sábado, 26 de julio de 2014

"Se envidiará a las estériles."

“Se envidiará a las estériles.”
Por: Rafael Carrasco 

En los tiempos en que vivimos, estamos dándonos cuenta de que prácticamente se acabó la autoridad de los padres sobre los hijos, y ahora los hijos son los que gobiernan cada hogar.
Es un verdadero caos familiar el que ahora estamos viviendo en sociedad. Es algo que en realidad no debería suceder, pero que lo estamos experimentando a causa de que a Dios lo hemos olvidado por completo, o casi por completo en nuestra vida.

Para que un hogar funcione adecuadamente, es necesaria y vital la presencia de Dios en él, porque sin Él nada funciona bien.
Juan 15:5 “Yo (Jesús) soy la vid (la planta de la uva), vosotros los pámpanos (las ramas); el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.”

¿Entiende ahora, estimado lector,  por qué es tan importante que Dios gobierne en cada hogar? Porque si vivimos separados de Él,  si queremos hacer todas las cosas por nuestras propias fuerzas,  si no lo tomamos en cuenta a Él para nada, todo lo que hagamos será infructuoso; es decir, en todo fracasaremos.

Ahora bien, ¿por qué hay tantas mujeres que dan a luz hijos, y después no los quieren criar?
¿Por qué hay ese acuerdo demoníaco entre las parejas para dejar morir de hambre a sus hijos?
¿Por qué hay padres o madres de familia que colocan a sus hijos recién nacidos en botes para la basura, o los dejan en medio de la calle para que los automóviles y camiones los atropellen y los despedacen, o también sean alimento para los perros callejeros?
En sí, ¿por qué tanta maldad? ¿Por qué tanta indiferencia a querer criar a los hijos que muchas parejas traen al mundo?
Mateo 24:12 “y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.”

¡Cuántas mujeres y cuántas parejas desean tener al menos un hijo para completar su felicidad!

La Biblia nos enseña que los hijos son herencia de Jehová (de Dios el Padre).
Salmos 127:3 “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.”

También en la Biblia se nos enseña que para Dios no es imposible hacer dar a luz a las mujeres estériles, que Él quiera convertir en madres.
Salmos 113:9 “El hace habitar en familia a la estéril, que se goza en ser madre de hijos. Aleluya.”

Pero en los tiempos de indiferencia y de maldad hacia los hijos, o de pensar no atender a los hijos que pudieran tener varias parejas, ¿cómo cree usted,  estimado lector, que Dios se va a complacer a traer esa bendición sobre más y más parejas que desean tener hijos?

Es de verdad devastador ver cómo muchas parejas dejan a sus hijos como barcos a la deriva. Como el avestruz, que pone su huevo, y se aleja de él, esperando que el pollo salga como pueda de ese huevo, y se las arregle para alimentarse después, a expensas de cuanto depredador haya a su alrededor.

Estimado lector: los hijos que Dios le concedió traer al mundo no son animales, mucho menos basura que se deja por doquier; son sangre de su sangre y es necesario que usted los críe y los eduque como Dios manda.

Es cierto que hoy en día, y desde hace ya mucho tiempo atrás, ha habido en este mundo contaminación de la maldad. Si así no fuera el caso, habría paz, habría amor, habría completa salud física, habría felicidad.
Y hay maldad, porque hubo desobediencia a Dios por parte de la primera pareja: Adán y Eva. Y esto, por haber ellos obedecido a Satanás (la serpiente) antes que a Dios. Cuando Adán y Eva desobedecieron a Dios, le cedieron a Satanás la autoridad que Dios les había dado sobre toda Su creación. Por eso es que la Tierra ahora está gobernada por Satanás.
Al haber pecado y maldad en este mundo Satanás, al haber sido expulsado por Dios del huerto de Edén, junto con la tercera parte de los ángeles celestiales (desde ese momento llamados demonios), se convirtió en “el príncipe de este mundo”, y lo gobierna a su antojo, pero gracias a Dios, temporalmente.
Juan 14:30 “No hablaré (Jesús) ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo (Satanás), y él nada tiene en mí (no tiene comunión conmigo).”
Juan 16:8-11 “Y cuando él (el Espíritu Santo) venga, convencerá al mundo (a la humanidad no creyente en Cristo) de pecado, de justicia y de juicio.
De pecado, por cuanto no creen en mí (en Jesús);
de justicia, por cuanto voy (Jesús) al Padre, y no me veréis más;
y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo (Satanás) ha sido ya juzgado.”

Y no crea usted, estimado lector, que Satanás descansa al tener el gobierno de este mundo, porque sabe que, como ya está juzgado por Dios, tiene su tiempo limitado para hacer y deshacer en este mundo. Por ello, está desesperado por llevar tantas almas consigo, como le sea posible.
1 de Pedro 5:8 “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo (Satanás), como león rugiente, anda alrededor (alrededor de todas las personas, en especial a quienes no han aceptado a Jesús como Salvador personal) buscando a quien devorar;”

De acuerdo a lo anteriormente expuesto, veremos que en un futuro no muy lejano, las mujeres que han dado a luz y las que en ese tiempo estén criando hijos, envidiarán a las mujeres estériles, porque no aguantarán más el maltrato de los monstruos que criaron por hijos.
Lucas 23:29 “Porque he aquí vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no concibieron, y los pechos que no criaron.”

“Es más madre la que cría, que la que pare”, dice un refrán popular. Y es muy cierto.
Parejas o madres “solteras” que no quieren a sus hijos: es mejor que los den en adopción y no que los maten. ¿No creen ustedes que eso es lo mejor que pueden hacer?
Si usted cría mal a sus hijos, o los deja criarse solos, ellos lo avergonzarán a usted delante de terceras personas. Esos hijos serán personas no deseables para la sociedad.
Proverbios 29:15 “La vara y la corrección dan sabiduría; mas el muchacho consentido avergonzará a su madre.”
Proverbios 29:17 “Corrige a tu hijo, y te dará descanso (honra), y dará alegría a tu alma.”

No les dé a sus hijos todo lo que ellos les pidan, porque eso hace que ellos los gobiernen a ustedes, padres de familia. Ese tipo de hijos caprichosos se convierten en un verdadero dolor de cabeza para sus padres; incluso, pueden hasta llegar a matar a los padres consentidores de más, si esos padres no les dan todo cuanto ellos les pidan.
Denles sólo lo necesario, dentro de sus posibilidades económicas. No se convierta usted en un ladrón para complacer a sus hijos, si no le alcanza su salario para comprarles lo que ellos necesiten.

Yo les invito a que acepten a Jesús, el Hijo de Dios, como Salvador personal, para que Su Espíritu Santo les oriente a cómo deben pensar con respecto de sus hijos, si es que pretenden deshacerse de ellos. Y no solamente por eso, sino porque haciendo eso, evitarán ir al infierno, una vez que hayan fallecido físicamente.

Invite a Jesús a su alma, de esta manera: “Señor Jesús: te doy gracias por haberme dado la oportunidad de leer este mensaje, en el cual me hablas directa y convincentemente de mis maldades y de mi forma de pensar inadecuada hacia los hijos que Tú me diste. Te ruego en esta hora entres a mi alma, para servirte y darte gloria por siempre, y saber criar a mis hijos en Tu Palabra, amén.”

Dios les bendiga.


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