“El machismo: un cáncer social.”
Por: Rafael Carrasco
¡Cuántas veces en las noticias diarias nos hemos dado cuenta de los resultados tremendos del machismo! Es verdaderamente un cáncer social.
Y en este estudio, voy a decirle, estimado lector, en base a mi experiencia, lo que es el machismo y qué es para mí.
El machismo es el producto de traumas y frustraciones que un hombre trae desde la niñez, o bien, tenidos en edades posteriores, como la adolescencia y la juventud.
Es verdaderamente un cáncer social, que se ha expandido rápidamente por este mundo.
La persona que lo posee trata de escudarse en él, a manera de una cortina de humo, para descargar ese enojo que tiene, y busca una o más personas para hacer de ellas sus víctimas. ¿Y víctimas de qué? Víctimas de maltrato por parte de la persona machista.
Es así como normalmente actúa un machista: con maltrato y con soberbia a la vez.
También posee otras actitudes negativas como éstas: borracho por placer, fumador por placer, drogadicto por placer ( en algunos casos), gusta de estar embarazando mujeres a diestra y siniestra, irresponsable con la crianza y manutención de los hijos, golpeador de mujeres, enamorado de cuanta mujer se le antoje, sin importarle si la mujer es casada, soltera, viuda o divorciada. Y probablemente haya más características de un machista. Esas que mencioné son algunas de ellas y las más comunes.
No sé si usted, como hijo, ha tenido el mal ejemplo del machismo en su propia casa, donde usted vio o ha visto cómo su mamá ha sufrido por causa del machismo de su padre. Yo conozco a una persona que vio eso en su casa, y conversando con él, me dijo que se prometió a sí mismo, que él no sería así con su mujer el día en que se casara, porque para él el machismo es una actitud 100% cruel. Que para él, el machismo es una basura social, y que no quería para su vida una basura así.
Y les diré que me gustó la definición de esa persona con respecto al machismo, porque tiene toda la razón.
Yo le doy gracias a Dios de que aun, como esta persona, hay hombres que se oponen rotundamente al machismo, porque el machismo no lleva a quien lo posee a ningún lado, sino que lo condena, en un plazo determinado, a la soledad.
Porque usted no me dirá que muchas mujeres van a estar aguantando a un machista a su lado hasta que él muera. Al machista le complace ver sufrir a su víctima, porque se cree superior a ella, producto de su afán de descargar el enojo y frustración que trae él en su alma.
Y yo en mi experiencia a lo largo de los años, he aprendido esto: que en el mundo habemos hombres y hay machos.
Ahora bien, usted preguntará: ¿por qué este escritor está haciendo diferencia entre hombres y machos?
Por la sencilla razón de que un hombre es cabal en todos sus actos: fiel a su mujer, no dado a vicios, no maltratador, no soberbio, que ama a su esposa y a sus hijos, que es responsable.
En cambio, un macho es un hombre frustrado disfrazado de soberbia y maltrato, que teme ser superado por otras personas, y siempre busca la manera de ponerle los pies sobre el cuello a los demás, para sentir placer; es una persona que se goza en humillar a los demás, vicioso, irresponsable con la esposa e hijos, infiel y maltratador.
Yo les digo a todos los hombres que padecen de machismo, o “machos”, que lo mejor que pueden hacer es buscar a Cristo para la solución del problema traumático que traen en su alma. Aprendan a mar a su esposa y a sus hijos, despójense de esa soberbia, que no les hace favor alguno.
Proverbios 18:22 “El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová.”
Efesios 5:28 “Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.”
1 de Tesalonicenses 4:4 “que cada uno de vosotros sepa tener a su propia esposa en santidad y honor:”
Hebreos 13:4 “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.”
En base a esto, estimado lector, le recomiendo pase este mensaje a aquellos machistas que no quieren salir del hoyo en que han caído por su propia voluntad, y que por desgracia se hundieron hasta el cuello en él. Díganles por favor que Cristo espera por ellos, y es el Único que puede cambiarlos.
Dios les bendiga.
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