lunes, 11 de agosto de 2014

"¿Anda usted en problemas de drogas?"

“¿Anda usted en problemas de drogas?”

Por: Rafael Carrasco

Desde hace varios años venimos haciéndole frente a este gran problema, tanto social como de salud: la drogadicción.

Es un gran problema que se ha ido dispersando a lo ancho y a lo largo de este mundo, y que ha ocasionado un sinnúmero de consecuencias, algunas de ellas fatales.

Cuando una persona pierde el control en el consumo de algo, se dice que esa persona se ha convertido en un adicto.

Y todos nosotros somos adictos a algo, no necesariamente a las drogas, por ejemplo: a mirar televisión, al juego, a la lectura, etc.

Pero a lo que nos avocaremos ahora, es al consumo de drogas: el tabaquismo es una de ellas (la nicotina que contiene el tabaco); el alcoholismo es otra droga, y las ya clásicas y bien conocidas “drogas ilegales”, como lo son: la marihuana, el crack, el cristal, la cocaína, la heroína, el LSD, el opio, y otras drogas ilegales más, constituyen material para el mensaje de hoy.

También incluiremos el uso indebido de una sustancia controlada que se vende con receta médica: las metanfetaminas.

No hay que descartar que también líquidos como el thinner, la pintura oro y plata brillantes (acabado espejo), así como el pegamento amarillo de contacto, constituyen drogas también peligrosas cuando se inhalan por largos períodos de tiempo.

Cuando una persona ha caído en la adicción a cualquiera de estas drogas, esa persona al momento se ha invadido por demonios que obligan al adicto a consumir esas drogas desmedidamente.
En otras palabras, los demonios no tienen respeto por nadie, y buscan siempre apoderarse de la voluntad de las personas adictas a las drogas.

Es cierto que los demonios no resisten a la presencia de Dios, porque saben quién es Él, que los puede destruir con tan sólo Él abrir Su boca. Ni siquiera Dios necesita mover un dedo para expulsar los demonios de una persona adicta.

Hay ciertos Organismos que se dedican a la desintoxicación y reincorporación de los adictos a las drogas, de nueva cuenta, a la sociedad.

Es de reconocer el esfuerzo que dichos Organismos llevan a cabo, pero hay algo muy importante que quiero compartir: si no fuera por Dios, esos Organismos no tendrían efecto alguno en los adictos, puesto que de Él viene el poder para sanar los cuerpos y salvar las almas de los adictos.

Salmos 89:8
“Oh Jehová, Dios de los ejércitos, ¿Quién como tú? Poderoso eres, Jehová, Y tu fidelidad te rodea.”

Marcos 16:17-18
“Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;
tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.”

Como ya lo expliqué en otro mensaje este último pasaje, lo que Dios quiere es protegernos en situaciones difíciles, cuando tales situaciones rebasan nuestras capacidades para vencerlas. El querer tomar, aplicado al estudio de hoy, por ejemplo alcohol en exceso, confiando en que Dios, según nosotros, no va a dejar que nos provoque borrachera, es tentar a Dios, porque Él no nos mandó andar haciendo cosas de esa naturaleza. Caeríamos en la misma bajeza en que cayó el diablo cuando tentó a Jesús en el desierto.

Mateo 4:5-7
“Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo,
y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, En sus manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra.
Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.”

Ahí nos podemos dar cuenta que el poder de Dios es infalible.

Si usted está pasando por un problema de adicción a alguna droga, le aconsejo refugiarse en Dios, aceptando a Cristo como su Salvador personal, y al momento el Espíritu Santo tocará su alma, y la renovará. Pero hágalo ya; no deje pasar más tiempo. No permita que los demonios acaben por causarle locura o la muerte física.

Isaías 55:6-7
“Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.
Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.”

Ya habiendo aceptado a Cristo como su Salvador personal, ahora sí podrá usted resistir al diablo, para que él huya de usted.

Santiago 4:7
“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.”

Puede invitar a Cristo a morar en su vida, con una oración sencilla como ésta, por ejemplo:
“Señor Dios: te agradezco en esta hora la oportunidad de acercarte a mí para rescatarme del pozo de la adicción a las drogas. Quiero de ahora en adelante invitar a Tu Hijo Cristo entre a mi vida, y me cambie por una persona útil y nueva para servir en Tu obra, y para ser un testimonio para otras personas. Gracias Padre, en el Nombre de Jesús, amén.”

Ahora sí, usted debe procurar reunirse en una Iglesia Evangélica local donde se reúnen otras personas que alaban, glorifican y bendicen al único Dios verdadero, ore diariamente y ayune de acuerdo a su condición física. Lea la Biblia diariamente y si tiene cualquier duda al estudiarla o leerla, por favor póngase en contacto con el pastor o pastora de esa Iglesia, o con algún otro hermano o hermana de su confianza, y con mucho gusto ellos le ayudarán en su nueva vida espiritual.

Dios les bendiga.




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