Dios.

La gran bendición de Dios no es la riqueza económica, sino la espiritual.

CUARTA.- Hay que tener buenos amigos.
Proverbios 28:19
“El que labra su tierra se saciará de pan; Mas el que sigue a los ociosos se llenará de pobreza.”

Si sigo a los ociosos, de seguro voy a ser pobre: y normalmente, yo soy quienes mis amigos son. Si trabajo, puede ser que no sea rico en lo material, pero tampoco voy a vivir en la miseria.

Si tengo buenos amigos, y esos buenos amigos son cristianos, me van a ayudar a salir de la pobreza espiritual; pero si amisto con gente que nada quiere con Dios, voy a seguir pobre en lo espiritual.

QUINTA.- No hay que ser avaro.
Proverbios 28:22
“Se apresura a ser rico el avaro, Y no sabe que le ha de venir pobreza.”
La Biblia nos enseña que hay que compartir de lo espiritual y también de lo material; no hay que atesorar todo para nosotros mismos.
Hay que apresurarnos en ser ricos en lo espiritual, y no en lo material.
Deuteronomio 15:11
“Porque no faltarán menesterosos en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra.”

El negar ayuda al prójimo es pecado ante Dios.
Proverbios 3:28
“No digas a tu prójimo: Anda, y vuelve, Y mañana te daré, Cuando tienes contigo qué darle.”

Proverbios 22:9
“El ojo misericordioso será bendito, Porque dio de su pan al indigente.”

Proverbios 23:5
“¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque se harán alas Como alas de águila, y volarán al cielo.”

SEXTA.-Hay que dar al pobre.
Proverbios 28:27
“El que da al pobre no tendrá pobreza; Mas el que aparta sus ojos tendrá muchas maldiciones.”

Según nuestras posibilidades económicas, ayudemos a los pobres.

Ahora bien, en lo espiritual, si damos al pobre espiritual (es decir, a la gente sin Cristo), Dios nos va a mantener ricos en lo espiritual.

SÉPTIMA.- Hay que vivir de lo necesario.
Proverbios 30:8-9
“Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan necesario;
No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios.”

Hay que aprender a vivir de lo necesario, y hay que estar agradecidos de lo que Dios nos da.

Mateo 6:19-21
No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;
sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.”

Dios les bendiga.




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